Pan y circo, entre los años 60 y 130 de nuestra era vivió, hijo de un rico esclavo liberto. Décimo junio mostró siempre grandes ven tanto por la plebe como por la aristocracia.
Y ese resentimiento lo volcó en sus célebres sátiras que destilan amargura por la decadencia de Roma. En la 10ª de esas extensas sátiras se burla del populacho y lo acusa de acudir al foro sólo para reclamar trigo y espectáculos gratuitos: panen et circense, es decir, pan y circo. La frase ha perdido con los siglos su sentido literal.
Ya no se refiere como es obvio, ni a las luchas de gladiadores ni a las carreras de cuadrigas. Y los beneficios que el pueblo demanda no se limitan al pan. Es común, por ejemplo, afirmar que un político no ofrece más que pan y circo cuando pretenden atraer votantes, distrayendo las auténticas necesidades con actos espectaculares y promesas demagógicas. Los españoles hablan de paz y toros. Aquí al llegar las elecciones de los caudillos se repartían vino y empanada. El hecho quedó como una frase que -truco y guitarreadas mediante- reemplazó durante muchos años el panen et circense que indignaba a Juvenal.
Fuente: http://historiaybiografias.com/por_que_se_dice___/