El médico de su hijo es el mejor recurso cuando se tienen preguntas o preocupaciones relacionadas con la salud del niño; aunque encontrar el tiempo necesario para llevarlo al médico para los chequeos de rutina o cuando se enferma, se dificulta por todas las responsabilidades diarias que usted tiene.
También es posible que el médico tenga demasiados pacientes ese día; por lo cual es sumamente importante aprovechar el tiempo que pasan juntos. ¿Cuáles son las mejores maneras de comunicar sus preguntas o preocupaciones al médico de su hijo? ¿Cómo puede establecer una buena relación con el médico que juega un papel tan importante en la salud de su hijo?
La relación entre el médico y el paciente
Los días en que los médicos hacían visitas en las casas y se les pagaba por la atención médica y las medicinas con ganado ya no existen. La realidad es que en la actualidad entre los co-pagos de los seguros y las salas de espera repletas de pacientes, la relación entre el médico y el paciente ha cambiado drásticamente.
Hoy en día los médicos se ven forzados a ver más pacientes en menos tiempo y a pasar menos tiempo con cada paciente. El asunto de los seguros; por ejemplo, la necesidad de referidos a otros médicos y especialistas, también es una complicación tanto para los pacientes como para los médicos y el personal de sus oficinas.
En el pasado, los padres tenían menos conocimientos sobre la salud, el crecimiento, y el desarrollo de sus hijos; pero la información que hoy en día está a su alcance por la Internet, en bibliotecas y por televisión, sugiere que los padres están más informados que nunca. Esta es una buena noticia, porque los padres que se involucran activamente en el cuidado de la salud de sus hijos aseguran que sus hijos reciban la mejor atención posible. A pesar de eso, en ciertas ocasiones los padres encuentran información incompleta o incorrecta cuando hacen sus propias investigaciones. Un padre que llega al médico del niño con información extraída de una página de la Internet que tiene poca credibilidad, puede verse frente a un médico tenso y frustrado porque no tiene tiempo para corroborar o disputar la información.
Otro problema común que puede poner en peligro la buena relación con el médico de su hijo es tener expectativas poco prácticas o no confiar en el diagnóstico o tratamiento que el médico ordena para una enfermedad leve. Por ejemplo, muchos padres esperan que el médico recete medicamentos para el catarro común, cuando es mejor aguardar y ver qué sucede. Como resultado, algunos médicos se sienten obligados a ceder a las expectativas de los padres, recetando o haciendo tratamientos que no son necesarios ni beneficiosos para la salud del niño.
El sistema de salud actual se ha vuelto tan complejo que es necesario que los padres se hagan cargo del cuidado de la salud de sus hijos. Una manera de asegurar que su hijo reciba una buena atención médica es colaborando con los profesionales a cargo de su atención, como el médico del niño, para asegurarse que reciba los exámenes y tratamientos adecuados.
Cómo comunicarse con el médico de su hijo
La clave para establecer una buena relación con el médico de su hijo es teniendo una comunicación abierta y manteniendo expectativas razonables. ¿Qué puede esperar del médico de su hijo? El o ella debe:
• ayudarle a mantenerse al tanto de la salud de su hijo
• explicarle el crecimiento y desarrollo de su hijo y lo que debe esperar
• diagnosticar y tratar las enfermedades leves o de moderada gravedad
• ofrecerle referidos y colaborar con especialistas en caso de enfermedades que requieran una experiencia especial.
El pediatra de su hijo, el médico de la familia, o la enfermera practicante también pueden ayudar con otros asuntos relacionados con la salud de los niños; como por ejemplo el ejercicio, la nutrición, el peso, los problemas emocionales y del comportamiento; la mejor manera de hacerle frente a problemas familiares como la muerte, la separación y el divorcio; y también a entender y obtener tratamiento para los trastornos del aprendizaje.
Una buena comunicación es recíproca. Usted puede contribuír dejándole saber al médico que usted confía en él. Está bien que le haga preguntas, pero déjele saber que usted desea decisiones, diagnósticos y recetas basadas en lo que sea más beneficioso para la salud de su hijo, no porque sea más facil para usted o porque le haga sentir mejor.
Cuando tenga una visita con el médico del niño, vaya preparado con la mayor cantidad de detalles posible. Cuando el médico le pregunte cómo se encuentra el niño, hágale preguntas o háblele de sus preocupaciones. Es mejor ser específico — por ejemplo, cuando le da al médico detalles sobre los síntomas, por ejemplo, que el niño vomitó tres veces la noche anterior, que tiene una temperatura de 102 grados Fahrenheit (39 grados Celsius) y que tiene diarrea, usted lo ayuda a evaluar el estado del niño con más facilidad que si solamente le dice: «mi hijo está enfermo».
Es una buena idea escribir las preguntas o preocupaciones antes de entrar al cuarto de reconocimiento, para que no se les olviden. Y si está preocupado por los síntomas del niño, menciónelos aunque el médico no le pregunte. Mientras más información tenga el médico, mejor podrá evaluar la salud de su niño.
Consejos para fomentar mejores relaciones
Los siguientes consejos ayudan a fomentar una mejor relación con el médico de su hijo (y el personal de su consulta):
• Manténgase informado, pero no exagere. La Internet es una herramienta muy buena para informarse sobre la salud y el desarollo de su hijo; pero no es realista esperar que el médico del niño evalúe cada recurso o adelanto que usted encuentre en la Internet o que vea en la televisión. Si usted tiene un artículo en particular que desea que el médico de su hijo lea o comente, envíeselo por correo postal, por correo electrónico, por fax, o déjelo en la oficina del médico con anterioridad a su visita, dándole suficiente tiempo para que pueda analizarlo y hacer las investigaciones necesarias. Mantenga estas solicitudes al mínimo. Si usted desea información sobre un tema específico relacionado con la salud de los niños, hable con el personal de la consulta del médico, o con una enfermera, para ver si ellos pueden proporcionarle folletos informativos. Pídale al médico que le recomiende recursos confiables o sitios cibernéticos de su confianza donde usted pueda conseguir la información.
• Concéntrese durante la visita. Evite distracciones, para poder prestar su más absoluta atención a las respuestas que el médico le da a sus preguntas. Apague el teléfono celular y deje los niños más pequenos con su cónyuge, un familiar o una niñera, si es posible. También debe concentrarse en el motivo de la visita – por ejemplo, no use una visita por enfermedad para discutir problemas del comportamiento que puedan necesitar una evaluación más a fondo. En vez, solicite otra cita y explique al personal de la oficina del médico qué tipo de problema tiene el niño para que la cita pueda tener la duración necesaria.
• Observe las reglas. Respete el horario del médico llegando a tiempo a las citas, o con unos minutos de anticipación. En caso de una demora imprevista, llame a la oficina. Cuando tenga que cancelar o cambiar una cita, avise con un mínimo de 24 horas de anticipación. Debido a que muchas oficinas tienen el horario repleto con varias semanas de anticipación, las citas para exámenes de rutina o para cualquier motivo que no sea por enfermedad deben hacerse con anticipación. También debe familiarizarse con los requisitos de pago de la oficina, con los co-pagos de su compañía de seguro y con los requisitos para los referidos, a fin de evitar cualquier contratiempo en el momento de la cita.
• Visitas de seguimiento. Antes de marcharse de la oficina del médico, infórmese sobre las visitas de seguimiento, pruebas de laboratorio o análisis de sangre que su niño necesite. Tome notas de las instrucciones para no olvidarlas, y si no sabe cómo administrar un medicamento, pregúntele a la enfermera o al médico antes de marcharse de la oficina. Comuníquese con la oficina si el medicamento que le recetaron no le está haciendo efecto, o si el niño empeora o muestra otros síntomas.
• Ahorre tiempo para ganar tiempo. En la mayoría de los casos es preferible que usted o su compañero lleven el niño al médico, especialmente cuando van a tratar temas complicados con son los problemas del comportamiento. Depender de otra persona como una niñera o uno de los abuelos puede contribuir a que usted reciba instrucciones que esa persona no haya entendido bien, que se las comunique a usted erróneamente o que las preguntas que el médico haya hecho durante la vista no le hayan sido contestadas.
• Utilice su sentido común. Usar el teléfono para hacer preguntas sobre síntomas pueden ahorrarle tiempo y dinero tanto al médico como a usted – pero no debe abusar de ese privilegio. Cuando sus preguntas relacionadas con la salud y el desarrollo de su hijo no son urgentes, espere a hacerlas durante la próxima visita de rutina. Muchas enfermeras o practicantes de enfermería tienen los conocimientos necesarios para contestar preguntas por teléfono en las oficinas de los pediatras; use estos profesionales como recurso cuando sus preguntas no sean de urgencia en vez de exigir hablar con el médico cada vez que usted llame.
El estrés que causa un niño enfermo o lesionado puede causar tirantez en la comunicación entre el médico y los padres, y los muchos temas que se discuten durante las visitas de rutina dejan poco tiempo libre para hacer preguntas. No vacile en hacerle preguntas al médico de su niño, aunque usted piense que son insignificantes. Muchas veces, los problemas sencillos se resuelven fácilmente con la ayuda del médico.
No sienta temor de conversar con el médico del niño sobre las visitas a su oficina; como por ejemplo, si usted sintió que la estaban apresurando o si necesitaba más información sobre una receta o un procedimiento. Un buen médico desea colaborar con usted para que su hijo reciba la mejor atención posible.
Revisado por: Steven Dowshen, MD
Fuente: https://kidshealth.org/es/parents/talk-doctor-esp.html