Voto en blanco

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Dr. Amor:

Me llamo Leticia, soy argentina, tengo 22 años y por circunstancias de la vida, estoy viviendo en Río de Janeiro, Brasil. Tuve que venir a vivir aquí porque lamentablemente en la Argentina no conseguía trabajo. Soy nacida en la ciudad de Oberá, Misiones. Como la mayoría de las mujeres de esa ciudad, soy rubia, ojos verdes, mido 1,79 metros, mis medidas son 95-62-93 y según los hombres que me conocen dicen: «¡esta re fuerte!».

Cuando llegué a Brasil, estuve trabajando de todo. Camarera, atendí un negocio de ropa, vendí bebidas en un parador en una playa, despaché nafta, etc. Pero nada de esto satisface mi espíritu. En búsqueda de algo mejor, es que viajé a la ciudad de Río. Allí estuve recorriendo diferentes negocios buscando posibilidades, pero no encontré nada. La falta de trabajo es bastante parecida a la que vivimos en Argentina. Una tarde, estaba tomando sol en una de las hermosas playas de la ciudad de Río, cuando siento que un hombre de unos 45 años, se acerca a hablar conmigo. Me dice que es el encargado de la campaña política de Serra – el contrincante de Lula- y que andaba buscando gente para trabajar. En principio no me interesó pero al seguir hablando con esta persona, comencé a encontrarle «la veta» al tema. Me dio una tarjeta con una dirección y me dijo que fuera a media tarde a terminar de hablar con él. Así fue como ese día me apersoné en las oficinas de este tipo. Había muchísima gente que entraba y salía. El individuo me llevó a su despacho y comenzamos a charlar. Me dijo que él era una persona muy importante y que era el hombre de confianza del candidato. Que yo le caía muy bien y que para el partido era importante involucrar extranjeros a la campaña política que se estaba realizando. Además me comentó que fuera de lo que me iban a pagar, el me garantizaba que si Serra gana, me va a conseguir un buen trabajo como asesora de algún ministro, lógicamente ganando mucho dinero. Y me pareció todo muy bueno. Era verdaderamente una buena propuesta. Así fue que comencé a trabajar para el partido. Un día, al finalizar la jornada de trabajo, mi jefe -el hombre que conocí en la playa- me llamó a su despacho. Allí, me dijo que el candidato y sus asesores estaban muy conformes conmigo y que él era el que más les hablaba de mí. Que era como un publicista personal de mi trabajo. ¡Yo estaba re feliz!. ¡Estaba triunfando en un país extranjero! Y siguió hablándome. Mientras, se acercaba a mí. Yo estaba sentada en un sillón del despacho. Él se acercó bien, pero bien cerca y bajándose los pantalones y dejando su miembro al aire, me dijo que le hiciera una fellatio. No sabía que hacer. Verdaderamente nunca me había pasado algo así. Pero pensé: si no lo hago, me perdería el trabajo y las claras chances de obtener un excelente trabajo, cuando gane el candidato. Y……….lo hice. Así fue como fue pasando el tiempo y cada dos días -aproximadamente- mi jefe, me llamaba a su despacho y le hacía lo que él me pedía. Atención, que no lo hacía por amor o porque me gustara. Quiero aclarar bien el tema, pero me parecía que debía hacerlo, para lograr mis objetivos. Faltan solamente 48 horas para las elecciones en Brasil y si gana Serra me darán el trabajo. La consulta es: cuando llegue a asesora de un ministro ¿le diré a este tipo -el que conocí en la playa- que no quiero hacer más nada con él?

Leticia Cándida de Río de Janeiro – Brasil


Respuesta del DR AMOR:

Estimada Leticia:
En nuestro reconocido consultorio sentimental, varias veces realizó consultas una chica que se llamaba INGENUA. ¿No es pariente tuya?. A medida que fuimos leyendo tu carta, nos fuimos sorprendiendo. Llegando a un estado de incredulidad extrema. Muchas de las doctoras de nuestro equipo opinaban cosas como: ¡Qué barbaridad!, ¡Qué mal le hace estas cosas al MERCOSUR! ¡Esta chica es una salame!, y otras frases semejantes. La primera conclusión a la que llegamos es que nos parece que sos un poquito crédula. Porque el verso que te han hecho es tan viejo como el propio mundo. Pero lo peor es que nos da la sensación, que apostaste exactamente al que no tiene muchas chances de ganar. Quizás sería mejor que pruebes ir al casino o al bingo, total lo máximo que te puede ocurrir es que pierdas dinero y no que tengas que andar arrodillándote por ahí. Lamentamos todo lo que te ocurrió porque creemos que no vas a ser asesora de nadie y que tu «jefe» desaparecerá de los lugares que solía frecuentar, o al menos, cortará el celular por un tiempo o no atenderá tus llamados. Si llegás a venir a la Argentina, y buscás a algún candidato ganador para las próximas elecciones a presidente, andá pensando en gente que seguro ganará. Te damos algunos candidatos que tienen buena chance de ser los presidentes argentinos en el 2003: la Carrió, Zamora y Terragno. Acá si no te vas a equivocar. Ponele algunas fichitas a alguno de los tres que te nombramos, que seguro llegarás a lograr grandes cosas. Y si no te interesa esto, en nuestro consultorio hay varios médicos que dicen te pueden conseguir trabajo. Así que no dudes en visitarnos.

Dr. Amor

PD: traete las rodilleras. Y una pregunta: tu apellido ¿es casualidad?