La Hidatidosis, Equinocosis o Quiste Hidático es una enfermedad parasitaria grave provocada por vermes de la clase de los cestodos del filo de los platelmintos, un gran grupo de invertebrados con muchas especies parásitas tanto en fase larvaria como adulta.
Esta enfermedad está provocada por larvas de Echinococcus granulosus que, a menudo, son ingeridos en alimentos contaminados accidentalmente. Puede afectar a animales, tanto salvajes como domésticos, e incluso al ser humano. Es la enfermedad parasitaria más importante en los países de clima templado y en algunos casos el resultado puede ser mortal.
Desarrollo y síntomas de la enfermedad
La hidatidosis, como cualquier infección parasitaria, sigue un ciclo relativamente complejo. En primer lugar, necesita de dos huéspedes, un huésped definitivo, el que posee la tenia o gusano en estado adulto, y un intermediario donde se desarrolla la tenia en estado de larva (quiste hidático). Este es el causante de la enfermedad hidatidosis de los humanos, más conocida como «quiste hidático o hidatídico». Los huéspedes definitivos son mamíferos carnívoros, mientras que pueden actuar como huéspedes intermediarios varias especies de herbívoros y omnívoros, entre ellos el hombre. Las heces de los huéspedes definitivos juegan un papel fundamental para la expansión de la enfermedad, constituyendo el enlace entre los afectados por parásitos adultos que ya han puesto sus huevos, y los huéspedes intermediarios, portadores de las larvas.
Los huevos eclosionan en el interior del aparato digestivo del hospedador intermediario y liberan las onco esferas que traspasan la barrera intestinal y se difunden a través de la corriente sanguínea hasta que se alojan en el hígado, el aparato respiratorio/pulmones, los riñones, huesos y encéfalo del animal afectado, formando la forma larvaria o quistes en los que se multiplican miles de parásitos. El desarrollo de estos no se completa hasta que el animal muere y son devoradas o comidas sus vísceras por su hospedador definitivo, en cuyo organismo completan su desarrollo biológico en forma de tenia.
El ser humano es un huésped intermediario «accidental» en el ciclo reproductivo de la tenía, dado que no suele ser alimento de carnívoros, en tanto la oveja es la fuente de infección para los perros y lobos en zonas rurales de climas templados.
Clínica de la hidatidosis humana
Es excepcional que se detecte una hidatidosis por un shock anafiláctico, aunque se puede relacionar a ciertas «alergias de etiología poco conocida» que se expresan en el análisis de sangre por un aumento de losleucocitos eosinófilos. Su incidencia es muy baja y por regla general los quistes hidatídicos cursan durante años asintomáticos y en muchas ocasiones son detectados por exploraciones rutinarias (chequeos) a modo de hallazgos radiológicos o ecográficos.
La hidátide o quiste observa un patrón de crecimiento «tumoral» lento, con años de evolución. Cuando se localiza en el hígado y obstruye las vías biliares provoca alteración de la enzimas hepáticas y aumento de la bilirrubina (ictericia), siendo en ocasiones necesaria la resección de una parte importante del hígado. En formas poco desarrolladas se detecta por ecografía de hipocondrio derecho.
Cuando se instala , los quistes pueden adquirir grandes tamaños e invadir parte de un hemitórax, provocando tos irritativa, hemoptisis, incluso tos y molestias de las vías respiratorias superiores, hasta la evacuación parcial de su contenido.
La hidatidosis encefálica se descarta en la actualidad con técnicas no invasivas ni agresivas: RMI (Resonancia Magnética)y Tomografía Computarizada, dado que en su localización cerebral provoca convulsiones, alteraciones en los estados de conciencia y personalidad, dependiendo de la región afectada.
En los primeros estadios de la infestación, sea de humanos como de otros herbívoros, los quistes observan tamaños imposibles de ser detectados por técnicas radiológicas digitales, y para localizarlos se hace necesario recurrir a estudios de laboratorio: muestras analizadas al microscopio óptico, o estudios inmunitarios y serológicos específicos.
Profilaxis
La prevención de la hidatidosis es relativamente sencilla para el caso de animales domésticos o seres humanos, para ello basta con tratar a los perros de zonas rurales, en especial los de los rebaños, con medicamentos antiparasitarios (praziquantel) y, en el caso de mascotas o humanos, controlar el estado de los alimentos y evitar la carne cruda. En cualquier caso, en estados poco avanzados de la enfermedad también puede recurrirse a medicamentos específicos para desparasitar al paciente. Cuando la enfermedad está avanzada hay que recurrir a una combinación de operaciones quirúrgicas y tratamiento médico.
Dentro de la profilaxis de la enfermedad, la educación sanitaria de la población, debe tener un papel destacado y debe constar de las siguientes fases: fase inicial, fase operativa y fase de mantenimiento.
• Fase inicial. En la fase inicial de un programa, el grupo objetivo es la población en general, pero hay que prestar especial atención a los niños y jóvenes en edad escolar. En esta fase deben explicarse los aspectos más importantes, destacando la descripción de la enfermedad y los peligros para el hombre, informando de las repercusiones económicas, de las fuentes de infestación y haciendo hincapié en la absoluta necesidad de cooperación para poner en práctica un programa de control.
• Fase operativa. Incluye los grupos con responsabilidad en la difusión de la enfermedad, como pastores, matarifes, carniceros, amas de casa y propietarios de perros. Para conseguir estos objetivos deben emplearse medios modernos de comunicación, a la vez que charlas, programas de radio y televisión y publicaciones en la prensa. En cualquier caso, junto con la descripción del agente etiológico, el ciclo biológico, la descripción de la enfermedad y las formas de contagio humano, hay que informar sobre la necesidad de separar los perros de los mataderos y de los peligros que supone dar vísceras crudas aparentemente sanas a los perros e incidir en algunas normas higiénicas elementales: lavar las verduras crudas antes de comerlas; lavarse las manos antes de comer; no jugar con perros desconocidos o perros no tratados, etc.
• Fase de mantenimiento. La dos fases anteriores deben completarse con la información continuada sobre la hidatidosis en la fase de mantenimiento. Cualquier programa de lucha y control contra la hidatidosis debe tener previsto un sistema de vigilancia que sirva para analizar los resultados, mediante evaluaciones periódicas y para comprobar el cumplimiento de los objetivos propuestos. Posiblemente, el mejor indicador a largo plazo de una campaña de lucha es el control de la prevalencia de la infestación en los animales que son hospedadores intermediarios (perros). Paralelamente a los estudios de prevalencia, conviene investigar la viabilidad y capacidad de infestación de los protoescolex, la fertilidad de los quistes hidatídicos, etc. Como medidas complementarias de control, tienen también importancia las tasas de infestación de los animales silvestres.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Hidatidosis