«Me pica y me rasco….y cuanto más me rasco, más me pica». La urticaria es una reacción de la piel que puede ser ocasionada por varios motivos. El haber comido algo que nos la genera, haber tomado o aplicado algún medicamento, o por la presencia de una infección viral.
Generalmente se va como aparece, en especial si dejamos de consumir lo que supuestamente lo ocasionó. Pero si la urticaria nos toma cariño, y no desaparece rápidamente… Veamos que se debe hacer.
DESCRIPCIÓN:
Es una reacción de la piel caracterizada por las ronchas, rojas o de color claro, que produce.
CAUSAS:
Su alcance se limita a la superficie de la piel y a los tejidos subcutáneos. Aunque en ocasiones no tiene una causa identificable, en la mayoría de los casos se desarrolla como consecuencia de la aplicación de algún medicamento, por picaduras de insectos o la ingestión de algún alimento. La urticaria puede seguir a la ingestión de una pequeña o gran cantidad del alimento que la genere. Otras veces, es consecuencia de infecciones víricas (hepatitis, mononucleosis o rubéola). La urticaria recurrente no es de fácil explicación.
SÍNTOMAS:
El primer síntoma que aparece es generalmente la picazón. Luego aparecen las ronchas, de tamaño variable entre 1 y 20 cm, que pueden desaparecer en un breve lapso y cambiar de sector del cuerpo.
DIAGNÓSTICO:
Si la urticaria retrocede rápidamente, y no se reitera, no es necesario un control médico.
TRATAMIENTO:
Si la urticaria no desaparece, y el agente que la causa no es fácilmente identificable, se recomienda la suspensión de toda ingesta de fármacos no indispensables, hasta que se produzca un alivio. Algunos medicamentos -como difenhidramina o corticosteroides y prednisona en casos más agudos- facilitan una reducción parcial de la urticaria y de la picazón. Si la urticaria produce una inflamación y la persona tiene problemas para respirar o tragar, debe tratarse con urgencia. Cuando la urticaria es crónica, se puede administrar un tratamiento con antihistamínicos, y es recomendable reducir los niveles de estrés.