Hace mucho tiempo, el calzado representaba la clase social a la que pertenecía una persona. Las botas, por ejemplo, eran usadas solamente por los caballeros ricos y poderosos, mientras que la gente común usaba zapatos bajos.
Cuándo alguien, por un golpe de buena suerte, accedía al uso de las botas, el resto del pueblo para manifestar el progreso de esta persona solía decir: se puso las botas. De allí nació la expresión “ponerse las botas”.
En la actualidad, el dicho conserva el mismo sentido, aplicándose tanto cuando una persona ha ganado un premio en la lotería, como cuando ha hecho un negocio que le ha aportado una muy buena ganancia, generalmente más del doble de la habitual.
Fuente: http://www.letrasyalgomas.com/t9991-origen-curioso-de-dichos-populares