La culebrilla es una enfermedad causada por el virus varicela zoster, el mismo virus que causa la varicela. Este virus permanece en su cuerpo aún después de haberse curado de varicela.
Quizá no cause problemas durante muchos años, pero a medida que usted envejece, el virus puede reaparecer como culebrilla. Aunque es más común en personas mayores de 50 años, cualquiera que haya tenido varicela está a riesgo de padecer culebrilla.
La culebrilla no se contagia de persona a persona. Pero si usted tiene un sarpullido de culebrilla, puede contagiar el virus a alguien que nunca tuvo varicela. Por ejemplo, un niño expuesto a una persona con culebrilla puede desarrollar varicela, pero no culebrilla. El virus se contagia por contacto directo con el sarpullido y no puede transmitirse por el aire.
Los primeros síntomas de culebrilla son ardor o dolor agudo y hormigueo o picazón, generalmente de un lado del cuerpo o la cara. El dolor puede ser de leve a fuerte. Luego, se forman ampollas que duran de uno a 14 días. Si la culebrilla aparece en la cara, puede afectar la vista o la audición. El dolor puede durar semanas, meses o incluso años después de la curación de las ampollas.
No existe una cura para la culebrilla. El tratamiento temprano con medicinas que combaten el virus puede ayudar. Estas medicinas también pueden ayudar a prevenir el dolor persistente. Una vacuna puede prevenir la culebrilla o disminuir sus efectos. La vacuna es recomendada a personas mayores de 60 años aunque algunos doctores pueden recetarla a personas de entre 50 y 59 años.
Fuente: NIH: Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas