Temperatura constante, humedad, oscuridad y silencio son solo algunos consejos para encontrar la mejor forma de guardar los vinos en casa.
Temperatura constante a 12ºC, así se exalta el bouquet sin alteraciones oxidativas y microbiológicas.
A menor temperatura mejor; pero el desarrollo del bouquet es más lento. Superior a 15ºC el envejecimiento es prematuro y la vida del vino se acorta.
Humedad entre 70% – 80%, para evitar la sequedad del corcho.
Botella acostada en estanterías adecuadas.
Oscuridad total con iluminación tenue al extraer las botellas para el consumo. La luz intensa afecta la composición sensorial del vino.
Silencio. Evitar ruidos y vibraciones que alteren la buena evolución.
Deje criar y vivir a las arañas, se alimentan de las polillas que podrían destruir al corcho.
Libre de olores extraños que puedan afectarla calidad de los vinos (mufa – tierra – solventes – rancidez – suciedad).
Solo mejoran los grandes vinos tintos de mucho cuerpo, criados en barrica de roble, hechos con uvas Cabernet – Merlot – Malbec – Syrah – Pinot Noir – Petit Verdot. Por ello algunos bodegueros los llaman «vinos de guarda» o «crianza».
• Algunos vinos blancos de chardonnay, fermentados y criados en barricas suelen exaltar sus cualidades durante los primeros cinco años de guarda controlada.
• Los vinos livianos (blancos y tintos – Chablis – Borgoña – Beaujoles – Rose), fáciles de beber jóvenes y frutales, no poseen suficiente cuerpo para ser guardados. Mejor beberlos durante el primer año de elaboración.
• Los espumantes tampoco mejoran con el tiempo de guarda, salvo excepcionales champagnes franceses millesimados. Suelen perder presión y calidad de burbujas. También se «encorchan» cediendo olores y sabores desagradables.
• Con las condiciones referidas, es fácil deducir que se adaptan muy bien a los frigoconservadores de alimentos (heladeras) puestas al mínimo en el termostato. A veces los románticos sótanos (cavas) no cumplen con los requisitos antes citados.
• Con la cava y el hobby de guardar vinos es necesario contar con los siguientes accesorios.
• Buen destapador y corta cápsulas.
• Termómetro, decanter y una exquisita colección de copas de cristal blanco de tamaño y diseño adecuado al tipo de vino. Estas deben tener un prolongado pie y forma ovoide o tuñipán.
• Libro de bodeguita para registrar fechas y comentarios de los ingresos/egresos de botellas y la degustación trimestral de los vinos para registrar la longevidad, desarrollo del bouquet y el momento de consumo.
• Tabla de quesos y embutidos, buenas nueces, almendras y frutas secas.
• Buenos amigos y seres queridos para disfrutar la colección.
El bouquet es una sensación de olfato – gustativa muy compleja, desarrollada en los grandes y buenos vinos tintos de mucho color,
Estructura y cuerpo que previamente fueron criados en barricas de roble y puestos en botellas con excelentes tapones de corcho que aseguran la hermeticidad y previenen la oxidación.
Son aromas familiares que recuerdan los buenos momentos del invierno: maderas humeantes de un hogar, tabaco, chocolate, nueces, almendras, castañas tostadas, cuero, sotobosque, trufas, fondue, calor familiar de abuelos, padres, hijos, y nietos.