La Expo fue un fracaso

La Expo fue un fracaso

Dr.Amor:

Mi nombre es Natalia, tengo 21 años, y desde los 17 que trabajo para una agencia, haciendo promociones en diferentes lugares donde me contratan. Es decir, soy promotora. Este trabajo es el único que pude conseguir, ya que solamente pude estudiar hasta 3º año de secundaria. Pero mi belleza y mi cuerpo me dieron la posibilidad de obtener este trabajo de promotora.

Mido 1,82 mts, soy rubia, ojos celestes, y mis medidas son 100-60-90. Lógicamente, es mi obligación decir, que quizás muchos problemas se me generaron por ser tan bonita, pero en tren de ser sincera, fueron muchas más las satisfacciones que obtuve. Porque al trabajar en promociones, uno conoce a muchas personas y así surgen posibilidades de hacer contactos, y comenzar nuevas relaciones. Hice promociones de marcas de autos, cosméticos, hoteles, radios, canales de televisión, etc. Y en cada uno de los casos, tuve que aprender al dedillo la información que puede ser requerida por los que se acercan a preguntar. Pero mi experiencia me indica que la mayoría de los hombres -especialmente los maduritos- se acercan a abordarme. Y esto no siempre me molesta, sino al contrario me halaga porque he podido conocer hombres encantadores, con quienes pude vivir situaciones hermosísimas. Como salidas a comer, recibir regalitos, viajar algún fin de semana al extranjero, etc. Pero en este momento, no sé que pasa, pero estoy mal, como decepcionada. Fui contratada para un stand en la última Expo, que se hizo en Santa Fe. Nos dieron -como es habitual- nuestro uniforme que era una blusa (bastante ajustada) y una minifalda bien corta, con zapatos al tono de taco alto. Hasta aquí, todo normal, ya que esta vestimenta es la que genera mayor «convocatoria» de los hombres. Y la idea de estar en un stand en el medio del campo, es que los hombres se acerquen al menos a pedir un folleto, como excusa ideal, para acercarse a nosotras. Pero no fue así. Yo ya había participado de otras exposiciones, y realmente me fue muy bien. En todas conocí a dos o tres nuevos amigos, que luego en Buenos Aires, «profundicé» dicha amistad. Pero en esta expo, muy pocos se acercaron. Y los que lo hicieron, no se animaron ni a pedir un folletito. Es más. Un día ví a un atractivo ingeniero agrónomo, -me di cuenta que era agrónomo por su vestimenta típica (pantaloncito de vestir, camisa polo de color rosado, llavero cuenta ganado, y caminar medio chueco)-, y lo encare de una. Me acerque y le dije: «¿Te interesa la máquina?». Miró la misma y me dijo que no. Nuevamente, insistiendo le dije: «¿Y esta otra?» señalando una que estaba a un costado. La miró con displicencia y dijo que no con su cabeza. Ya cansada de no lograr que me dijera nada interesante, lo encaré fuerte y le dije: «¿Y no te gusta lo que estas viendo ahora? » le dije con mi mejor voz, señalándome, me miró de arriba abajo, una vez. Volvió a hacerlo una segunda vez, y con tono muy bajo me dijo: «Dulce…, no estoy para estas cosas» y se fue con su andar chueco, su cuenta ganado y su camisita rosada.
Doctor, fracasé. Es la primera vez que me pasa. No se si perdí mis atractivos, si hice algo mal, o me equivoque en algo. Por favor, un comentario al respecto.

Natalia de Belgrano. Capital


Respuesta del DR AMOR:

Querida Natalia:
Lo que has vivido es parte de la realidad del campo argentino. No creas que perdiste tus atractivos -que por lo que contás, los tienes-, sino que la situación económica del sector es acuciante, y por ende influye notablemente en el líbido de los hombres. Están pensando en las deudas de insumos dolarizadas, en los mercados de futuros que no abren, en la cosecha, en la siembra, en sus mujeres, en las vacas, etc. Por eso esta reacción diferente a otras veces. Además debes considerar dos cosas. La primera es que quizás fuiste demasiado «agresiva», ya sea en tu vestir como en tu actitud. Y al encararlo fuerte -como decís- hiciste que se produjera un efecto contrario a lo que esperabas. ¡Huyó despavorido!. Y segundo, ¿no consideraste que tanta camisita rosada, sea una simbología?. ¿Quién te dice que a lo mejor el «ingenierito» es socio del club Mariposa Tricolor? ¿No indicás que caminaba medio chueco?
Pensalo desde este punto de vista y a no bajar los brazos. Sé fuerte y no pierdas tu convencimiento sobre tus posibilidades. Por una vez que no lográs tu objetivo, no podés creer que ya no sos la misma. Analizá bien tus métodos y quizás debas pensar en cambiar algunas cosas. Pero tu ego debe mantenerse erguido y fuerte.
Consejo: hasta que no se solucionen algunos problemitas del sector agrario, evitá ir a otras exposiciones similares.

Dr. Amor

PD: Estamos por hacer una presentación de nuestro consultorio en una exposición en Marbella. Francia. ¿Te interesaría ir de promotora con nosotros? Mis colegas, ¡encantadísimos!