La palabra ramera viene de ramo, que a su vez se deri¬va de ramus, rama.
En la Edad Media, era costumbre colgar un ramo de flores en la puerta de las tabernas, con el fin de indicar su función, distinguirlas de las viviendas y llamar la atención de los posibles clientes. Las prostitutas adoptaron también esta costumbre con el propósito de no pasar inadvertidas y comenzó a llamárseles rameras, vocablo que aparece registrado por primera vez en el idioma español, a finales del siglo XV, en La Celestina (1499), de Fernando de Rojas