Todo lo que necesitas saber sobre el comportamiento canino

Todo lo que necesitas saber sobre el comportamiento canino

Más allá de los mitos, la ciencia tiene respuestas muy interesantes sobre el comportamiento de los perros, y su conocimiento nos permite tratar mejor a nuestros compañeros animales.

El perro, sin lugar a dudas, es uno de los animales más cercanos y fieles al ser humano. Pero, en este sentido, ¿qué sabemos de nuestro compañero de vida? Los perros, durante siglos y siglos, han permanecido a nuestro lado, han observado cómo nuestras vidas han sufrido muchos cambios y, sin embargo, siempre se han adaptado y han evolucionado junto a nosotros. Es por eso que este preciado animal se ha ganado el título del mejor amigo del hombre. En esto, seguro que todos estamos totalmente de acuerdo.
No solo hemos influido en ellos, en sus características físicas, sino que les hemos ayudado a adaptarse, a convivir con otra especie y seguir ciertas rutinas. Hemos despertado su interés por nosotros y, a su manera, nos han estudiado y han llegado a una forma de comunicación eficiente con ciertos matices diferentes a la que tienen entre ellos.
Es la razón por la que este ser tan maravilloso nos intriga, hasta el punto de que hemos querido encontrar una forma de poder entenderlos, con la única finalidad de crear un vínculo inquebrantable, una gran unión.
Antes de hablar sobre el perro, es muy importante entender sus orígenes. Sus antepasados fueron lobos; para entender mejor este hecho, era una ramificación del lobo actual que para sobrevivir empezó a establecer un contacto con el ser humano. A medida que pasaba el tiempo, los humanos se decantaron por los lobos que estaban más predispuestos a estar junto a ellos, esto fue clave para su domesticación.
Pero no solo se empezaron a notar grandes diferencias a nivel psicológico, sino que su físico también comenzó a modificarse con el paso del tiempo. Una característica que comparte una proporción bastante amplia de los perros es tener las orejas caídas. Estas suponen un claro ejemplo de domesticación, la razón por la que pasaron de estar erectas a caer fue que dejaron de estar constantemente en alerta en su hábitat natural debido a la aparición de la figura del hombre, que les brindaba un gran apoyo, les daba cobijo, protección, comida y seguridad, y estas perdieron su función principal. Aunque, a día de hoy, aún podemos observar estos rasgos físicos primitivos en algunas de las razas actuales. El husky, por ejemplo, es uno de los cánidos más independientes y una de las razas más difíciles de educar bajo los estándares humanos, pues mantiene unas características propias difíciles de modificar.

Aún podemos observar rasgos físicos primitivos en algunas de las razas actuales. El husky, por ejemplo, es uno de los perros más independientes y una de las razas más difíciles de educar.Shutterstock
¿Qué entendemos sobre el comportamiento?
Iván Pávlov en su día ya indagó acerca de la conducta canina, acerca del comportamiento. Cuando hablamos sobre comportamiento nos basamos en un conjunto de respuestas originadas por la presencia o la ausencia que presenta un ser vivo en relación con su entorno o su mundo de estímulos. Básicamente, comportamiento significa modo de actuar. El comportamiento tiene una finalidad importante: hacer frente a las necesidades de la vida.
Como el resto de los seres vivos, el perro tiene un objetivo en la vida y consiste en vivir lo suficiente para pasar a la siguiente generación la mitad de los genes que posee. Sus estrategias vitales tienen variedad y son múltiples, digamos que están constantemente luchando por la supervivencia y preservación de su especie.
La importancia de la motivación en el perro
La motivación tiene una combinación de aprendizaje e instinto. El perro, desde cachorro a la etapa adulta, está capacitado por su instinto y va adquiriendo aprendizaje por las experiencias vividas.
Según la definición del etólogo Patrick Colgan «El tema de la motivación animal se ocupa de cómo y por qué los animales realizan unas actividades concretas: qué mecanismos internos generan la conducta, cómo influyen sobre estos mecanismos los estímulos procedentes del ambiente exterior y cómo beneficia la conducta en cuestión al animal».
Los estímulos desencadenan en señales que capacitan al perro a reconocer objetos, elementos vitales u otros seres vivos cuando se encuentran por primera vez. Los patrones de comportamiento instintivos suelen ser la respuesta a estímulos específicos como la alimentación, la reproducción, la paternalidad y la agresividad. Sin motivación no podríamos enseñarles trucos de obediencia a nuestros perros, todo tiene una finalidad, una razón, sin ello carecería de sentido aprender. Concluyendo, no hay comportamiento sin una motivación previa, todo está motivado por un sentimiento o una necesidad. Este patrón de comportamiento es una acción fijada y establecida, es innata.

Los perros poseen una gran proporción de genes que les predisponen a desarrollar características sociales: utilizar señales específicas y comprender los mensajes de los otros.Shutterstock
El perro como un animal social
En los cánidos se puede llegar a apreciar un tipo de estrategia de caza que consta de manadas de cazadores numerosas, trabajan en equipo para la supervivencia, esto nos da una pequeña pista de que nuestros perros son animales sociales. Básicamente, dependen de un grupo para sobrevivir y sin ese grupo su seguridad es quebrantable. No nos olvidemos de que nosotros, los humanos, somos parte de su grupo. Un perro prefiere estar siempre acompañado por nosotros y por el resto de integrantes del grupo, que estar solo.
El detalle que modificó al lobo primitivo para convertirlo en perro se basa en que gran cantidad de ellos, al convivir con humanos, perdieron la necesidad de buscar recursos por sí mismos y se fueron convirtiendo en animales totalmente dependientes. Esto refuerza la teoría de que para su subsistencia deben ser animales sociales. El perro es especial por su habilidad de llegar a un compromiso y obtener lo mejor de cada situación.
Los sentimientos de miedo, agresividad, ira o lucha por la supervivencia también determinan el comportamiento de los cánidos sociales, así como la habilidad de encontrar compañeros para el emparejamiento y las relaciones con otras especies. Podemos ver una clara evidencia de que la evolución ha favorecido este rasgo en los perros, la cooperación en grupo.
Los perros poseen una gran proporción de genes que les predisponen a desarrollar características sociales: utilizar señales específicas y comprender los mensajes de los otros.
En los inicios, cuando los humanos domesticaron a este lobo escogieron solamente a los que mejor satisfacían sus necesidades, los que tenían mejor comunicación con nosotros y más predisposición a permanecer cerca.
Hay grandes diferencias que distinguen al lobo del perro actual, por ejemplo, los perros comparten una característica con los humanos, ellos son más vocales a la hora de comunicarse por lo tanto más ruidosos, sin embargo, el lobo suele ser más silencioso ya que rara vez utiliza el ladrido para comunicarse con su misma especie.
Rasgos apreciados en los animales sociales
Hay ciertos mecanismos que se originaron durante el proceso evolutivo en el comportamiento de los cánidos sociales, estos mecanismos ayudaron a que hubiera un equilibrio entre la coexistencia, por ejemplo:
La necesidad del comportamiento de territorialidad que evita tener que utilizar recursos como la agresividad, también, evade el sentimiento de miedo. Este comportamiento es visto en gran frecuencia por grupos sociales y tiene un efecto beneficioso en la regulación de la población entre esta especie.
Podemos apreciar por qué el perro en la evolución ha desarrollado este comportamiento, y básicamente ha sido para evitar conflictos; la timidez o temor pueden ocasionar no tener éxito en el abastecimiento de un territorio y, por lo tanto, poner en riesgo al grupo teniendo solo fuentes de recursos limitados y creando menos estabilidad.
En el cánido, la posición de sumisión o de dominancia también son clave para evitar conflictos innecesarios o controlar la densidad de población en el intergrupo, si se resolvieran todos los inconvenientes con agresión o miedo, el gasto energético que conlleva esto haría que a la hora de expulsar a un intruso estuviera indefenso.
El comportamiento sexual canino
Tanto los perros como los lobos son carnívoros y, dado que son carnívoros sociales, los miembros del grupo colaboran en la alimentación de los más jóvenes. Otro punto importante es que para el apareamiento utilizan el comportamiento del cortejo, este sigue un ritual que ha evolucionado para evocar la motivación sexual en lugar de la agresividad de la pareja.
En estos carnívoros la diferencia de tamaño entre machos y hembras es mínima. El objetivo en los carnívoros sociales es elegir un buen compañero para el apareamiento, un compañero fértil, esto aumentaría las posibilidades de supervivencia y descendencia de la especie.
Pero no solamente basta con que sean fértiles, la aptitud también es importante. Si un perro tuviera la libertad para poder seleccionar a su pareja sexual, siempre se basaría en encontrar aptitudes óptimas para tener una buena descendencia equilibrada. Por lo general, los machos dominantes elegirían hembras dominantes, con estas características ha de demostrar comportamientos específicos para mantener su rango con el menor gasto de energía posible. Esto supone tener un buen control de los mecanismos de dominación y sumisión, características sexuales secundarias que son muy apreciadas por las hembras.
Sin embargo, los humanos hemos modificado estas características en los perros, nos basamos más en las apariencias físicas y favorecemos menos las aptitudes fisiológicas, esto llega a causar grandes problemas a nivel psicológico en nuestros perros.
Las hembras caninas experimentan un proceso fisiológico que desata su comportamiento sexual una o dos veces al año, un ciclo sexual llamado «celo». En el celo, las hembras emiten un olor característico, gracias a las feromonas. A los machos, cuando perciben este cambio fisiológico llamado «estro», se les despierta su deseo sexual. En el estro, las hembras saludan a los machos con más excitación y, dependiendo de si es el momento oportuno, el macho despierta o no el interés por aparearse.
En el caso de que el macho tenga interés, empezará el ritual de cortejo. Podemos identificar este ritual como un juego y como un comportamiento infantil por parte de los dos. La función de este juego se basa en demostrar a la hembra la mejores aptitudes como padre para los futuros cachorros, ya que tener descendencia con buenos genes es muy importante. Hay que recordar que el comportamiento sexual en los perros es innato, pero la experiencia lo perfecciona.
Como dato interesante, las lobas solamente tienen un celo al año, sin embargo, las perras suelen tener dos por año, es poco común que solo tengan uno.
Comportamiento maternal canino y su importancia en el futuro
Las hembras desarrollan patrones de comportamiento específicos para atender a su descendencia; en el caso de los machos, cuando se les da la oportunidad pasan a mostrar interés y a participar en la alimentación de los cachorros en las etapas posteriores.
Después del nacimiento de los cachorros, el instinto innato de la hembra hace que actúe rápidamente para proporcionarles cuidado, calor, alimento y limpieza, por eso nada más llegar al mundo, la madre lame a su cachorro con la intención de secarlo y limpiarlo rápidamente; después, lo guía hasta sus mamas para que se alimente. También podemos apreciar cómo la hembra lame la zona genital y anal a los cachorros para estimular la micción y defecación, aquí se puede apreciar cómo la madre empieza a tener comportamientos de coprofagia ingiriendo las heces de su cachorro, esto es un acto instintivo para evitar posibles depredadores cercanos o con el fin de mantener la zona limpia.
Este comportamiento innato de las hembras lo controlan los procesos hormonales. La madre se encargará del cuidado y la enseñanza de los cachorros hasta que ellos empiecen a valerse por sí mismos y aprendan a utilizar el lenguaje canino óptimamente.
Durante todo el periodo de crecimiento, la madre tiene un papel fundamental. Se encarga de dar lecciones de lenguaje canino, cuando un cachorro gruñe o enseña los dientes es innato, pero la madre les muestra el significado de estos comportamientos. De ahí, la importancia de respetar cada fase del cachorro; si queremos que en un futuro sean perros equilibrados, tendremos que permitirles estar como mínimo los tres meses junto a su madre.
Hay muchos perros que se destetan antes de tiempo y esto provoca problemas a corto y largo plazo, como inseguridades, miedos y agresividad. Esto pasa porque no se les ha permitido aprender, respetar y adquirir aptitudes de la madre en su etapa crítica, por lo tanto, no comprenden el lenguaje canino y no saben comunicarse correctamente entre ellos.
La pseudogestación en las hembras
Hablamos de embarazo psicológico cuando una hembra, después de haber tenido un celo de aproximadamente dos meses, desarrolla conductas maternales, como si hubieran dado a luz o estuvieran gestando, es decir, cuando su cuerpo presenta un estado hormonal preparado para una situación de embarazo sin que sea este el caso.
Esta conducta es muy común en las lobas, ya que, mientras la mitad de la manada está preparada para tener cachorros, la otra mitad está desarrollando estos cambios hormonales para que en un futuro sean capaces de ayudar al resto de las madres en la labor de amamantar, proteger, alimentar y educar a los cachorros, aunque no sean suyos.
A los humanos esta conducta en nuestros perros nos puede resultar incómoda y en muchos casos desfavorable, pero no debemos olvidar que es un signo que denota una herencia ancestral.
¿Tienen los machos comportamiento paternal?
En los machos es cada vez menos frecuente ver presencia de estos comportamientos debido a la domesticación, aunque esto no quiere decir que en algunos no pueda apreciarse aún o que se haya perdido del todo. Por ejemplo, podemos ver que los machos ejercen un papel de enseñanza aplicado al lenguaje canino y que gran parte de las interacciones de perros adultos hacia sus cachorros son desde una postura paciente y didáctica.
Desde el punto de vista evolutivo, que el rol de padre en los perros se esté perdiendo por completo es un gran error. Nos da a entender que se ha visto afectado por la influencia de otros comportamientos como la poca sensibilidad social o la falta de habilidad para percibir las señales de otros. Y nos hace pensar que, por lo tanto, probablemente hayamos estado criando animales inferiores durante estos últimos periodos.
El comportamiento neonatal del perro y su impronta
Es el comportamiento de los recién nacidos, alimentarse lactando o buscar el calor de la madre y su cuidado. Digamos que desde el momento que el cachorro llega al mundo está programado para hacer frente a estas necesidades, que ya sabe cómo amasar con sus patas delanteras para, acto seguido, utilizar el reflejo de succión y, finalmente, lactar, así como sabe buscar el calor maternal.
El periodo neonatal es uno de los más importantes para un perro. Pese a que no pueden ver o escuchar claramente y solo perciben ruido de fondo, están registrando impresiones todo el tiempo y recibiendo información constantemente. Esto repercutirá posteriormente a lo que le resulte natural o innatural.
Los primeros contactos de los cachorros con los humanos serán suficientes para establecer la impronta con estos.
La impronta es toda la influencia del entorno que rodea al cachorro inmediatamente después de su nacimiento y con posterioridad. Los cánidos reciben la impronta de los estímulos del medio que estarán presentes durante su vida y les ayudará a juzgar ciertas situaciones y tomar decisiones en un futuro para que se desenvuelvan con soltura.
En el caso de que un cachorro no pase por la impronta con la exposición con los humanos antes de las siete semanas, supondrá que no los llegará a considerar como compañeros de manada. Sin el contacto corporal de un humano es fácil que se puedan llegar a sentir en un futuro temerosos o distantes en presencia de nosotros.
Comportamiento infantil y juvenil en el perro
Después de la fase del destete, gran parte de los cachorros jóvenes muestran estos aspectos infantiles, estas formas de conductas han sido utilizadas durante el periodo de lactancia y en la camada, pero luego, una vez que ha pasado esta etapa, han sido aplicadas a su nuevo lenguaje comunicativo entre otros perros o redirigido hacia humanos.
Por ejemplo, lamer y tocar los labios, este acto anteriormente ha sido utilizado para estimular la regurgitación de la madre y así poder alimentar al cachorro con comida pasada por enzimas que favorecen su digestión, ahora esta conducta ha sido modificada para dar señales de calma a un humano u otro perro, con esta conducta se comunican para pedir espacio, son comportamientos de apaciguamiento en adultos.
El comportamiento juvenil es aquel que muestran los perros jóvenes, se trata de formas que desarrollan ciertas funciones en el futuro perro adulto. Por lo general se adaptan específicamente a las necesidades del animal joven, algunos de estos comportamientos habituales son la solicitud de comida y del juego. El comportamiento juvenil es el resultado de la predisposición genética y del aprendizaje del cachorro.
Un aspecto fundamental en este comportamiento es el juego, que a veces se prolonga en perros adultos y proporciona al individuo una escapatoria de la monotonía, también les sirve para intentar nuevas estrategias que sería arriesgado poner en práctica en situaciones reales, esto es una buena fuente de evasión para un perro adulto, ya que le permite tener comportamientos infantiles por un periodo de tiempo corto.
En los cachorros tiene otro papel fundamental, como aprender a experimentar y tener un equilibrio y control sobre las siguientes conductas alternas: miedo, sumisión, dominación y agresión. Todo esto se hace desde una perspectiva poco seria y que no pone en riesgo a ningún integrante del juego, los cachorros experimentarían consecuencias que serían catastróficas si fueran situaciones reales. Digamos que el juego les ayuda a adquirir habilidades sociales óptimas, conocerse y controlar el entorno y sus límites para en un futuro ser resolutivo.
El perro: un animal carnívoro y depredador crepuscular
Todos los aspectos físicos de los perros dan grandes pistas acerca de sus preferencias alimentarias. Su cuerpo está adaptado para ser veloz y ágil, esto favorece a la hora de cazar, tienen unas extremidades bien desarrolladas, cuellos fuertes y garras bien desarrolladas, carecen de clavícula y sus sentidos están despiertos, especialmente el olfato. Si nos fijamos en su mandíbula y dientes, podemos observar que están adaptados para desgarrar y ablandar la carne y los huesos de sus presas en el caso de que fuese necesario. Todos los perros tienen en su ADN información valiosa para hacer uso de sus dotes de cazadores.
Si nos fijamos en los primeros meses de vida que pasa el cachorro con el humano podemos apreciar que su momento de mayor actividad siempre es durante la noche y el amanecer. Con el paso del tiempo, el perro empezó a adaptarse a nosotros y adquirió nuestras rutinas, lo que también incluye las rutinas de descanso.
Un animal crepuscular es quien tiene mayor actividad durante la noche, todo esto forma parte de la evolución del lobo primitivo. La mayoría de las posibles presas del lobo salen durante la noche, ya que hay menor riesgo de ser cazados por otros animales, pero el lobo, muy astuto, se dio cuenta y empezó a cazar de noche, sorprendiendo así a sus presas, quienes para nada se esperaban que un animal tan amenazante estuviese al acecho.
La visión de los perros es un poco distinta a la de los humanos, pero es mucho más funcional y desarrollada para desenvolverse en la oscuridad. Digamos que el cánido solo distingue entre tonos azulados y amarillentos, esto se debe a que en su evolución han ganado más bastones que conos a diferencia de los humanos, a quienes nos ha ocurrido lo contrario.
Los bastones son neuronas de la retina responsables de la visión en condiciones donde la iluminación es escasa, como la noche, también la presencia de estos bastones les ayuda a captar el movimiento y calcular distancias más rápida y eficientemente que nosotros los humanos, todo esto es imprescindible para estos animales depredadores.
Como podemos apreciar, el perro ha ido evolucionando lentamente por la presencia del ser humano y su intervención, pero hay una cosa muy importante que no podemos obviar y son sus orígenes, parte de su ADN nos muestra las necesidades instintivas de estos mamíferos domésticos y nos hace entender un poco acerca de ellos y el camino misterioso que han ido recorriendo siglo tras siglo.

Fuente: https://www.muyinteresante.com/mascotas/64905.html