Antiguamente los paisanos y hombres de campo recorrían a caballo grandes extensiones de terreno por la extensa pampa húmeda argentina. En estos largos trechos muchas veces no tenía la posibilidad de obtener agua potable para consumir, agravándose la situación cuando tocaba la época de la seca. Por esta razón es que llevaba «el chifle».
El chifle era ideal para ser llevado colgado ya sea del recado como de la cintura del paisano. El chifle además, toleraba golpes y cimbronazos que se podían producir con el andar de los caballos. En aquella época no era sencillo encontrar un frasco o una botella de vidrio o cerámica, siendo además estas de material demasiado frágil y propensas a la rotura. Además conseguir caramañolas o cantimploras era muy difícil porque solamente las tenían los uniformados. Además, el paisano era reacio de utilizar este elemento que era considerado de exclusivo uso de los militares y policías. Recordemos la animosidad aviesa que existía en aquella época entre los gauchos y la «autoridad». El gaucho era sinónimo de » hombre vago y mal entretenido» y siempre era buscado y corrido por la policía o militares. Entonces el ingenio del hombre de campo hizo que se creara el CHIFLE. El chifle era una asta de gran tamaño de vacuno (generalmente de buey), que se cortaba en la punta -que luego servía de tapa- que ajustaba por medio de una rosca que atornillaba. El otro extremo -la parte ancha del cuerno- era tapado con un trozo de madera. Lógicamente, previo a realizar esto, el interior del cuerno era vaciado, raspado y limpiado como corresponde. Así el chifle se convertía en un recipiente resistente y duradero. Para ser llevado con facilidad, se lo sujetaba con un tiento o una cadenita que iba atada en ambos extremos, para que se pudiera colgar a la cintura, por lo general en la vaina del facón (cuchillo que va en la cintura en la espalda). Existen muchos chifles que han quedado de aquella época, encontrándose variedades extraordinarias. Algunos labrados con relieves que son verdaderas obras de arte y que hacen resaltar el ingenio y buen gusto de nuestros paisanos y artesanos.