Dolor de espalda

Dolor de espalda

El dolor de espalda es una de las razones más comunes por las que las personas acuden al médico o faltan al trabajo y es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. La mayoría de las personas sufren dolor de espalda al menos una vez.

Afortunadamente, puedes tomar medidas para prevenir o aliviar la mayoría de los episodios de dolor de espalda. Si la prevención falla, el tratamiento domiciliario simple y la mecánica corporal adecuada a menudo sanarán tu espalda en unas pocas semanas y la mantendrán funcional. Rara vez se necesita cirugía para tratar el dolor de espalda.

Síntomas
Entre los signos y síntomas de dolor de espalda se pueden incluir los siguientes:
• Dolores musculares
• Dolor punzante
• Dolor que irradia hacia la pierna
• Dolor que empeora al flexionarse, levantarse, pararse o caminar
• Dolor que mejora al recostarse

Cuándo debes consultar con un médico
En la mayoría de los casos, el dolor de espalda mejora gradualmente con el tratamiento en el hogar y el cuidado personal, generalmente en unas pocas semanas. Si tu dolor no mejora en ese plazo, consulta a tu médico.
En casos poco frecuentes, el dolor de espalda puede indicar un problema médico grave. Busca atención inmediata situ dolor de espalda:
• ocasiona problemas vesicales o intestinales nuevos;
• está acompañado de fiebre;
• aparece después de una caída, un golpe en la espalda u otra lesión.

Comunícate con un médico si tu dolor de espalda:
• es intenso y no mejora con el descanso;
• se extiende a una o ambas piernas, especialmente si el dolor se extiende debajo de la rodilla;
• provoca debilidad, entumecimiento u hormigueo en una o ambas piernas;
• está acompañado de pérdida de peso inexplicable.
Además, consulta a tu médico si comienzas a tener dolor de espalda por primera vez después de los 50 años, o si tienes antecedentes de cáncer, osteoporosis, uso de esteroides o consumo excesivo de drogas o alcohol.

Causas

Dolor en la parte baja de la espalda causado por degeneración y lesión de la columna vertebral.

El dolor de espalda que aparece repentinamente y dura menos de seis semanas (agudo) puede ser producto de una caída o del levantamiento de un objeto pesado. El dolor de espalda que dura más de tres meses (crónico) es menos frecuente que el dolor agudo.
A menudo, el dolor de espalda se manifiesta sin una causa que el médico pueda identificar con una prueba o un estudio de diagnóstico por imágenes. Los trastornos frecuentemente relacionados con el dolor de espalda incluyen:
• Presión muscular o en los ligamentos. Levantar objetos pesados en repetidas ocasiones o hacer un mal movimiento repentino pueden ejercer presión sobre los músculos de la espalda y los ligamentos de la columna vertebral. Si tu estado físico no es bueno, la presión constante sobre la espalda podría causarte espasmos musculares dolorosos.
• Protuberancia o hernia de disco. Los discos funcionan como amortiguadores entre los huesos (vértebras) de la columna vertebral. El material blando en el interior del disco puede tener una protuberancia o una ruptura y ejercer presión sobre un nervio. Sin embargo, puedes tener una protuberancia o una hernia de disco sin sentir dolor de espalda. La discopatía se suele descubrir accidentalmente cuando, por algún otro motivo, te haces una radiografía de la columna vertebral.
• Artritis. La artrosis puede afectar la zona lumbar. En algunos casos, la artritis de la columna vertebral puede reducir el espacio que rodea la médula espinal, un trastorno que se denomina estenosis del conducto vertebral.
• Irregularidades óseas. Un trastorno en el cual la columna vertebral se curva hacia un lado (escoliosis) también puede causar dolor de espalda, pero habitualmente no antes de la mediana edad.
• Osteoporosis. Las vértebras de la columna vertebral pueden presentar fracturas por compresión si tus huesos se vuelven porosos y frágiles.

Factores de riesgo
Cualquier persona puede desarrollar dolor de espalda, incluso los niños y adolescentes. Estos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar dolor de espalda:
• La edad. El dolor de espalda es más común a medida que envejeces, a partir de los 30 o 40 años.
• Falta de ejercicio. Los músculos débiles y no utilizados de la espalda y el abdomen pueden provocar dolor de espalda.
• Exceso de peso. El exceso de peso corporal ejerce una sobrecarga en la espalda.
• Enfermedades. Algunos tipos de artritis y cáncer pueden contribuir al dolor de espalda.
• Levantar objetos incorrectamente. Usar la espalda en lugar de las piernas puede causar dolor de espalda.
• Condiciones psicológicas. Las personas propensas a la depresión y la ansiedad parecen tener un mayor riesgo de padecer dolor de espalda.
• Tabaquismo. Esto reduce el flujo sanguíneo a la parte inferior de la columna vertebral, lo cual puede evitar que tu cuerpo suministre suficientes nutrientes a los discos de la espalda. El fumar también retrasa la recuperación.

Prevención
Puedes evitar el dolor de espalda o prevenir que vuelva a ocurrir si mejoras tu condición física y aprendes y practicas la mecánica corporal adecuada.
Para mantener tu espalda fuerte y saludable:
• Haz ejercicio. La práctica regular de actividades aeróbicas de bajo impacto (aquellas que no producen presión ni sacuden tu espalda) puede mejorar la fuerza y la resistencia de tu espalda y permite que tus músculos funcionen mejor. Caminar y nadar son buenas opciones. Habla con tu médico sobre las actividades que puedes probar.
• Desarrolla la fortaleza y flexibilidad muscular. Los ejercicios para los músculos del abdomen y de la espalda, que fortalecen la zona media del cuerpo, ayudan a desarrollar estos músculos para que funcionen como una faja natural para tu espalda. La flexibilidad en tus caderas y en la parte superior de tus piernas alinea tus huesos pélvicos para mejorar la sensación en tu espalda. El médico o el terapeuta físico puede decirte cuáles son los ejercicios adecuados para ti.
• Mantén un peso saludable. El sobrepeso ejerce presión sobre los músculos de la espalda. Si tienes sobrepeso, adelgazar puede prevenir el dolor de espalda.
• Dejar de fumar. Conversa con tu médico sobre los métodos para dejar de fumar.
Evita los movimientos de rotación o presión sobre tu espalda. Usa tu cuerpo adecuadamente:
• Mantén una postura erguida. No te encorves. Conserva una posición pélvica neutral. Si debes permanecer parado durante mucho tiempo, pon un pie sobre un reposapiés bajo para quitar un poco de peso de la zona inferior de tu espalda. Alterna los pies. Una buena postura puede reducir el estrés en los músculos de la espalda.
• Siéntate erguido. Elige un asiento que tenga un buen apoyo para la espalda, apoyabrazos y una base giratoria. Colocar un almohadón o una toalla enrollada en la zona lumbar de tu espalda puede conservar su curva normal. Pon tus rodillas y caderas al mismo nivel. Cambia tu posición con frecuencia, como mínimo cada media hora.
• Levántate erguido. En lo posible, evita levantar cosas pesadas, pero si debes hacerlo, deja que tus piernas hagan el trabajo. Pon tu espalda recta (sin torsión) y dobla solamente las rodillas. Coloca el objeto cerca del cuerpo. Busca una persona que te ayude a levantar el objeto si este es pesado o incómodo.

Sé un comprador cuidadoso
Debido a que el dolor de espalda es tan común, varios productos prometen la prevención o el alivio. Sin embargo, no existen pruebas que demuestren que el uso de zapatos especiales, plantillas, soportes para la espalda, muebles diseñados especialmente o programas de control del estrés puedan ser útiles.
Además, no parece existir un tipo de colchón que sea mejor para las personas con dolor de espalda. Es probablemente una cuestión de lo que sea más cómodo para ti.
Fuente: https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/back-pain/symptoms-causes/syc-20369906