Jefe despota
Un funcionario está hablando con otro:
– Pues nuestro jefe es un tirano, nos hace trabajar por diez
– ¿Y cuántos sois en vuestro departamento?
– Veinticinco
Cuente usted
Es preciso cubrir una plaza de conserje en una institución. Al encargado de seleccionar al candidato, le sugieren que haga un examen fácil de acuerdo con el perfil del puesto. Se le ocurre como primera pregunta que le cuenten del 1 al 10.
Llega el primer candidato y le recita:
– Uno, tres, cinco, siete, nueve, …
– Un momento, ¿cómo me dice los impares?.
– Bueno es que yo antes fui cartero comercial y ya sabe como las casas van de pares e impares pues…
– Nada, nada que entre en siguiente.
El siguiente empieza su retahíla:
– Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, …
– Pare, pare, ¿usted cuenta siempre así?.
– Es que verá yo he sido durante mucho tiempo, quien daba la salida en carreras contrarreloj y se me ha quedado este defecto.
– El siguiente, por favor.
– Un momento, antes de empezar, ¿podría decirme que trabajo tenía usted antes?.
– Yo era funcionario, le contesta el candidato.
– Bien, empiece.
– Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, sota caballo y rey.
Pintando la calle
Un empleado del gobierno contrata a un hombre rubio para que pinte las líneas de la calle.
El primer día el rubio pinta 10 Km. y el jefe queda contento.
El segundo dia el rubio pinta 5 Km. y el jefe no dice nada.
El tercer día el rubio pinta 2 Km. y el jefe no dice nada.
El cuarto día sólo pinta 10 metros y el jefe enojado le pregunta:
¿Cómo es posible que el primer dia pinte 10 kilómetros y hoy solo diez metros?
«Pues es natural», contesta el rubio «cada día el bote de pintura me queda más lejos»
Saludos…
Tipos de enumeración
En una entrevista de trabajo hacen un test psicológico para tres aspirantes al puesto.
Al primero:
-Por favor cuente del uno al diez
A lo que responde:
– 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1, 0
-¡Pero si está contando al revés!
-Ya, es que yo trabajaba en la NASA y tengo esa costumbre.
Al segundo:
-Por favor cuente del uno al diez
A lo que responde:
– 1, 3, 5, 7, 9, 2, 4, 6, 8, 10
-¡Vamos a ver! ¿Por qué cuenta así?
-Es que yo trabajé una temporadita en correos.
Al Tercero:
-Antes de nada, ¿En qué trabajaba usted anteriormente?
-Yo era funcionario.
-¡Ah! Vale, cuénteme del uno al diez
-1, 2, 3, 4, 5,
-¡Hombre!- Exclama el psicólogo- ¡Uno que cuenta bien, pero siga, siga!
-1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, SOTA, CABALLO Y REY
Diversidad en el ADN
Una señora va a sacar el pasaporte. El funcionario de turno le pregunta:
-¿Cuantos hijos tiene, señora?
-Diez.
-¿Cómo se llaman?
-Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, Bernardo, y Bernardo.
– ¿Todos se llaman Bernardo?
– ¿Y cómo le hace para llamarlos cuando, por ejemplo, están jugando todos afuera?
-Muy simple, grito Bernardo y todos entran.
-¿Y si quiere que vayan a comer?
-Igual. Grito Bernardo y todos se sientan a comer.
-Pero si usted quiere hablar con uno en particular, ¿cómo le hace?
-¡Ah! En ese caso, lo llamo por su apellido.
DEPARTAMENTO DE INMIGRACIÓN
El funcionario rellena una ficha y le hace preguntas a un inmigrante:
– ¿Sexo?
– 3 veces por semana.
– No… quiero decir si Masculino o Femenino.
– ¡¡¡¡Lo que caiga!!!!
EL horario laboral
Lucas, después de varios años consigue aprobar las oposiciones para ser funcionario. En su primer día de trabajo, su jefe lo llama al despacho:
– Bueno señor Lucas, qué tal su primer día de trabajo; quería aclararle su horario de trabajo y su desempeño: El horario de trabajo será de 08:00 a 15:00 de lunes a viernes. ¿Algo que objetar?
– No señor ninguno, pero quería comentarle una cosa que no es importante pero quiero que sepa: es que hace uno años tuve un accidente y perdí los testículos.
-Ah!!! En ese caso vengase a trabajar de 12:30 a 13:00.
– ¿Y eso por qué señor?
– Pues porque el resto del tiempo lo que hacemos es tocarnos los huevos, y así Usted no se sentirá discriminado.
Por la tarde no trabajan?
Llega un hombre a la puerta del Ayuntamiento y le pregunta al de seguridad:
– ¿Perdone….. por la tarde no trabajan?
y el de seguridad le responde:
– No….. por la tarde no vienen, cuando no trabajan es por la mañana.
¿Es usted médico?
Estaban en un restaurante una madre con su hijo.
En un descuido, el niño se mete una moneda en la boca y se atraganta.
La madre intenta hacerle escupir la moneda golpeándole la espalda, dándole palmadas en el cuello, sacudiéndolo, sin éxito.
El niño ya comienza a dar muestras de asfixia y la madre, desesperada, comienza a gritar pidiendo auxilio.
Un señor se levanta de una mesa cercana, y con pasmosa tranquilidad, sin decir palabra alguna, le baja los pantalones a la criatura, toma sus pequeños testículos, los aprieta con fuerza, y tira hacia abajo violentamente.
Automáticamente, el niño -ante el dolor irresistible- escupe la moneda, y el señor, con la misma pasmosa tranquilidad con la que se acercó, regresa a su mesa sin decir palabra.
Al rato, la señora, ya tranquilizada, se acerca para agradecerle que haya salvado la vida a su hijo, y le pregunta:
– ¿Usted es médico?
– No señora, SOY FUNCIONARIO DE HACIENDA experto en tocar los cojones hasta sacar la última moneda.
Batallitas del jubilado
Un jubilado comenta:
La gente que todavía trabaja me pregunta a menudo que qué hago diariamente, ahora que estoy retirado…
Pues bien, por ejemplo, el otro día fui al centro y entré en Correos a recoger un paquete que me había llegado, sin tardar en la gestión ni cinco minutos.
Cuando salí y llegué al coche que estaba en la puerta, un Policía Local estaba rellenando una multa por estacionamiento prohibido.
Rápidamente me acerqué a él y le dije:
– ¡Vaya hombre, no he tardado ni cinco minutos…! Dios le recompensaría si hiciera un pequeño gesto para con los jubilados…
Me ignoró olímpicamente y continuó llenando la infracción.
La verdad es que me pasé un poco y le dije que no tenía vergüenza. Me miró fríamente y empezó a llenar otra infracción alegando que, además, el vehículo no traía yo no sé qué calcomanía de la ITV. Entonces levanté la voz para decirle que me había percatado de que estaba tratando con un capullo, y que cómo le habían dejado entrar en la Policía…
Él acabó con la segunda infracción, la colocó debajo del limpiaparabrisas, y empezó con una tercera.
No me achiqué y estuve así durante unos 20 minutos llamándole de todo.
Él, a cada insulto, respondía con una nueva infracción. Con cada infracción que llenaba, se le dibujaba una sonrisa que reflejaba la satisfacción de la venganza…
Después de la enésima infracción… le dije:
– Lo siento. Lo tengo que dejar, porque… ¡Ahí viene mi autobús!
Y es que desde mi jubilación, ensayo cada día cómo divertirme un poco. Es importante hacer algo a mi edad, para no aburrirme.
Cena en el cielo
Un tío que está en el cielo le pregunta a San Pedro:
– San Pedro, ¿qué hay hoy de cenar?
– Una loncha de jamón york y un yogur.
– Pero cómo va a ser eso -dice el tío- si noto yo por aquí un olorcillo muy rico…
– Pues aquí no es -replica San Pedro- será en el infierno o en el purgatorio, porque hoy de cenar hay una loncha de jamón york y un yogur.
El tío se baja al infierno y ve que se han montado un pedazo de barbacoa; se pasa de vuelta por el purgatorio y ve que se están tomando unas cervecitas mientras se preparan una paella. Cabreado, tira para el cielo y le dice a San Pedro:
– San Pedro, vaya tela, en el infierno una barbacoa, en el purgatorio, una paella que no veas, y aquí, en el cielo, una mierda de loncha de jamón york y un yogur, anda tío, enróllate, haz una cena en condiciones.
– ¡Que no!
– ¡Venga ya hombre!
– ¡Que no leches!, que para cuatro que somos no me pongo yo a guisar.
Cubrir a las ovejas
Era un pastor que tenía un rebaño de ovejas, pero no tenía un macho para ‘cubrirlas’. Le comenta su problema a un colega y éste le dice:
– No pasa nada. Llévatelas al monte y las cubres tú mismo.
Si al día siguiente se ponen al sol es que están preñadas y si se ponen a la sombra vuelves a intentarlo.
El pastor sube a las ovejas a la furgonetilla, se las lleva al monte y… ¡¡¡ale!!!
A la mañana siguiente se despierta y pregunta a su mujer:
– Maríaaa, ¿las ovejas están al sol o a la sombra?
– Están a la sombra – contesta la mujer.
El pastor vuelve a subir a las ovejas a la furgoneta y repite la operación.
A la mañana siguiente:
– Maríaaa, ¿las ovejas están al sol o a la sombra?
– Están a la sombra – contesta la mujer.
El pastor vuelve a cargar sus ovejas en la furgoneta, y así sucesivamente durante varios días, hasta que una mañana:
– Maríaaa, ¿las ovejas están al sol o a la sombra?
– Ni al sol ni a la sombra, desde las 6 de la mañana están todas subidas en la furgoneta tocando el claxon…
Muerte inminente
Iba un hombre caminando por la selva, cuando de pronto lo rodea un grupo de salvajes caníbales, y se veía que no tenían muy buenas intenciones.
– ¡Ya estoy muerto!
En eso, el cielo se abre, aparece un rayo de luz y se escucha una voz profunda que le dice:
– No, todavía no, lo que debes hacer es quitarle la lanza al jefe caníbal y clavársela a su hijo en el corazón.
Entonces, el hombre pelea con el jefe, le quita su lanza y se la clava en el pecho al pequeño que estaba junto a él, ante el asombro de todos los caníbales. El hombre mira al cielo otra vez, y vuelve a escuchar la voz:
– Ahora sí ¡Ahora si que estás muerto!
Qué edad aparento
Un tipo de 47 años muy preocupado por parecer joven decide hacerse un estiramiento de cara. Una vez hecha la cirugía, el tipo sale muy contento de la clínica con su cara nueva. Se detiene en un puesto de diarios compra uno y le pregunta al vendedor: «Dígame amigo, quisiera que me conteste una pregunta: ¿Cuántos años cree que tengo?»
El quiosquero le dice: «No sé… unos 32».
Contento de la vida, el tipo le dice: «En realidad tengo 47 años».
Luego este buen señor entra a un McDonalds, pide una hamburguesa y le pregunta lo mismo al cajero.
El cajero le dice: «Yo le calculo unos 29 años».
El hombre, cada vez más contento, le dice: «No, tengo 47».
Luego toma el autobús para volver a su casa, y se sienta al lado de una anciana.
Una vez más, el tipo hace la pregunta: «Discúlpeme, señora, ¿cuántos años piensa usted que tengo?»
La viejita lo miró pensativa con su cara llena de arrugas, y le contestó: «Mire, hijito, yo ya tengo 85 años y no veo bien. Sin embargo, cuando era joven yo tenía un método para adivinar la edad de los hombres; les metía la mano en los calzoncillos y les decía la edad correcta».
El hombre dudó un poco, pero viendo que no había nadie en el autobús pensó: «Bueno, probemos, total…», y acto seguido le dice a la viejita que comience con su tarea.La viejita le mete la mano y le manosea los testículos al tipo. Al cabo de diez minutos exactos, la señora dice: «Usted tiene 47 años».
El tipo, asombradísimo exclama: «Pero esto es increíble, ¿dígame… cómo lo hace?»
Y la anciana le contesta: «Je, je, je,… Es que yo estaba detrás suyo en la cola del McDonalds…».
Con el codo
Una abuela catalana estaba indicando su dirección a su nieto, que la iba a ir a visitar con su mujer.
– Cuando lleguéis al edificio, en la puerta de la entrada hay un gran panel del portero electrónico. Yo vivo en el apartamento 301. Apretáis el botón del 301 con el codo y yo os abro la puerta. Entráis, el ascensor está a la derecha, entráis en él y apretáis el botón del 3º con el codo. Cuando salgáis del ascensor, mi apartamento esta a la izquierda. Con elcodo tocáis el timbre.
– Muy bien abuela, todo me parece muy sencillo… ¿pero por qué tengo que apretar todos los botones con el codo?
– ¡Hombre! ¿Es que pensáis venir con las manos vacías?
El accidente
Viajaba en un autobús una comisión especial de Diputados de todos los partidos para analizar los problemas agrarios del país.
En una de las tantas curvas el conductor del autobús pierde el control y caen por un barranco.
Después de algunas horas llegan al lugar de los hechos, ambulancias, Guardia Civil, Ejército, para tratar de dar auxilio a los lesionados, pero se dan cuenta de que no hay ninguna persona entre los restos del autobús.
Por lo tanto empiezan las investigaciones.
La Guardia Civil localiza cerca de donde ocurrió el accidente una casa, y allí se dirigen a pedir informes.
Sale un campesino de la casa a recibirlos, y le preguntan:
– ¡Oiga, Usted! ¿Vio a los políticos que se accidentaron?
– ¡Sí, sí los vi! ¡Y ya les di cristiana sepultura!
– ¿No me diga que todos estaban muertos?
– ¡Bueno… algunos decían que no, pero ya sabe usted como son de mentirosos esa gentuza!
La suegra lo va a arreglar
La señora llega a casa de su hija y encuentra a su yerno furioso preparando una maleta.
– ¿Qué pasa?- pregunta ella.
– ¿Que qué pasa? ¡Le voy a decir exactamente lo que pasa, señora! Le mandé un e-mail a Catalina diciéndole que hoy regresaba a casa de mi viaje de trabajo. Llegué a casa y ¿puede adivinar lo que me encontré?… A mi esposa, sí, ¡su hija!, con un hombre desnudo en nuestra cama. Este es el fin de nuestro matrimonio. ¡Yo me largo de aquí para siempre!
– ¡Cálmate! – dice la suegra. – Hay algo que no me cuadra. Catalina nunca haría una cosa de esas. Yo la crié y la conozco bien. Espera un momento mientras
yo averiguo qué fue lo que pasó.
Un momento después regresa la suegra con una sonrisa enorme.
– Ya ves, te dije que tenía que haber una explicación lógica y la hay, lo que pasa es que ¡Catalina no recibió tu e-mail!
La estatua en la habitación
Estaba una mujer con su amante y de repente oye que el marido abre la puerta.
– ¡Date prisa! – le dice al tipo – ¡Quédate de pie en la esquina!
Rápidamente le frota aceite de bebé por todo el cuerpo y luego le espolvorea con polvos de talco.
– No te muevas hasta que te lo diga, le susurra ella, simula que eres una estatua.
– ¿Qué es esto, querida? – le pregunta el marido al entrar.
– ¡Ah, sólo una estatua!, responde ella con naturalidad-, los Pérez compraron una para su dormitorio, me gustó tanto que compré una para nosotros también.
No se habló más sobre la estatua, ni siquiera por la noche cuando se metieron en la cama. A las dos de la madrugada, el marido se levanta, va a la cocina y vuelve con un sandwich y un vaso de leche.
– Toma, le dice a la ‘estatua’, come algo. Yo me estuve como un idiota durante tres días en el dormitorio de los Pérez y nadie me ofreció ni siquiera un vaso de agua.
Puzzle complicado
Una mañana de Domingo, a las 08:00 horas, una rubia encantadora llama a su novio muy alterada:
– Tienes que venir a ayudarme. Tengo un puzzle y no soy capaz ni de empezar!
– ¿Qué clase de puzzle?
– Según la foto de la caja, es un tigre.
Como a él se le dan muy bien los puzzles decide pasarse a echarle una mano, así que se pone los pantalones y se va. Entra y se acerca a la mesa donde están todas las piezas dispersas al lado de la caja. Mira las piezas, luego la caja y al cabo de un rato se vuelve hacia ella:
– Bueno, para empezar, lo siento mucho, pero no veo como unir estas piezas para formar el tigre, y segundo, te aconsejo que te relajes, te tomes un café y después
metas los Froskies de Kellogs en su caja.
Concurso de pájaros
En un concurso de pájaros les toca el turno a un francés, un ingles y un español:
El francés lleva un halcón le quita la capuchita y lo suelta a volar. A los pocos segundos el halcón estaba bastante alto, saca una pajita del bolsillo y la tira al aire, el halcón baja en picado alcanzando la velocidad de 120 Km. y logra recoger la pajita antes de que ésta caiga al suelo, le dan 8 puntos.
Ahora le toca el turno al inglés, éste trae un águila real, le quita la capucha, la suelta a volar y cuando está muy alto, saca una pajita, la parte en dos y la tira al aire, el águila baja en picado a la velocidad de 160 Km. y logra recoger los dos pedazos antes de que toquen el suelo, le otorgan 9 puntos.
Le toca el turno al español, éste trae un lorito de su casa y se le escucha gritar:
– ¡Quítame ya esta porquería de la cabeza que no veo nada!
Cuando lo hace el loro se escapa a volar, cuando va muy alto el amo saca una pajita, la parte en tres y la tira al aire, el loro baja en picado alcanzando la vertiginosa velocidad de 240 Km., y cuando se va acercando al suelo le grita al dueño:
– ¡Tira más paja, tira mas paja, desgraciado, que me mato!
La extraña muerte de mi tío
Dos amigos se encuentran por la calle:
– ¿Qué tal te va la vida?
– Fatal, el otro día enterramos a mi tío.
– ¡No me digas! ¿Cómo paso?
– Pues nada, estaba en el balcón haciendo una barbacoa y de pronto se acercó demasiado al fuego y..
– Ya, se quemó vivo, ¿no?
– No, qué va. Del susto se echó hacia atrás y tropezó con la barandilla del balcón…
– Sí, y se cayó por el balcón y se mato, ¿no?
– No. Resulta que en la caída se pudo agarrar a la cornisa, pero se empezó a resbalar y…
– Ya, se la dio contra el suelo, ¿no?
– Qué va. Alguien llamó a los bomberos, que habían puesto debajo una lona, pero tuvo tan mala pata que rebotó y…
– Por fin se la pegó, ¿no? (El amigo empieza a ponerse nervioso)
– No, en el rebote se pudo coger a un cable de alta tensión…
– ¡Se electrocutó!
– No, como estaba haciendo la barbacoa llevaba guantes, pero el cable cedió y se rompió…
– ¿Y por fin se la pegó?- No, los bomberos habían corrido la lona bajo él, pero aún rebotó, y antes de caer se pudo coger a una cornisa…
-¿PERO ME QUIERES DECIR CÓMO MURIÓ TU TÍO?
– Verás… al final los bomberos llamaron a la policía y tuvieron que abatirlo a tiros…
Actor con un tic
Un tío va a hacerse unas pruebas para la tele y tiene un tic nervioso que le hace guiñar un ojo continuamente.
– Pero hombre, ¿cómo quiere que le contratemos así?
– No, si se me pasa con una aspirina, espere, que tengo por aquí una en el bolsillo….
El tío se hurga los bolsillos y intentando encontrar las aspirinas saca cajas de preservativos de 10, de 15, de 20, de todas las marcas posibles.
– Parece que a usted le va bien con las mujeres, ¿eh?.
– ¡Que va! Si ligo menos que nadie.
– ¿Y entonces todo esto?
– ¿Ha probado usted alguna vez a entrar en una farmacia y pedir una caja de aspirinas guiñando un ojo?
Abandonar a un gato
Un señor que tenía una gata, estaba harto de que le arañase todos los muebles de la casa y no sabía como deshacerse de ella, se fue al monte y la dejo abandonada. Después de unos días la gata regresó.
El señor se la volvió a llevar y la tiró del otro lado del monte, y la gata volvió. Desesperado, le preguntó a un amigo, cómo lo podía hacer para que no volviera y éste le dio algunas indicaciones:
– Cruza el monte, ve al río y crúzalo, gira a la derecha, luego a la izquierda,otra vez a la derecha, cruza el puente y deja la gata.
Después de una semana, se encuentra con el amigo, todo sucio, cansado, hambriento, desvelado y sediento, y le pregunta:
– ¿Cómo te fue?
– Qué quieres que te diga, que si no es por la gata, ¡no regreso!
Fuente: http://www.1000chistes.com/chistes-de-funcionarios