Atorrante puede significar vago, vagabundo u holgazán. También puede hacer referencia a algo o alguien que nos resulta pesado o molesto.
Asimismo, puede aludir a una persona desvergonzada. Sin embargo, dependiendo del país donde nos encontremos, estos significados pueden variar.
Por ejemplo, en Argentina y Uruguay, atorrante tiene una carga despectiva; se emplea como equivalente de holgazán, vagabundo o haragán: «Simón se ha convertido en un atorrante que no se preocupa por nada». Del mismo modo, puede referirse a aquel que es desvergonzado o desfachatado en su forma de ser: «No lo quiero en mi casa; es un atorrante».
En países como Costa Rica, República Dominicana o Uruguay, un atorrante es un individuo sin domicilio fijo, un vagabundo, un mendigo.
Por su parte, en lugares como España, Venezuela, Colombia, Panamá o Perú, atorrante se usa para significar pesado, necio, molesto. Y, como tal, puede referirse tanto a una persona: «Pedro es un atorrante»; como a un cosa, situación o fenómeno: «Qué tarde veraniega tan atorrante».
Origen etimológico
Etimológicamente, la palabra deriva del verbo atorrar, que a su vez procede de torrar o turrar, que significa ‘abrasar’, ‘tostar’ o, también, ‘sufrir sopor o embotamiento’
Existe cierta polémica sobre su origen debido a la idea de que la palabra nació en Argentina. Según esta etimología, en la ciudad de Buenos Aires, cuando se hacían las obras sanitarias, los caños utilizados eran de marca A. Torrent. Los sinhogar, que habitaban en este mundo subterráneo, comenzaron a ser llamados, por extensión, atorrantes —vagabundos, holgazanes—, en referencia a la marca. Sin embargo, esta leyenda carece de rigor histórico y es considerada más bien una invención popular.
Fuente; https://www.significados.com/atorrante/