Este dicho alude al 11 de noviembre, día de San Martín de Tours, patrono de Buenos Aires, que se celebraba habitualmente comiendo lechón.
En la actualidad este dicho significa que a todos les llega en algún momento la compensación por sus buenos o malos actos. En particular se utiliza más por los malos actos. Por ejemplo cuando se apresa un ladrón que no se lo lograba detener en mucho tiempo.
Fuente: www.nuevoabcrural.com.ar