Sin decir «¡agua va!»

Sin decir «¡agua va!»

En la Edad Media, el sistema de alcantarillado y la presencia del cuarto de baño en las casas de familia españolas (lo mismo que en las francesas, inglesas, etcétera) no era tan común como en nuestros días.

De hecho, para satisfacer las primarias necesidades fisiológicas, las familias de entonces utilizaban bacinillas (comúnmente llamadas hoy «escupideras», porque primitivamente cumplían esa función) dentro de las cuales depositaban sus abluciones. Era algo cotidiano, entonces, que por las mañanas, las señoras de la casa recogiesen estos recipientes y vaciasen su contenido simplemente arrojando desde las ventanas su contenido (en este caso, exclusivamente líquido) a la calle, pero poniendo mucho cuidado de advertir a los posibles transeúntes del peligro inminente, para lo cual exclamaban a viva voz: «¡Agua va…!». Con el tiempo, y cuando las instalaciones sanitarias progresaron, desapareció la costumbre, pero el dicho permaneció en el uso popular como sinónimo de advertencia. Claro que también surgió la variante sin decir «¡agua va!», equivalente al actuar sin la precaución de advertir a alguien sobre la acción que uno iba a acometer, muchas veces perjudicando al otro, tal como hubiera obrado una señora de aquellos tiempos que se dispusiera a arrojar el contenido de la bacinilla sin avisar…

Fuente: http://www.ciudad-real.es/varios/dichos/s.php