Las galaxias son una vasta aglomeración de estrellas, polvo y gas interestelar, sujeta por la acción de la gravedad, conformando un sistema independiente, salvo ocasionales colisiones con otras.
Se sabe que el universo contiene millones de galaxias, si bien la gran mayoría no es visible a simple vista, debido a las enormes distancias que las separan. El Sistema Solar pertenece a una de ellas: la Vía Láctea.
El astrónomo Edwin Hubble (1889-1953) observó que las galaxias venían en distintas formas y tamaños. Básicamente identificó tres categorías agrupando entre elípticas, espirales, e irregulares, y fue expandiendo posteriormente a medida que recolectaba más observaciones. Para identificar cada uno Hubble empleó letras: E para las galaxias elípticas, S para las espirales (de “spiral” en inglés) y para las irregulares Irr. Luego añadió números, según lo acentuado de la forma de la galaxia. Más tarde se añadió una nueva categoría: las galaxias lenticulares S0, con una forma a medio camino entre elipse y espiral.
Hubble representó gráficamente su clasificación en un diagrama que tiene la forma de un diapasón, llamado “el diapasón de Hubble”, que aún se utiliza con algunas modificaciones. El astrónomo creyó advertir en el diagrama una suerte de evolución galáctica, afirmando que las galaxias en un estadio temprano tenían forma elíptica, luego pasaban a la espiral y finalmente se tornaban irregulares.
Esta teoría está totalmente descartada en la actualidad.
También es preciso tomar en cuenta que esta clasificación es visual, es decir, se hace de acuerdo a la vista que la galaxia presenta desde la Tierra. Por ejemplo una galaxia elíptica en realidad podría ser muy elongada, pero si está ubicada de tal manera que se tiene una vista frontal de un extremo, lucirá como una esfera. En cambio una galaxia espiral vista de canto puede parecer un disco, y no es posible apreciar la forma de las espirales.
Solo la enorme galaxia espiral de Andrómeda, en la constelación del mismo nombre, y las Nubes de Magallanes, pequeñas galaxias irregulares cercanas a la Vía Láctea en la constelación Dorado, lucen al ojo descubierto como pálidos y difusos objetos contra el cielo nocturno. Algunos observadores afirman haber visto la galaxia del Triángulo, otra galaxia vecina a la Vía Láctea en la constelación del mismo nombre.
Nebulosas consolidadas en Galaxias, y la importancia del telescopio como instrumento
Desde la invención del telescopio los astrónomos comenzaron a observar muchos de estos objetos, a los que catalogaron indistintamente como “nebulosas”. El astrónomo francés Charles Messier (1730-1817) descubrió muchas mientras buscaba afanosamente cometas, llegando a compilar un nutrido catálogo de cuerpos celestes.
Ahora se sabe que una parte de los objetos contenidos en este catálogo son verdaderas galaxias, como Andrómeda, anteriormente conocida como la nebulosa de Andrómeda, que aparece en muchos mapas celestes actuales como M31, su número de código en el catálogo Messier.
El famoso astrónomo inglés William Herschel (1738-1822) también compiló un catálogo llamado New General Catalogue o NGC, en el cual aparecen muchos objetos Messier. En este catálogo, la galaxia de Andrómeda tiene el código NGC 224.
Durante mucho tiempo existió controversia acerca de si estas nebulosas eran objetos pertenecientes a la Vía Láctea, y menos todavía se sabía acerca de su naturaleza, ya que para muchos astrónomos la Vía Láctea constituía todo el Universo. El debate se prolongó hasta comienzos del siglo XX, cuando se construyó el telescopio más grande hasta la fecha: el del observatorio Monte Wilson en California.
Con este potente telescopio, Hubble logró detectar en 1924 las primeras estrellas en la nebulosa de Andrómeda y luego en otras nebulosas más. De esta manera se supo que cada una de ellas era un “universo isla”, independiente de la Vía Láctea y que estaban situadas a enormes distancias de la Tierra. Con estos descubrimientos el tamaño del universo se expandió a proporciones nunca imaginadas por la humanidad.
Características de las galaxias elípticas
Tienen formas suavemente redondeadas, desde casi esféricas hasta muy elongadas, como un balón de fútbol americano, con las estrellas distribuidas desde el centro de manera uniforme, en todas direcciones. En las fotografías lucen tonalidades amarillentas o anaranjadas, y contienen escaso gas y polvo, rotando con lentitud.
La población estelar de estas galaxias es antigua, ya que para formar estrellas, se requiere de la existencia de materia interestelar, escasa en este tipo de galaxias.
En cuanto a su tamaño también hay variedad: las hay cuyas dimensiones son descomunales y también existen galaxias elípticas enanas, como las galaxias acompañantes de Andrómeda. Se cree que muchas galaxias elípticas gigantes son el resultado de colisiones entre enormes galaxias en espiral.
Galaxias espirales
Las galaxias espirales consisten en un núcleo del cual parten una serie de brazos más o menos enroscados con forma de espiral, de allí su nombre. La Vía Láctea y Andrómeda son galaxias de este tipo, que son algunos de los objetos más bellos del universo.
Existen dos clases de galaxias espirales: las espirales simples S y las espirales barradas SB. La evidencia sugiere que la Vía Láctea es una espiral barrada y recientemente se ha observado que la vecina Andrómeda también lo es. Junto a la galaxia espiral del Triángulo, un poco más pequeña, y una treintena más de galaxias menores, estas galaxias gigantes conforman el llamado “Grupo Local de Galaxias”.
Las galaxias en espiral son ricas en materia interestelar y su población de estrellas es mixta: estrellas antiguas en el núcleo y estrellas muy jóvenes hacia los brazos espirales, que se evidencia por el color azulado de estas regiones. También poseen un rápido movimiento de rotación y se cree que en el centro de cada una hay un agujero negro supermasivo.
Galaxias irregulares
La mayoría de las galaxias son espirales o elípticas, pero un pequeño porcentaje carece de forma definida, entrando en la categoría de galaxias irregulares, aunque en algunas se llegan a ver incipientes brazos en espiral.
Las Nubes de Magallanes y la galaxia enana de Sagitario, vecinas cercanas de la Vía Láctea, son galaxias de este tipo.
Las galaxias irregulares son mucho más pequeñas que las espirales o las elípticas, pero dan muestras de una elevada tasa de formación estelar, como consecuencia de la gran cantidad de gas y polvo que contienen. Por esto las imágenes muestran distintos parches de color azul.
Algunas galaxias no son realmente irregulares, sino que su forma está distorsionada a causa de la colisión con otra galaxia. Estos eventos no son infrecuentes y aunque puedan parecer catastróficos, la realidad es que la colisión entre las estrellas de ambas galaxias es muy poco probable, a causa de las enormes distancias. En un futuro lejano, se cree que la Vía Láctea y Andrómeda colisionarán, lo que sin duda será un espectáculo digno de admirar.
Fuente: https://significado.com/galaxias-elipticas-espirales-irregulares/