Estimado Dr amor:
Desde hace más de 5 años sigo todas las semanas su interesante y pedagógico segmento, viendo que la gente se sincera y cuenta cosas que quizás a ninguna otra persona le contarían. Por eso es que me animo a escribir esta misiva. Tengo unos 50 años, soy divorciado y conocí a una mujer de 24 años, que me partió la cabeza. Miraditas van, saluditos vienen, cafecito va, cenita viene, telito va, camita viene, en definitiva, estamos saliendo desde hace 3 meses. Y lógicamente, manteniendo una vida “como de novios”, pero sin sexo. Sí, a pesar de que se asombren, todavía no tuvimos sexo.
Hace unas semanas, estábamos saludándonos en la puerta de su departamento, y yo estaba como loco de excitado, y le dije que no aguantaba más. Ella me dijo: “Mi amor, yo quiero ser toda tuya, pero no acá. Vamos a esquiar a Portillo. Allí, la primera noche seré “tu leona enjaulada”. “A la pelota…”pensé. Como no me había tomado mis vacaciones, agarré viaje. Compré los pasajes en avión, reservé el mejor hotel y para allá fuimos. Llegamos, nos instalamos en una hermosa habitación con vista a las pistas, y luego de acomodar la ropa, le dije: “¿Ahora, mamita?”. “No…….ahora no. Yo te dije a la noche” me respondió poniendo carita de gatita herida. ¡Qué le podía decir! . Como quedaba todo el día, le pregunté que quería hacer y lógicamente quiso ir a esquiar. Y me pareció bien, ya que tenía la oportunidad de demostrarle mi hombría y mi habilidad en tan hermoso deporte. Así fue que veníamos bajando la pista más difícil, sin inconvenientes, con buena velocidad, y cuando faltaban unos 50 metros para llegar a la base, de repente veo que viene cruzando la pista un venadito, que creo pesaría unos 400 kilos. Lo trato de esquivar por atrás y el venado frena, lo intento pasar por delante y el venado arranca. Lo pasé bien por el medio.
La pierna izquierda me la quebré en dos partes, con luxación de codo derecho y rotura de la clavícula izquierda. Como entenderán, ese mismo día volví a Buenos Aires para que mi traumatólogo preparase todas las intervenciones quirúrgicas que se debían hacer. Y digo bien, volví, porque ella se quedo la semana en Portillo. ¡Cómo estaba todo pago….!
Doctor. ¿Es mala suerte? ¿El destino no querrá que avance con esta mujer? Alguna opinión por favor.
Pancracio
Palermo. Ciudad Autónoma de Bs. As.
Respuesta del DR AMOR:
Querido Pancracio:
Gracias por escribirnos, y tuvimos que deliberar con mi grupo de profesionales, como íbamos a encarar la respuesta. Vamos por partes. No entendemos bien como comenzó la relación. ¡Porque todo en diminutivo! Camita…telito…., miraditas…., cafesito….., trolito…mariconsito. Cuando nos contás que a pesar de salir 3 meses como novios no tuviste sexo, no nos asombramos, sino que nos cagamos bien de risa. La chica demostró ser más piola que vos, porque al menos se sacó un viaje gratis a Portillo y además, SE QUEDÓ LA GUACHA. ¿La llamaste para ver como la está pasando? ¿Ya conoció a Juancho Talarga, el instructor estrella del complejo?
Otra cosa, que merda hacía un venadito ahí. Que entiendo de 400 kilos, era un venadazo importante. No le echemos la culpa ni a la mala suerte, ni al destino. Algunos nacieron estrellas y otros “estrellados”. Por ahora, curate bien de tus nanas, y cuando estés en condiciones de salir a las pistas nuevamente, buscate una viejita de tu edad, y jugale una buena partida a la canasta. Ojo con el backgamon, a ver si tenés una distensión del ligamento del brazo al tirar los dados.
La última, ¿se te fue la calentura por ponerla?
DR. AMOR
PD: En la misma fecha que te ocurrió todo esto, un colega estuvo en Portillo. ¿Tu “chica” se llama Mimí, es rubia y muy tetona?