Francisco Papa

Francisco Papa

Francisco (en latín, Franciscus PP.), de nombre secular Jorge Mario Bergoglio (Buenos Aires, Argentina, 17 de diciembre de 1936) es el 266.° y actual papa de la Iglesia católica. Como tal, es el jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano. Tras la renuncia al cargo de Benedicto XVI, fue elegido el 13 de marzo de 2013 en la quinta votación efectuada durante el segundo día de cónclave.

De ascendencia italiana, Bergoglio trabajó brevemente como técnico químico antes de entrar al seminario como novicio de la Compañía de Jesús. Fue ordenado sacerdote en 1969. De 1973 a 1979 se desempeñó como superior provincial de los jesuitas en la Argentina. Desde 1980 hasta 1986 fue rector del Colegio Máximo y de la Facultad de Filosofía y Teología de San Miguel. Luego de un breve paso por Alemania y por Buenos Aires, se radicó en Córdoba durante seis años.
Su espiritualidad y carácter llamaron la atención del cardenal Antonio Quarracino, y el 20 de mayo de 1992 Juan Pablo II designó a Bergoglio obispo titular de Oca y uno de los cuatro obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Buenos Aires. Luego de desempeñarse como vicario general de Quarracino, el 3 de junio de 1997 fue designado arzobispo coadjutor de Buenos Aires con derecho a sucesión, por lo que ocupó el cargo de su mentor en el episcopado tras su muerte, el 28 de febrero de 1998.
El papa Juan Pablo II creó a Bergoglio cardenal presbítero de San Roberto Belarmino el 21 de febrero de 2001. Tras la muerte de Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, fue considerado uno de los candidatos a ocupar el lugar del sumo pontífice, cargo para el que fue elegido finalmente Joseph Ratzinger, quien adoptó el nombre papal de Benedicto XVI.
Bergoglio fue presidente de la Conferencia Episcopal Argentina durante dos períodos consecutivos, desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011. Impedido por los estatutos de asumir un nuevo mandato, durante la 102.ª asamblea plenaria de ese organismo se eligió al arzobispo de la arquidiócesis de Santa Fe de la Vera Cruz, José María Arancedo, para sucederlo.
El cónclave que sesionó tras la renuncia de Benedicto XVI eligió como papa a Jorge Mario Bergoglio el 13 de marzo de 2013. Él manifestó su voluntad de ser conocido como ‘Francisco’ en honor del santo de Asís. Bergoglio es el primer papa de formación jesuita y el primero proveniente del Hemisferio sur. Es el primer pontífice originario del continente americano, el primerhispano desde Alejandro VI —muerto en 1503— y el primero no europeo desde el sirio Gregorio III —fallecido en 741—.
Además de su español natal, Francisco habla fluidamente latín, italiano, alemán, francés e inglés. Conocido por sus actitudes de humildad, su preocupación por los pobres, marginados y sufrientes de distinta extracción, y su compromiso de diálogo con personas de diferentes orígenes y credos, Francisco mostró una variedad de gestos pastorales indicativos de sencillez, entre los que se incluyen su decisión de residir en la casa de huéspedes del Vaticano en lugar de la residencia papal usada por sus antecesores desde 1903. En 2013, la revista Time lo consideró una de las cien personas más influyentes, categorizándolo en el grupo de los «líderes».
Vida antes del papado
Primeros años
Jorge Mario Bergoglio nació en el seno de una familia católica el 17 de diciembre de 1936, en el barrio porteño de Flores, siendo el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Mario José Bergoglio (contador, empleado en el ferrocarril), nacido en Portacomaro, provincia de Asti, que tuvo que emigrar de Italia debido al avance del fascismo; y Regina María Sívori (ama de casa), nacida en Buenos Aires, hija de también inmigrantes procedentes delPiamonte y Génova. María Elena Bergoglio es la única de sus hermanos todavía con vida.
Sus padres lo bautizaron el día de Navidad de 1936 en la Basílica San Carlos Borromeo y María Auxiliadora del barrio de Almagro en Buenos Aires, y durante su infancia fue alumno de sexto grado en el colegio salesiano Wilfrid Barón de los Santos Ángeles de la localidad de Ramos Mejía.
Posteriormente estudió en la escuela secundaria industrial Escuela Nacional de Educación Técnica N.º 27 Hipólito Yrigoyen en la que se graduó como técnico químico, tras lo cual estuvo trabajando en el laboratorio Hickethier-Bachmann, realizando análisis bromatológicos destinados a controlar la higiene de productos alimenticios. Ya en esa época sentía una fuerte vocación religiosa.
En su juventud, una enfermedad hizo que fuese sometido a una operación quirúrgica en la que le fue extirpada una porción de pulmón. A pesar de ello, el papa Francisco goza en la actualidad de buena salud y según los médicos, el tejido que le falta a su pulmón no tiene impacto significativo en su salud. La única preocupación sería una disminución en la reserva de la respiración si llegara a padecer una infección respiratoria.
Sacerdote jesuita
Con 21 años, en 1957 decidió convertirse en sacerdote. Ingresó en el seminario del barrio Villa Devoto como novicio de la Compañía de Jesús y culminó sus estudios como seminarista en el Seminario Jesuita de Santiago de Chile, ubicado en la casa de retiro de San Alberto Hurtado, donde ingresó al curso de Ciencias Clásicas y profundizó sus estudios de historia, literatura, latín y griego.
De 1964 a 1966 fue profesor de Literatura y Psicología en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe y en el Colegio del Salvador de Buenos Aires.
En 1966 Jorge Bergoglio y varios jesuitas de la Universidad del Salvador eran directores espirituales de los jóvenes integrantes católicos que ingresaron a la agrupación juvenil peronista Guardia de Hierro después de la Noche de los Bastones Largos. Guardia de Hierro era una organización de trabajo barrial que se disolvó formalmente en 1974. 
Cursó estudios de teología entre 1967 y 1970 en la Facultad de Teología del Colegio Máximo de San José, en San Miguel. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969, a los 33 años de edad.
Entre 1970 y 1971 realizó en la ciudad española de Alcalá de Henares la tercera probación de su noviciado, la última prueba necesaria para ingresar definitivamente en la Compañía de Jesús. Durante los dos años siguientes fue maestro de novicios en Villa Barilari, profesor en la Facultad de Teología y rector del Colegio Máximo de San Miguel.
El 31 de julio de 1973 fue nombrado provincial de los jesuitas argentinos, cargo que ocupó hasta 1979 Veinte días antes de su nombramiento como provincial, el general de los jesuitas, Pedro Arrupe, S.J., encargó a Francisco transferir la administración de la Universidad del Salvador de la Compañía de Jesús a una agrupación de laicos, lo cual hizo confiando en personas que conocía en la agrupación Guardia de Hierro. Por ello, en 1974 designó rector a Francisco José Piñón, quien ejerció el cargo hasta 1980, y en los demás cargos a exintegrantes de Guardia de Hierro.
En 1976 comienza una nueva dictadura militar en Argentina en el marco de la cual varios sacerdotes son víctimas de secuestros, torturas y muerte, especialmente los vinculados al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. En este escenario, Francisco, como provincial de los jesuitas, tuvo diálogo con sacerdotes en peligro de secuestro y con otros religiosos que habían sido liberados.
Obispo y cardenal
Luego de una gran actividad como sacerdote y profesor de teología, fue consagrado obispo titular de Oca (Auca, en latín) el 20 de mayo de 1992, para ejercer como uno de los obispos auxiliares de Buenos Aires. Cuando la salud de su predecesor en la arquidiócesis de Buenos Aires, el arzobispo Antonio Quarracino empezó a debilitarse, Francisco fue designado arzobispo coadjutor de la misma el 3 de junio de 1997. Al fallecer Quarracino lo sucedió en el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998, cargo que lleva añadido el título de primado de la Argentina. El 6 de noviembre de 1998 fue nombrado también ordinario para los fieles orientales desprovistos de un ordinario de su propio rito en Argentina.
Durante el consistorio del 21 de febrero de 2001, el papa Juan Pablo II lo creó cardenal con el titulus de San Roberto Belarmino.
Como cardenal formó parte de la Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Por ser arzobispo de Buenos Aires era también miembro de la Conferencia Episcopal Argentina, de la que fue presidente en dos períodos consecutivos desde noviembre de 2005 hasta noviembre de 2011, no pudiendo ser reelegido una vez más por no permitirlo el artículo 61 de los estatutos. El 8 de noviembre de 2011 los obispos electores de ese organismo designaron para reemplazarlo al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, primo hermano del fallecido expresidente argentino Raúl Alfonsín y hasta entonces vicepresidente segundo de la Conferencia Episcopal. Integró también el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
En 2005, el cardenal Bergoglio, ya siendo presidente de la Conferencia Episcopal, autorizó la tramitación de la causa para la beatificación de los seis miembros de lasociedad de vida apostólica de los Padres Palotinos que fueron asesinados en 1976 en la conocida masacre de San Patricio. Al mismo tiempo, Bergoglio ordenó investigar la masacre en sí, que se le atribuye mayoritariamente al régimen militar argentino.
Como arzobispo y cardenal, Francisco fue conocido por su humildad, conservadurismo doctrinal y su compromiso con la justicia social. Optó por promover el diálogo y acercarse a los distintos colectivos sociales, fuesen o no católicos; así como por reforzar la tarea pastoral en las parroquias, aumentando la presencia de sacerdotes en las villas (barrios marginales). Esto hizo que fuese conocido como «el obispo de los pobres».
El sociólogo Fortunato Mallimaci indicó que «tuvo mucha presencia en actos contra la trata de personas, en favor de las víctimas de accidentes de tránsito o de las tragedias de la discoteca Cromañón (2004) y de la estación ferroviaria de Once (2012)». Compartió misas con prostitutas, visitó las cárceles y dio libertad para que actuaran los sectores progresistas de la Iglesia.
Un estilo de vida sencillo ha contribuido a la reputación de su humildad: Vivía en un apartamento pequeño en vez de la residencia palaciega episcopal, renunció a su limusina y a su chofer en favor del transporte público, y cocinaba su propia comida. Disfrutaba de la ópera, el tango, y el fútbol; es hincha y socio activo simple del Club Atlético San Lorenzo de Almagro. Es también un apasionado lector de Fiódor Dostoievski y Jorge Luis Borges, además de autores clásicos.
Bergoglio, antes de ser elegido papa, presentó su renuncia como arzobispo al cumplir los 75 años, de acuerdo al Derecho canónico. Tenía previsto jubilarse una vez fuese nombrado su sucesor y retirarse a un hogar para los sacerdotes mayores o enfermos, donde ya tenía reservada una habitación; para después llevar una vida de oración y de dirección espiritual, alejada del gobierno eclesiástico.
Cónclave de 2005
Al fallecer Juan Pablo II, eran 117 los cardenales menores de 80 años en condiciones de votar para elegir un nuevo papa, entre los cuales se encontraba el entonces cardenal Bergoglio, considerado papable, y de quien se dice que logró obtener 40 votos de los 77 que eran necesarios para ser elegido, es decir, el segundo lugar detrás del cardenal Joseph Ratzinger, quien fue elegido y se convertió en Benedicto XVI, 265.º papa hasta febrero de 2013.
Se ha dicho que Bergoglio competía en número de votos con Ratzinger durante la elección hasta que hizo una súplica emotiva pidiendo a los cardenales que no votaran por él. Sin embargo, puesto que existe obligación de secreto absoluto para los asistentes al cónclave (Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis de 22 de febrero de 1996, cap. II, n.º 48) bajo pena de excomunión reservada al sumo pontífice (Código de Derecho Canónico, canon 1399), este dato debe tomarse como mera especulación. Antes, había participado en el funeral de Juan Pablo II y actuado como regente junto al Colegio Cardenalicio, gobernando la Santa Sede y la Iglesia Católica Romana durante el periodo de interregno de la sede vacante.
Elección al papado
Antecedentes
Durante el cónclave de 2005 parece que fue uno de los cardenales más votados, rivalizando con Benedicto XVI. Corrió el rumor de que pidió que no votaran por él, con lo que declinó el papado.
Durante el cónclave de 2013 se lo consideró como un candidato reformista, con edad y capacidad para reformar la curia. A pesar de ello, no figuraba entre los papables más sonados. Pero antes de que se hiciese efectiva su renuncia, Benedicto XVI había tenido un gesto hacia Jorge Mario Bergoglio: lo había designado como miembro de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), lo que se interpretó como un mensaje implícito de confianza.
Fue el cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana, quien dio a conocer un documento único con la ponencia de Jorge Mario Bergoglio ante los cardenales inmediatamente antes del cónclave. Este documento incluye cuatro puntos:
1. En el primer punto expresó: «La Iglesia está llamada a salir de sí misma e ir hacia las periferias, no sólo las geográficas, sino también las periferias existenciales: las del misterio del pecado, las del dolor, las de la injusticia, las de la ignorancia y prescindencia religiosa, las del pensamiento, las de toda miseria».
2. En el segundo párrafo caracterizó a la institución como una Iglesia «autorreferencial», centrada en sí misma, una tendencia que enferma a la institución.
3. En el tercer punto, Bergoglio profundizó este problema. «La Iglesia, cuando es autorreferencial, sin darse cuenta, cree que tiene luz propia… y da lugar a ese mal tan grave que es la mundanidad espiritual».
4. En el cuarto punto hizo un comentario sobre las características que él consideraba debía tener un papa actual. El pontífice sería, explicó Bergoglio, «un hombre que, desde la contemplación de Jesucristo… ayude a la Iglesia a salir de sí hacia las periferias existenciales».
Elección
El 13 de marzo de 2013, el cardenal Bergoglio fue elegido sucesor de Benedicto XVI a las 19:06 del segundo día del cónclave, en la quinta ronda de votaciones.
Es el primer papa de procedencia americana y el primero que no es nativo de Europa, Oriente Medio o el norte de África. También destaca por ser el primer pontífice no europeo desde el año 741, año en el que falleció Gregorio III, que era de origen sirio. Además, es el primer papa perteneciente a la Compañía de Jesús.
Tomó el nombre de Francisco —en ocasiones reproducido incorrectamente como Francisco I— y, en su primera aparición pública, elevó una oración por su antecesor, el papa emérito Benedicto XVI. Acto seguido, dijo que comenzaba «un camino», y pidió a los fieles que rezaran «unos por otros para que haya una gran fraternidad». «Espero que este camino de la Iglesia que hoy comenzamos sea fructífero para la evangelización». Además, pidió una oración en silencio por él para que Dios le ayudara en su labor.
Hermanos y hermanas, buenas tardes. Sabéis que el deber del cónclave era dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos Cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo; pero aquí estamos. Os agradezco la acogida. La comunidad diocesana de Roma tiene a su obispo. Gracias. Y ante todo, quisiera rezar por nuestro obispo emérito, Benedicto XVI. Oremos todos juntos por él, para que el Señor lo bendiga y la Virgen lo proteja. (Padre nuestro. Ave María. Gloria al Padre). Y ahora, comenzamos este camino: obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad. Deseo que este camino de Iglesia, que hoy comenzamos y en el cual me ayudará mi Cardenal Vicario, aquí presente, sea fructífero para la evangelización de esta ciudad tan hermosa. Y ahora quisiera dar la bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para el que Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración de vosotros por mí… Ahora daré la bendición a vosotros y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. (Bendición). Hermanos y hermanas, os dejo. Muchas gracias por vuestra acogida. Rezad por mí y hasta pronto. Nos veremos pronto. Mañana quisiera ir a rezar a la Virgen, para que proteja a toda Roma. Buenas noches y que descanséis.
Tras el nombramiento, cientos de fieles se congregaron ante la catedral metropolitana de Buenos Aires para celebrar la elección y posteriormente se celebró una misa en el templo con ese motivo. La elección del papa Francisco fue también uno de los temas más comentados en las redes sociales, acaparando en Twitter más de 130 000 mensajes por minuto; siendo hasta la fecha el segundo evento con más repercusión en la historia de dicha red social, sólo superado por los resultados de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2012 en las que Barack Obama se proclamó ganador.
Nombre y emblemas
Tras obtener la mayoría necesaria en la votación del cónclave, el cardenal Bergoglio escogió el nombre de Francisco como su nombre pontifical en honor a san Francisco de Asís, un santo italiano que en el siglo XIII fundó la Orden Franciscana y que se caracterizó por su entrega a los pobres y su humildad extrema. Algunos periodistas señalaron al respecto que su preferencia por este nombre fue un signo de cómo quiere llevar a cabo su pontificado, y el papa declaró posteriormente a la prensa que le gustaría «una Iglesia pobre y para los pobres» al explicar el porqué de su opción por el nombre de Francisco de Asís: «Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la Creación».
El papa explicó distendidamente que después del cónclave le sugirieron algunos nombres, como Adriano, por Adriano VI, un papa reformista; o Clemente, porClemente XIV, el papa que prohibió a los jesuitas, como una pequeña «venganza». Sin embargo, optó por Francisco por unas palabras que le comentó el cardenal brasileño Claudio Hummes, cuando estaba alcanzando la mayoría para ser elegido: «No te olvides de los pobres».
Francisco escogió como lema y escudo papales los mismos que tenía como obispo y cardenal. Su lema, Miserando atque eligendo («Lo miró con misericordia y lo eligió»), proviene de una homilía de san Beda el Venerable: Vidit ergo Iesus publicanum, et quia miserando atque eligendo vidit, ait illi, Sequere me («Jesús vio al publicano, y lo vio con misericordia y lo eligió, y le dijo «Sígueme»»). El escudo tiene en su parte superior el emblema de la Compañía de Jesús, es decir, el símbolo IHS (que es un monograma de Jesús en griego) en su variante con una cruz, de gules, y los clavos, desable, sobre unos rayos solares de oro. En la parte inferior se encuentran una estrella, símbolo de la Virgen María, y una flor de nardo, que representa a san José, patrón de la Iglesia Universal, también de oro. La diferencia con su escudo de cardenal, además de los cambios en los adornos indicativos de jerarquía tradicionales en la heráldica eclesiástica (la mitra y las dos llaves en vez del capelo) es que la estrella y la flor de nardo pasaron de ser de argén a ser de oro.
Títulos y tratamientos
El tratamiento oficial del Papa es su santidad el papa Francisco; en latín, Franciscus, Episcopus Romae (Francisco, obispo de Roma). Santo Padre es otro tratamiento frecuentemente usado para los papas.
Su título completo, raramente usado, es:
Su santidad el papa Francisco, obispo de Roma, vicario de Cristo, sucesor del príncipe de los Apóstoles, sumo pontífice de la Iglesia Universal, primado de Italia, arzobispo y metropolitano de la provincia romana, soberano del Estado de la Ciudad del Vaticano, siervo de los siervos de Dios.
Cuando se hace referencia a los papas, se acostumbra a traducir el nombre papal en los idiomas locales. Así, es Franciscus en latín (idioma oficial de la Santa Sede), Francesco en italiano (idioma del Vaticano), y Francisco en su español materno.
Papado
Primeros actos
El 14 de marzo de 2013, un día después de ser elegido, dio su primera misa como pontífice en la Capilla Sixtina. Lo hizo alternando latín e italiano sin la ayuda de escritos, con un tono didáctico y gesticulando abundantemente. Respecto a los asuntos que trató, hizo un llamamiento a proclamar el mensaje de Jesucristo, para evitar ser considerados simplemente como una «ONG compasiva». Además, destacó la necesidad de que la Iglesia se aleje de lo mundano edificándose sobre el Evangelio y la piedra angular de Cristo, y no «como los castillos de arena que hacen los niños que se derrumban fácilmente».
En su segundo día de pontificado, el viernes 15 de marzo, recibió en audiencia a todos los cardenales en la Sala Clemetina del Vaticano. Francisco agradeció el apoyo recibido en el cónclave papal, y alabó la labor realizada por su antecesor Benedicto XVI, del que dijo sentir «una gran gratitud y afecto por mi predecesor, quien revigorizó la Iglesia con su fe, sus conocimientos y su humildad». También manifestó que «todos nosotros vamos a tratar de responder con fe para llevar a Jesucristo a la humanidad y para traer a la humanidad a regresar a Cristo, a la Iglesia».
El sábado 16 recibió a los periodistas en audiencia en el Aula Pablo VI, a quienes bendijo y agradeció por el trabajo realizado durante los días del cónclave. En dicho acto el papa habló por primera vez desde que fue elegido en idioma español: «Muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica y otros no son creyentes, pero respetando la consciencia de cada uno, os doy mi bendición sabiendo que cada uno de vosotros es hijo de Dios. ¡Qué Dios los bendiga!». Ese mismo día restableció provisionalmente en su cargo a todos los miembros de la Curia vaticana cuyos puestos habían quedado suspendidos por la sede vacante, lo cual efectuó donec aliter provideatur («hasta que se disponga lo contrario»).
El domingo día 17 de marzo presidió el rezo del Ángelus desde el balcón de su apartamento vaticano, ante unas 150 000 personas. Durante el rezo, habló de la «misericordia de Dios […] que nunca castiga» y también mencionó un libro escrito por el teólogo Walter Kasper. Ese día escribió su primer tuit: «Queridos amigos, os doy las gracias de corazón y os ruego que sigáis rezando por mí». Antes del rezo del Ángelus celebró una misa en la capilla de Santa Ana, y a la salida saludó personalmente a todos los presentes.
El 18 de marzo Francisco recibió a la primera autoridad extranjera desde que es jefe de Estado del Vaticano. En concreto, fue visitado por su compatriota, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner. El encuentro duró cerca de 20 minutos y fue seguido de un almuerzo. En la reunión, la presidenta pidió al papa su intermediación para conseguir dialogar con el Reino Unido respecto a la soberanía de las Islas Malvinas. También intercambiaron obsequios entre sí.
Inauguración del pontificado
La misa de inauguración del pontificado del papa Francisco tuvo lugar el 19 de marzo de 2013, festividad de san José. A la ceremonia acudieron delegaciones oficiales provenientes de 132 países del mundo; y líderes de otras confesiones religiosas.80 Entre los representantes de otras denominaciones cristianas que acudieron a dicha ceremonia se encontraba el patriarca de Constantinopla Bartolomé I, un hecho insólito que no ocurría desde el Cisma de Oriente, hace casi mil años.
Antes de la misa, el papa se desplazó a bordo de un jeep blanco descubierto -en vez del papamóvil blindado- entre la multitud y recorrió durante casi veinte minutos la plaza de San Pedro. Francisco descendió en varias ocasiones del vehículo para besar a niños y saludar a enfermos.
Durante la ceremonia le fue colocado el palio y entregado el anillo del pescador, que no es de oro como era habitual, sino de plata dorada, y en su homilía, Francisco habló del poder que otorgó Cristo a San Pedro: «Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio», afirmó, considerando la figura del papa como alguien que «debe poner sus ojos en el servicio humilde» y «abrir los brazos para custodiar a todo el pueblo de Dios y acoger con ternura y afecto a toda la humanidad, especialmente a los más pobres, los más débiles, los más pequeños».
Se dirigió también a los gobernantes y a aquellos líderes en materia política, económica o social, a quienes les pidió que fuesen custodios de la creación: de las personas más débiles y del medio ambiente, recordando «que el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida».
Unos días antes a la inauguración, Francisco agradeció mediante una carta las oraciones y las muestras de cariño recibidas por los fieles de Argentina, pero les pidió expresamente que no acudiesen a la ceremonia de inicio de su pontificado, sino que en su lugar destinasen el dinero del viaje a Roma para realizar obras de caridad para los más necesitados.
La ciudad de Buenos Aires, por su parte, decretó asueto escolar en la capital que permitirá a todos los alumnos y trabajadores de la educación pública y privada seguir el inicio del pontificado al considerarlo como uno de los «acontecimientos más importantes que se han producido a lo largo de toda la historia argentina», más allá de lo religioso. Antes de la misa de inauguración, el papa Francisco realizó una llamada telefónica para agradecer a los miles de fieles que se habían congregado para seguir la ceremonia, y que participaban desde la noche anterior en una vigilia en la catedral.
El 23 de marzo el papa Francisco visitó a su predecesor, el papa emérito Benedicto XVI, en Castel Gandolfo, a donde se desplazó en helicóptero. La visita, de tres horas de duración, tuvo carácter privado. El actual y anterior pontífices oraron juntos en una capilla dedicada a la Virgen de Częstochowa y, aunque Benedicto quiso cederle un puesto preeminente, el recién elegido papa le pidió que se sentase con él, alegando que «somos hermanos». Según el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, Francisco regaló a su antecesor un icono de Nuestra Señora de la Humildad, «en honor a la humildad demostrada» por el anterior papa al presentar su renuncia. Posteriormente, tuvieron una reunión privada en la biblioteca de la residencia papal, y comieron juntos antes del regreso de Francisco al Vaticano.91 Se trató de un hecho insólito ya que nunca antes en la historia de la Iglesia se habían encontrado un papa y su predecesor emérito.
Desarrollo del pontificado
Algunos de los primeros actos públicos del pontificado de Francisco se desarrollaron en el marco de la Semana Santa de 2013:
El Domingo de Ramos, ante más de 250 000 personas, denunció, entre otras cosas, las guerras, los conflictos económicos, el ansia de dinero y de poder, la corrupción y los crímenes contra la vida humana y contra la Creación. Respecto a la comunidad cristiana, les dijo que con Cristo se podía vencer el mal y les pidió que «no sean personas tristes» y que no dejaran que nadie «les robe la esperanza».
El Jueves Santo lo inició con la llamada Misa Crismal, en la que anunció la beatificación de varios mártires de la Segunda Guerra Mundial, la Europa comunista y la Guerra Civil Española. Por la tarde tuvo lugar un acto insólito: el papa realizó la misa en un reformatorio de menores, en vez de en la tradicional Basílica de San Juan de Letrán. Allí lavó, secó y besó los pies a doce reclusos, entre los que había dos mujeres, una de ellas de religión musulmana.
El Viernes Santo realizó una ceremonia dentro del Vaticano, en la que rezó tumbado y en silencio ante un crucifijo desnudo. Más tarde participó en el Viacrucis que se desarrolló entre el Coliseo y el Monte Palatino de Roma. Sus reflexiones, escritas por jóvenes libaneses, giraron en torno a las injusticias y la violencia en Oriente Próximo.
El Domingo de Resurrección, el papa lanzó un mensaje de paz para todas las regiones del mundo que se encontraban en situación de conflicto: Malí, Siria, Corea, Israel y Palestina, etc. y dio la tradicional bendición Urbi et Orbi a los miles de fieles reunidos en el Vaticano.
El 6 de abril hizo su primer nombramiento dentro de la Curia Romana al encargar al fraile franciscano José Rodríguez Carballo el puesto de secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.99 Un mes después de su elección, el papa Francisco, tomando en consideración una de las sugerencias que se expusieron durante las congregaciones generales que precedieron al cónclave, constituyó un grupo de cardenales que lo asesorarán en las tareas de gobierno de la Iglesia y le ayudarán en la reforma de la constitución apostólica Pastor Bonus sobre la Curia Romana. Dicho grupo está coordinado por Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, y su secretario es Marcello Semeraro, obispo de Albano.
El 9 de abril se reunió con Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas. Durante la visita, el papa aprovechó para manifestar el «aprecio por el papel central de la ONU en la preservación de la paz en el mundo, en la promoción del bien común y en la defensa de los derechos fundamentales del hombre”.
El 15 de abril el papa Francisco recibió en audiencia privada a Mariano Rajoy, presidente del gobierno de España, el primer dirigente europeo en ser recibido por el papa. Hablaron a solas durante 24 minutos, y trataron diversos temas relativos a la situación política y económica mundial. Rajoy regaló al papa un facsímil del libro De aetatibus mundi imagines de Francisco de Holanda, así como una camiseta de la selección española de fútbol firmada por todos los jugadores, y le invitó a visitar próximamente España.
El 2 de marzo Francisco recibió en el Vaticano a su predecesor, Benedicto XVI, el cual se había trasladado en helicóptero desde el Castel Gandolfo al Monasterio Mater Ecclesiae, su residencia definitiva. Ésta es la primera ocasión en la que un papa y su predecesor conviven dentro del Vaticano.
Residencia
Francisco decidió hacer de la Casa de Santa Marta su lugar de residencia, renunciando así al Palacio Apostólico Vaticano usado por los papas desde Pío X (1903). En concreto, se aloja en la habitación 201, la cual consta de una cama, un crucifijo, un salón y un baño.
Su decisión fue tomada, según las palabras de Federico Lombardi, con el propósito de buscar una «forma simple de vivir y la convivencia con otros sacerdotes». No obstante, el Palacio Apostólico sigue siendo utilizado para audiencias y para el rezo del Ángelus.
Desde comienzos de mayo de 2013, convive en el mismo Vaticano con su predecesor Benedicto XVI, un hecho tan significativo como insólito.
Posiciones morales y temas políticos
Disposiciones para recibir la eucaristía
En el Documento de Aparecida, una declaración conjunta de los obispos de América Latina, el entonces cardenal Bergoglio, presidió el equipo de redacción del Documento final.
El texto en su parágrafo 436 dice que «Debemos atenernos a la ‘coherencia eucarística’, es decir, ser conscientes de que no pueden recibir la sagrada comunión y al mismo tiempo actuar con hechos o palabras contra los mandamientos, en particular cuando se propician el aborto, la eutanasia y otros delitos graves contra la vida y la familia. Esta responsabilidad pesa de manera particular sobre los legisladores, gobernantes y los profesionales de la salud».
Francisco también mantuvo una postura crítica hacia los sacerdotes que no bautizan a los niños nacidos de parejas no casadas o a los hijos de madres solteras, porque «apartan al pueblo de Dios de la salvación».
Crítica a la pobreza y la desigualdad social
Francisco, como arzobispo y cardenal, ha sido reconocido por su trabajo al servicio y la defensa de los pobres en Argentina; entre otros, por la directora del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, quien encomió su labor en este sentido. Ha sido también crítico con lo que llamó un «acostumbramiento» a la pobreza, y ha reprochado abiertamente a la sociedad y al Gobierno argentino por no impedir el aumento de una pobreza que llegó a definir como «inmoral, injusta e ilegítima» al ocurrir en una nación que posee las condiciones económicas necesarias para evitar esos daños.
En 2009 intervino en un seminario sobre Políticas Públicas, organizado por la Escuela de Posgrado Ciudad Argentina (Época), la Universidad del Salvador y la Universidad Carlos III de Madrid, donde participaron también el exministro español Tomás de la Quadra-Salcedo, el rabino Sergio Bergman (conocido por su militancia en el PRO, partido opositor al gobierno de Kirchner) y la senadora Hilda González de Duhalde, perteneciente a sectores del peronismo en la oposición, donde la intervención más sonada fue la del cardenal, que criticó la situación por la que atravesaba Argentina, reprochando al Gobierno lo que él consideraba como una falta de acción para frenar la pobreza en su país.119 «En lugar de eso, pareciera que se ha optado por agravar más las desigualdades», opinó el entonces primado de la Iglesia católica argentina, para quien «los derechos humanos120 se violan no sólo por el terrorismo, la represión y los asesinatos, sino también por estructuras económicas injustas que originan grandes desigualdades».
Ante esto, exigió una respuesta «ética, cultural y solidaria» para terminar con la que consideraba una deuda social con millones de argentinos, mayoritariamente niños y jóvenes, y aseguró que es imperativo luchar para cambiar las causas estructurales y las actitudes que generan dicha situación. Recalcó especialmente la fuga de capitales que padecía Argentina, indicando que había «aproximadamente 150.000 millones de dólares de argentinos en el exterior, sin contar los que están fuera del sistema financiero, y los medios de comunicación nos dicen que siguen yéndose de Argentina, aproximadamente, otros 2.000 millones de dólares más al mes». Ante esta situación, señaló la necesidad de que esos recursos fuesen puestos al servicio del país, saldando la deuda social y generando las condiciones para un desarrollo integral.
Durante una huelga de 48 horas de servidores públicos en Buenos Aires, Francisco opinó sobre las diferencias entre los «pobres perseguidos por pedir trabajo, y los ricos que son aplaudidos por huir de la justicia.»
Diálogo interreligioso
Durante el tiempo como arzobispo de Buenos Aires Bergoglio mostró una actitud favorable al diálogo interreligioso.122 En su libro Sobre el cielo y la tierra se recogen las conversaciones que mantuvo con el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano y con el que comparte una gran amistad.123 En dichas conversaciones afirmaban que la falta de diálogo y las trabas al encuentro son consecuencia de las actitudes como la prepotencia, el no saber escuchar, la desinformación, los prejuicios, la crispación del lenguaje comunicativo o la descalificación previa, entre otras. El diálogo, señalaron, entraña una acogida cordial y no una condena previa. «Para dialogar hay que saber bajar las defensas, abrir las puertas de casa y ofrecer calidez humana»
El mismo día de su nombramiento como papa de la Iglesia católica, Francisco envió una carta al rabino jefe de Roma Riccardo Di Segni, en la que expresaba su deseo de contribuir al progreso de las relaciones ante ambas religiones, que se fueron fortificando progresivamente en las últimas décadas. Días después recibió también a los enviados de las otras iglesias, comunidades eclesiales y organismos ecuménicos internacionales, así como a los representantes de las religiones no cristianas, que llegaron a Roma con motivo del inicio de su pontificado; y a los que se dirigió asegurándoles, en la estela de sus predecesores, su «firme voluntad de proseguir el camino del diálogo ecuménico».
En este encuentro hizo un llamamiento por la promoción de la amistad y el respeto entre hombres y mujeres de diferentes tradiciones religiosas; así como para que las religiones promuevan la justicia y la reconciliación para construir lapaz; pero sobre todo para mantener viva en el mundo la búsqueda de la verdad, de la bondad y de la belleza de Dios.
Al mismo tiempo, el papa Francisco destacó la importancia de intensificar el diálogo entre las distintas religiones, en primer lugar con el islam; pero también con los no creyentes para que «nunca prevalezcan las diferencias que separan y laceran», sino que, «predomine el deseo de construir lazos verdaderos de amistad entre todos los pueblos».
Aborto, eutanasia y anticoncepción
Como cardenal, Francisco, acorde con la postura oficial de la Iglesia sobre estos temas, ha alentado a su clero y a los laicos a oponerse tanto al aborto como a la eutanasia, describiendo el movimiento pro-elección como una «cultura de la muerte» y defendiendo en contraposición la denominada «cultura de la vida»: defender la vida desde su concepción, durante la juventud, la vejez y hasta la muerte natural.
Igualmente, Francisco rechaza el uso de anticonceptivos y se opuso a su distribución gratuita por parte del gobierno argentino.
Actuación contra la pederastia
El papa Francisco pidió a la Congregación para la Doctrina de la Fe que, en la línea de lo iniciado por su predecesor Benedicto XVI, se actúe con decisión en todo aquello que se refiera a los casos de abuso sexual, promoviendo medidas de protección a los menores y ayudando a los que han sufrido algún tipo de violencia. También señaló la necesidad de aplicar las medidas debidas hacia los culpables.
Además, según el periódico italiano il Fatto Quotidiano, Francisco, durante una visita a la Basílica de Santa María la Mayor de Roma en 2013, ordenó expulsar al ex arcipreste, el cardenal estadounidense Bernard Francis Law, como condena por su presunto encubrimiento de más de 5 000 casos de pederastia. Law había sido reemplazado en el cargo por el cardenal Santos Abril y Castelló el 21 de noviembre de 2011.
Sobre la supuesta relación entre la pederastia y el celibato de los sacerdotes, Bergoglio afirmó en el libro El jesuita que «si hay un cura pedófilo es porque portaba en él la perversión antes de ser ordenado. Y suprimir el celibato no cura esas perversiones. Se tiene o no se tiene». Para evitar esto, defendió una mayor atención a la selección de candidatos para el sacerdocio.
Trabajo
Francisco rechaza los empleos que someten a las personas a condiciones laborales injustas o que son deningrantes, tales como la prostitución o los talleres clandestinos, los cuales califica de «esclavitud» y «tráfico de personas»:
«Pido justicia por estos hombres y mujeres sometidos a la trata de personas en cualquiera de los rubros: talleres clandestinos, prostitución, chicos sometidos en trabajos de granjas y los cartoneros que viven de las migajas que caen de la mesa de los satisfechos.»
También critíca a las personas que trabajan con el fin último de la acumulación de dinero, las cuales opina que se enfrentan a una «catarata descendente de degradación moral».
Oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo
Aunque estaba de acuerdo con las uniones civiles, el cardenal Bergoglio manifestó su rechazo a la ley 26.618 promovida por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Una de las cuestiones en las que el entonces cardenal Bergoglio se enfrentó al Gobierno argentino fue la ley 26618, mediante la cual, entre otros cambios, se reformó el Código Civil para permitir el matrimonio con independencia de que los contrayentes sean del mismo o de diferente sexo, también conocido como «matrimonio igualitario». El cardenal estaba de acuerdo con las uniones civiles de personas del mismo sexo, aunque no con el matrimonio homosexual.
El 9 de julio de 2010, días antes de su aprobación, se hizo pública una carta de Bergoglio destinada a las monjas carmelitas de Buenos Aires,138 en la que instaba a las religiosas a pedir por los legisladores para que hagan un bien a la patria, utilizando la cita bíblica «esta guerra no es vuestra sino de Dios», refiriéndose a dicho proyecto, que contemplaba, entre otras cosas, que las personas homosexuales pudieran contraer matrimonio y adoptar niños, hechos calificados en dicha carta como «la pretensión destructiva del plan de Dios».139 El expresidente Néstor Kirchner criticó lo que él denominó «presiones» de la Iglesia sobre este asunto.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner acusó en duros términos a la Iglesia por la campaña contra el matrimonio entre personas del mismo sexo, que se debatía en el Congreso, afirmando que la misma era propia de «tiempos medievales y de la Inquisición».
Controversia sobre su actuación durante la dictadura argentina
Las acciones de Jorge Bergoglio durante la dictadura cívico-militar argentina ocurrida entre 1976 y 1983 han sido objeto de controversia. Algunas personas acusaron al entonces provincial jesuita de supuesta relación con el secuestro de dos sacerdotes de su orden, Orlando Virgilio Yorio y Francisco Jálics, aun cuando ninguna denuncia fue presentada formalmente. La justicia argentina, por su parte, investigó lo sucedido y rechazó la validez de dichas acusaciones. Por otro lado, diversas personalidades —incluyendo perseguidos durante la dictadura— han afirmado que Bergoglio ayudó a quienes fueron perseguidos.
En 1986, el escritor y abogado Emilio Mignone publicó su libro Iglesia y dictadura. El papel de la iglesia a la luz de sus relaciones con el régimen militar donde menciona que la actitud de Bergoglio como provincial de la Compañía de Jesús hacia los sacerdotes jesuitas Yorio y Jálics pudo ser interpretada por los militares como una autorización para el secuestro de ambos que tuvo lugar desde el 23 de mayo de 1976 hasta su reaparición con vida el 24 de octubre de 1976. Posteriormente, el periodista Horacio Verbitsky sostuvo en su libro El silencio (2005) que Bergoglio pudo colaborar con el secuestro de los dos jesuitas o favorecerlo negándoles protección, presentando en apoyo de su tesis las declaraciones de varias personas.
A favor de dicho argumento se han mostrado también el hermano y algunos de los familiares del secuestrado Yorio, ya fallecido. Sin embargo Jálics, el otro sacerdote secuestrado, afirmó que si bien en un primer momento llegó a pensar que habían sido víctimas de una denuncia, tras varias conversaciones a finales de los años 1990, llegó a la conclusión de que dichas suposiciones eran infundadas. Según él, no fue hasta años después que volvió a hablar con Bergoglio sobre su secuestro y sostuvo que está reconciliado con lo sucedido, afirmando que «es falso sostener que nuestro secuestro se produjo a iniciativa del padre Bergoglio».
El cardenal, por su parte, rechazó las acusaciones en el libro El jesuita, publicado en 2010 por los periodistas Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti y afirmó que no se defendió antes «para no hacerle el juego a nadie, no porque tuviese algo que ocultar», añadiendo: «Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba para abogar por las personas secuestradas […] Me moví dentro de mis pocas posibilidades y mi escaso peso».
Sobre el caso en el que resultaron víctimas Yorio y Jálics, el Tribunal Oral Federal n° 5 dictó sentencia el 28 de diciembre de 2011 y en el juicio, Jorge Bergoglio prestó declaración testimonial. Entre otros puntos, la sentencia dictaminó que las gestiones realizadas tanto por los superiores de la orden jesuita como por otras autoridades eclesiásticas persuadieron al régimen imperante de la liberación de los secuestrados.
Tras su elección como papa, desde el Vaticano se afirmó que las acusaciones contra Bergoglio eran parte «de una campaña difamatoria» promovida por una publicación a la que acusaron de anticlerical y «que en ocasiones es calumniosa y difamatoria»; remarcando que «jamás ha habido una acusación creíble» contra Bergoglio y que «hizo mucho para proteger a las personas durante la dictadura». El diario Página/12, en el que publica Verbitsky, se dio por aludido afirmando que se trataba de una «desmentida pobre» que «agrede al medio que publicó una información […] que ningún otro quiso publicar».
Varios referentes de la defensa de los derechos humanos han negado la participación de Bergoglio en dichos asuntos y otras personas han afirmado que, de hecho, ayudó y sacó a mucha gente del país durante la dictadura. Entre ellos se encuentra el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel que opinó que no consideraba que Bergoglio «haya sido cómplice de la dictadura», pero que creía que «le faltó coraje para acompañar nuestra lucha por los derechos humanos en los momentos más difíciles». Señaló asimismo que «Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no».
También la defensora del pueblo de la ciudad de Buenos Aires Alicia Oliveira, que fue perseguida por la dictadura, que afirmó que Bergoglio les advirtió a los sacerdotes Jálics y Yorio del peligro que corrían y que ellos no le hicieron caso. La ex senadora Graciela Fernández Meijide ratificó la declaración de Oliveira y afirmó que no le constaba «en absoluto que haya sido cómplice de la dictadura» ya que en todos los años en los que ella perteneció a la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas y a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos «nadie lo mencionó ni como instigador ni como nada». Apuntó además que parte de las críticas a Bergoglio podrían haberse debido a que éste había reprobado las políticas del gobierno argentino a causa de la corrupción y la pobreza.
Además, varias personas señalaron al respecto la ayuda que les brindó Bergoglio para escapar de los represores de la dictadura argentina. En concreto, el sacerdote José Luis Caravias afirmó que Bergoglio le salvó la vida al haberle protegido.
Por su parte, Germán Castelli, uno de los jueces que llevó el caso, recordó que la sentencia judicial del caso ESMA eximió a Bergoglio de cualquier culpabilidad, señalando, según las evidencias, que las acciones del cardenal no tuvieron ninguna implicación jurídica y que las acusaciones contra él eran «totalmente falsas», según sus propias palabras. En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, Ricardo Lorenzetti, quien afirmó que no hubo absolutamente ninguna imputación concreta hacia el cardenal Bergoglio.
Obras
Jorge M. Bergoglio, celebrandomisa en calidad de arzobispo de Buenos Aires en la XX Exposición del Libro Católico, el 14 de septiembre de 2008.
1982: Meditaciones para religiosos.
1986: Reflexiones sobre la vida apostólica.
1992: Reflexiones de esperanza.
1998: Diálogos entre Juan Pablo II y Fidel Castro.
2003: Educar: exigencia y pasión.
2004: Ponerse la patria al hombro.
2005: La nación por construir.
2006: Corrupción y pecado.
2006: Sobre la acusación de sí mismo.
2007: El verdadero poder es el servicio.
2010: Sobre el Cielo y la Tierra.
2012: Mente abierta, corazón creyente.
Bibliografía
Sergio Rubín, Francesca Ambrogetti (2010). El jesuita: conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio. Vergara Editor. ISBN 978-9501524505.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_(papa)