En su origen comenzó a utilizarse en el modo ‘despabilar’ y encontramos su procedencia en la unión del prefijo ‘des’ (negación, privación, fuera de) y ‘pabilo’ (mecha que hay en las velas de cera y antiguamente en los candiles o lámparas de aceite).
Despabilar era el acto de quitar la parte ya quemada del pabilo (también escrito pábilo) y con ello se conseguía que la llama se avivase, dando más y mejor luz.
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