«Vaya uno a saber» de Mario Benedetti

«Vaya uno a saber» de Mario Benedetti

Amiga
la calle del sol tempranero
se transforma de pronto
en atajo bordeado de muros vegetales
el rascacielos da la visión despiadada
de un acantilado de poder
los colectivos pasan raudos
como benignos rinocerontes
y en un remoto bastidor de cielo
las nubes son sencillamente nubes.

La muchacha cargada de paquetes
es una hormiga demasiado obvia
y en consecuencia la descarto
pero el lisiado de noble rostro
ése sí avanza como un cangrejo
la monjita joven de mejillas ardientes
crece como un hongo sin permiso
el hollín va siendo lentamente rocío
y el olor a petróleo se convierte en jazmín
y todo eso por qué
sencillamente porque en la primera línea
pensé en vos,
amiga.

Mario Benedetti