El cerebro plástico: Qué es la Neuroplasticidad y cómo podemos usarla a nuestro favor?…

El cerebro plástico: Qué es la Neuroplasticidad y cómo podemos usarla a nuestro favor?…

Esta función te permite mejorar tus habilidades en cualquier área, como el deporte, la música o el lenguaje.

Nuestro cerebro tiene plasticidad hasta el último día de vida. Por eso es que podemos cambiar todo lo que te propongas, siempre y cuando quieras. 

A este proceso se le conoce como Neuroplasticidad, y es la capacidad que tiene para modificarse y reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales. Es el secreto del aprendizaje permanente y responsable de los grandes cambios cerebrales.

El desarrollo del sistema nervioso es un proceso complejo que tiene como resultado la maduración de las estructuras, la adquisición de habilidades y, finalmente, la formación del individuo como persona única.

La característica que distingue el tejido cerebral es lo que se conoce como Neuroplasticidad.

La neuroplasticidad, es la posibilidad que tiene el cerebro de adaptarse a los cambios y funcionar de otro modo, modificando las conexiones neuronales. Esto genera cambios en la estructura y el funcionamiento del cerebro, todo lo que representa a un ser humano:

Recuerdos

Emociones

Habilidades

Gustos

Motivaciones, etc.

Están representados en el cerebro, a través de conexiones sinápticas que forman el alambrado sináptico.

La neuroplasticidad, es un proceso intrínseco del cerebro que se desarrolla por el estímulo diario y las experiencias que se acumulan a lo largo de la vida.

El aprendizaje es un proceso donde se adquiere información del medio ambiente a través de los sentidos, donde nuestros intereses y motivaciones utilizarán lo que es significativo y esto modificará el sistema cognitivo.

Esta función te permite mejorar tus habilidades en cualquier área, como el deporte, la música o el lenguaje. Y con ella viene una serie de beneficios: mejora de la capacidad de memoria, de la concentración e incluso del estado de ánimo. 

Si pensamos que el cerebro humano pesa entre 1,300 y 1,500 gramos, y que concentra toda la actividad del sistema nervioso y de los comandos de nuestro cuerpo, parece increíble que sea capaz de realizar toda esta tarea. Aun así, sigue siendo uno de los grandes desconocidos por los científicos, que permanentemente lo estudian en profundidad. Y la neuroplasticidad es uno de esos términos que fueron descubiertos hace relativamente poco tiempo, explicando las modificaciones que hace el cerebro en cuanto a estructura y funcionamiento, influido por el entorno en el que vivimos.

La plasticidad cerebral sucede durante todo el día y toda la vida, aunque no seas consciente de ello. Lo que ocurre es que permanentemente recibimos estímulos a nivel nervioso, que llevan al cerebro a adaptarse. 

Por ejemplo, según el entorno, personas y experiencias que tengas, es como va modificándose para moldearse de acuerdo con lo que vives. 

Son las nuevas conexiones neuronales las que crean flamantes sinapsis (interacción de ida y vuelta entre las neuronas), y así nos ayudan a adaptarnos mejor, flexibilizarnos, aprender, desarrollar destrezas y conectarnos con lo nuevo, entre otros aspectos.

El cerebro tiene más de 100,000 millones de neuronas que funcionan en forma individual, aunque establecen conexiones entre ellas para generar todos los sucesos de este órgano. 

Para graficarlo, imagina una enorme constelación neuronal interactuando entre sí, como si se tratara de una red de electricidad, generando los impulsos que se traducen en movimientos, acciones y demás formas vitales.

Neuroplasticidad: Aliada del cambio

El cerebro cambia tanto como nosotros queremos hacerlo, si bien la neuroplasticidad es una función común a todos los humanos. Modificando su estructura «plásticamente», transforma sus propiedades y por eso contribuye al proceso evolutivo de las personas. 

En la infancia, la neuroplasticidad es mayor, porque en esa etapa estamos recopilando información que, luego, será la base para el alimento del cerebro que tendremos de adultos. 

Sobre el juego y la Imaginación:

¡Lo imaginario es el espacio donde todo es posible! Es un ámbito sin límites que nos permite liberarnos de la razón y jugar libremente con imágenes y símbolos.

El lenguaje en los seres humanos es gobernado por cada uno de los hemisferios cerebrales.

Para los diestros (en la mayoría de los casos) el hemisferio izquierdo es el dominante. Comanda la razón, el pensamiento lógico-analítico. La interpretación, la explicación.

En cambio, el hemisferio derecho rige el lenguaje simbólico.

Las imágenes, el mundo interior, los sueños, las fantasías, la creatividad.

Culturalmente se le da una sobrevalorización al hemisferio izquierdo, creyéndolo imprescindible para la educación académica y se desvaloriza el hemisferio derecho, anulando así un sinfín de talentos y virtudes e interfiriendo en el desarrollo íntegro del ser humano.

El razonar excesivamente, planear, buscar explicaciones cierra las puertas a la creatividad y al surgimiento de lo diverso.

A través de juegos y dinámicas despertamos la expresión creadora y la conexión con el mundo interior. Imaginar es la posibilidad de transfigurar lo real, es iniciar un camino hacia el descubrimiento de lo que somos, de lo que podemos, de nuestras creencias y de nuestra espiritualidad.

Entonces… ¿Cómo desarrollamos todo ese potencial latente que tenemos los humanos? Precisamente, mediante juegos, espacios recreativos de autopercepción, dibujos, métodos de respiración, actividades que involucren todo el cuerpo para maximizar el potencial que llevamos dentro, darle participación al Ser en su completud…

Te regalamos 10 formas sencillas para estimular tu Neuroplasticidad

La buena noticia es que se puede estimular. Al hacerlo, se crean nuevos estímulos, el cerebro empieza a «podar» lo que ya no necesitamos, y así crea nuevas rutas preparadas para responder ante lo que estamos incorporando. 

Aquí tienes diez ideas para generar mayor neuroplasticidad: 

·         1.- Aprender de la experiencia: Tomar consciencia de cuáles son los pasos que hemos dado para que se hayan producido determinados resultados concretos y novedosos en la vida. Así internalizamos los aprendizajes de la vida.

·         2.- Pensamiento crítico y complejo: Momentos de reflexión, análisis, sacar conclusiones.

·         3.- Estudiar un nuevo idioma y leer materiales completamente inéditos para vos, que tengan grados de dificultades crecientes en tu aprendizaje.

·         4.- Resignificar los errores: El darse cuenta que se produce es altamente alentador para nuevas conexiones neuronales y, claro está, también repercute a nivel de las emociones.

·         5.- Pensamiento metafórico y abstracto: El pensar de maneras distintas a las habituales, hace que el cerebro se esfuerce por incorporar nuevas rutas neuronales, ampliando las posibilidades. Salir del pensamiento lineal y poco complejo te ayudará a tener más profundidad y sentido en la interpretación de los sucesos de tu vida.

·         6.- Abrir la mente: Por ejemplo, considerar puntos de vista distintos, conversar con personas totalmente distintas, viajar, explorar temas que te despierten curiosidad, traducir cualquier material, y escuchar podcast y videos en otras lenguas.

·         7.- Colocarse en la posición del eterno aprendiz: Tener la disposición a aprender de todo y de todos.

·         8.- Hacer crucigramas y juegos de ingenio; y hasta resaltar textos en los libros y memorizar algunos números o frases.

·         9.- Utilizá tu mano y tu pierna menos hábil: Entrená tu cerebro y usa tu mano no dominante «la menos hábil» para realizar algunas actividades que no requieran mayores riesgos, por ejemplo al lavarte los dientes, al peinarte, practica escritura o pintura con esa mano, si haces deportes, utilizá por momentos la pierna no dominante, deja que ella tome el mando y encará tus prácticas de entrenamientos en ese orden, primero la menos hábil, luego la dominante y verás grandes cambios si los sostienes en el tiempo.

·         10.- Cambia de caminos: Al caminar, en el auto, o mismo si haces recorrido diarios a distintos lugares, te proponemos utilizar diferentes calles, optar por otros caminos que sean «desconocidos por tu cerebro» y así dirigir su atención para entrenarlo y adaptarlo a esos nuevos cambios.

Como vemos, podemos incorporar estas dinámicas en forma natural, mientras vamos alentando al cerebro a «re cablearse» en cuanto a sus funciones neuronales, estimulando su neuroplasticidad.

Malvina Mierez – Ricardo Labrone: Neuro-Entrenadores de Grupo Ciemec

(@grupo.ciemec / @ciemec)