Necesito verlo una vez más

Necesito verlo una vez más

Dr.Amor:

Mi nombre profesional es Hanna, tengo 24 años y desarrollo el trabajo más antiguo del mundo: la prostitución. Comencé a los 18 años, cuando vine a Buenos Aires desde mi provincia natal, y lo hago porque lamentablemente nunca pude insertarme laboralmente en ningún lugar.

Un poco por no haber podido estudiar y tener un título o carrera y otro tanto por la situación económica del país, en especial por la falta de trabajo de las grandes ciudades. Además, físicamente me desarrollé muy tempranamente, haciendo que los hombres se acercaran siempre a mí. Es decir, el trabajo que desarrollo se me hace más sencillo, en especial en encontrar los clientes, porque soy muy bonita y tengo un físico verdaderamente atractivo. Por todo esto, tuve que dejar mi pueblo, porque en las pequeñas ciudades, desarrollar la prostitución se complica, porque nos conocemos todos y se hace muy difícil tener una vida «bastante normal». Además, el mercado se acota mucho, por la falta de clientes. Entonces, el venir a Buenos Aires, me abrió la posibilidad de pensar en un futuro económico mejor, gracias a mi trabajo. Lógicamente, espero que este trabajo no tenga que hacerlo toda la vida. Si tengo suerte y continuo con el ritmo de trabajo actual, en unos 5 o 6 años, podré retirarme y volver a mis pagos, a vivir de otra cosa, ya con un colchón de dinero que estoy ahorrando. Además me gustaría formar una familia, tener hijos y todo eso. Puedo decir, sin ánimo de jactarme, que al ser bonita y atractiva, puedo cobrar tarifas importantes. Así es como voy conociendo a diferentes hombres, pero siempre con poder adquisitivo bastante alto. Lógicamente, en muchas oportunidades los clientes que solicitan mi servicio son gente mayor, y podría hasta decir «desagradables», pero en estos casos, cobro un poco más, Además suelen -los viejitos- traer regalitos que complementan mis ingresos. No sé si porque creen enamorarse, porque se les presenta un sentimiento paternalista o porque se dan cuenta el esfuerzo que tengo que hacer para poder estar en la cama con semejantes gerontes. Pero el otro día, conocí a un cliente muy especial. Llamó por teléfono y realizamos el encuentro en mi departamento. Era un hombre de unos 30 años, morocho con bigotes y un aspecto muy normal. Si tendría que definirlo físicamente diría que también era muy normal, sin nada que destacar. Pero desde el momento en que llegó, me sentí totalmente atraída por él. No se si era su tono de voz, que era grave y calmo, o si era su mirada que entre profunda y dulce hacía que mi corazón latiera profundamente. Además, desde el comienzo demostró una calidez humana muy particular. Por lo general los clientes intentan hacer con nosotras todo aquello que no pueden hacer con sus parejas, señoras y novias. Y también, muchas veces son agresivos o brutos en el trato. Pero en este caso, él era muy tierno y el tratamiento hacia mí, fue en todo momento con mucho respeto. Y le digo, Dr. Amor, que fue la primera vez en mi vida profesional, que goce con un cliente. Me ocurrió todo aquello que alguna vez soñé me tendría que pasar. Me excité tanto que al llegar al éxtasis no podía creer lo que me estaba ocurriendo. Sentí algo que nunca antes había vivido.Pero lamentablemente desde ese día, no lo volví a ver. Porque luego de que estuvimos íntimamente juntos, me pago y con un beso en mi mejilla, se retiro diciendo: «Gracias, quizás nos encontremos en otro momento…».
Doctor, no sé que hacer. Esto me ocurrió hace un mes ya, y no tengo forma de encontrarlo, sino es él que vuelva a llamarme y venga a requerir por mi servicio.
La consulta es, ¿qué puedo hacer?, ¿qué me pasa? y, si vuelve a visitarme ¿tengo que cobrarle?

Hanna, barrio de Congreso. Buenos Aires


Respuesta del DR AMOR:

Dulce Hanna:

Primero queremos felicitarte por haberte animado a escribirnos y por ser tan clara en el desarrollo de tu situación y de los hechos. Nos encantó tu historia y nos parece que lo que te está tocando vivir, tiene una definición muy clara: TE ENAMORASTE. Porque debemos destacar que cuando lo describís a él, nunca hablás de físico, de dinero, de pinta, sino de cosas abstractas y sentidas como pueden ser tonos de voz, miradas y hechos de respeto y cariño. Por eso, entendemos que esto no es una calentura más, y que esta persona te ha marcado fuertemente tu vida. Además, te encontraste con alguien que es diferente para vos, o al menos desde el aspecto de la gente que generalmente trata contigo. ¿Qué puedo hacer? fue tu pregunta, siendo muy difícil la respuesta. Tendrás que esperar que te vuelva a llamar. Si el destino o Dios así lo quiere, así será. Y cuando esto ocurra, aprovechá el momento. Contale todo lo que sentís, decile lo que te pasa, y manifestale cual es la idea de tu presente y futuro. Si huye despavorido, con los pantalones en la mano, y diciendo…»esta re loca, esta reloca…» convencete que no es tu hombre. Pero si se queda, te escucha y como respuesta recibís un beso, felicitaciones, estarás en condiciones de empezar algo muy importante. Todos esperamos que tengas suerte.

Dr. Amor

PD: Nena, si vuelve este hombre…….¿no se te ocurrirá cobrarle? ¿no…?