En Estados Unidos es bien conocida la leyenda sobre la media (calcetín) de Navidad.
La media de Navidad es uno de los símbolos en las navidades anglosajonas y más concretamente estadounidenses.
Al parecer un rico noble anglosajón vivía feliz con su mujer y sus tres hijas, hasta que la muerte le arrebató a su esposa. El desconsuelo de este hombre le llevó a perder la concentración sobre sus negocios, así que el padre y las tres hijas cayeron en desgracia y se arruinaron.
No les quedó más remedio que viajar y refugiarse en la cabaña de un campesino, donde las hijas tenían que cocinar, limpiar y realizar múltiples tareas para ganarse la vida. Pasaron los años y a las hijas les llegó la hora de casarse. Para desesperación del padre, éste no tenía nada para ofrecer en dote a la familia de los futuros esposos, por lo que la pobreza arruinaría la felicidad de sus hijas, quienes no podrían contraer matrimonio, según las costumbres de la época.
Cierta noche que las hijas habían lavado sus vestimentas y habían dejado colgadas de la chimena sus medias para que se secaran, ocurrió algo. Santa Claus se compadeció de la miseria y desesperación del hombre por sus hijas y, bajando por la chimenea introdujo un lingote de oro en cada una de las media de las hijas.
Al amanecer Santa Claus se había ido, pero el padre y las hijas pudieron comprobar que el regalo de Santa Claus permanecía. Desde ese momento la familia vivió feliz y sin dificultades, y las hijas pudieron casarse con sus amados, gracias al contenido de las medias de navidad..
Espoleados por la leyenda, hoy día, miles de niños de todo el mundo han seguido la tradición de colgar su «media de navidad» de sus chimeneas. Las más populares medias de navidad son aquellas que imitan el aspecto de las medias que usa Santa Claus, rojas y con borlas de pelo blanco.
Si le preguntan a un niño anglosajón cuál es su momento favorito de navidad, seguramente os responderá «colgar la media de navidad».