Querido Dr. Amor
Le escribo para contarle algo que me esta sucediendo, a raíz de algunos cambios que realicé en mi persona.
Para ser más específico, debo contarle que a comienzos de año, decidí realizarme un corte de pelo y una posterior tintura (un rubio muy claro). Lo cierto que cuando llegue al trabajo todos miraban azorados y de a poco comenzaron a atreverse con algunos comentarios.
Como por ejemplo: que te queda lindo…, que hay que acostumbrarse……,, que audaz que hay que ser para usar ese mamarracho…, que ese color no es muy de hombrecito…, que lindo te quedaría un poco más largo…., ¿y si ahora te hacés las manos?…., ¿cuándo te vas a agregar colágeno en los labios?…., etc, etc.
Estos comentarios no solo venían de las compañeras, sino también de algunos compañeros. Aquellos que con el correr de los días comenzaron a mostrarse más solidarios, más chistosos y hasta a veces muy cariñosos, cosa que me resultaba extraño, ya que muchos se la dan de bien machitos.
Pero esto no es todo. En realidad tuve algunas propuestas, de algunos compañeros. Al principio lo tomaba como un chiste, como una chanza de compañeros de laburo, pero con el correr de los días se fueron haciendo cada vez más insistentes estas propuestas. En definitiva, específicamente me refiero que me proponían tener sexo con personas de mí mismo sexo. Es decir, «los nenes con los nenes».
Doctor, la verdad no se que pensar porque tanto escucho y escucho las cosas que dicen y la insistencia de algunos, que a veces me siento confundido y no se si quiero o no tener algún tipo de experiencia homosexual, pero a la vez me da un poco de miedo, porque dicen que cuando uno se pasa para el otro bando no vuelve, o al menos hay que ser bien macho para pasar para el otro lado y volver. Y yo soy un tipo casado, con 5 hijos y que hasta ahora tenia bien claras mis inclinaciones sexuales. Al menos esto creía. Porque realmente, algunos de los muchachos de la oficina están «buenos».
Igualmente nunca di una respuesta positiva a todos los ofrecimientos, doctor no sé que hacer!!!!???????.
Espero una respuesta de Ud. y todo su grupo de profesionales.
Jorgito, de algún lugar del país.
Respuesta del DR AMOR:
Querido Jorgito:
En la carta vemos una clara dicotomía de tu carácter. Porque hay que destacar tu valentía de habernos escrito para narrar tu historia y realizarnos una consulta. Pero también vemos que no tenés la fuerza de decidir que hacer, ante las múltiples propuestas que te realizan tus compañeros del trabajo. En este aspecto te vemos medio «reculón» –dícese de aquel que recula, del verbo reculiar-. Pero fuera de esto, nos parece absurdo que porque te hayas cambiado el color del pelo, pintándotelo de un color amarillo diarreico, ahora todos se te tiren encima para proponerte cosas «extrañas». Si es lógico que se acerquen tus compañeras, ya que ellas ven en vos a un tipo menos peligroso que antes. ¿No será que con el corte de pelo y la tintura, estás dando un look medio aputonado? Lo importante es que decidas que es lo que querés hacer. Si es una cuestión de probar, tomate tu tiempo, porque no estás probándote una camisa, sino que lo que te puede llegar a ocurrir, no lo vas a solucionar con un apósito –comúnmente llamado Curita-. Por eso, fijate que vas a hacer. Una buena medida sería que vuelvas a pintarte el cabello de un color más de masculino y que cambies tu actitud, ya que con el cambio de color de tu pelo, por lo visto, también debés haber cambiado algo en tu forma de ser.
¿Es verdad que ahora te gusta escuchar al cantante canario José Velez, interpretando «El bala perdida»?
Dr. Amor
PD: ¿De qué color dijiste era la tintura de tu cabello?.