Toxoplasmosis

¡Me pareció ver un lindo gatito!. Quién no tiene un gato en su casa. Pero este animal querible de nuestro hogar, puede generarnos serios problemas con el contagio de esta enfermedad. En especial si alguna mujer de nuestra familia esta embarazada. Todo lo que debemos saber de esta enfermedad. A no asustarse. La prevención es el mejor camino.

DESCRIPCIÓN:

Es una infección parasitaria provocada por el Toxoplasma gondii. Este parásito se reproduce únicamente en células presentes en el intestino de los gatos, por lo que las heces de los mismos contienen los huevos del Toxoplasma gondii, llamados oocistos.

CAUSAS:

El contacto con dichos oocistos, posible en áreas con heces de gatos, facilita el contagio de la infección; los alimentos crudos o mal cocidos pueden contener una forma inactiva (quiste) del parásito, que también transmite la enfermedad. Una mujer embarazada que contrae la enfermedad la puede pasar a su feto: se puede producir entonces un aborto, o que el bebé nazca muerto o con toxoplasmosis congénita. Por esto, se recomienda a las mujeres embarazadas evitar el contacto con gatos que no habiten el ámbito acotado de la casa y estén en contacto con otros gatos.

SÍNTOMAS:

No son frecuentes en personas que adquieren la infección después del nacimiento, por lo que sólo suele ser detectada en análisis de sangre que advierten de la existencia de anticuerpos contra el parásito de la toxoplasmosis. Cuando aparecen, los síntomas son distintos, según se trate de toxoplasmosis crónica, aguda diseminada, o toxoplasmosis linfática leve. Los bebés con toxoplasmosis congénita pueden no tener manifestaciones de la infección, o presentar síntomas graves y velozmente mortales; entre ellos, ictericia grave, convulsiones, cabeza grande o pequeña, retraso mental importante, inflamación en los ojos, o la formación de hematomas fácilmente.

DIAGNÓSTICO:

Para confirmar un diagnóstico de toxoplasmosis es necesario realizar un análisis de sangre en el que se detecten anticuerpos contra el parásito. Una resonancia magnética y tomografía computada del cerebro de un paciente con un sistema inmunológico debilitado puede permitir establecer el diagnóstico.

TRATAMIENTO:

En los adultos con un sistema inmunitario sano en general no se administra medicación, porque la enfermedad desaparece sola, excepto que los síntomas sean graves o se deterioren órganos vitales como ojos, cerebro o corazón. Este criterio se extiende, en la medida de lo posible, a las embarazadas, porque el medicamento puede perjudicar al feto. Fármacos como espiramicina o sulfadiacina con pirimetamina se utilizan para el tratamiento de bebés con toxoplasmosis, pacientes con inmunidad debilitada y -en el caso de la espiramicina- mujeres que contraen la infección durante el embarazo. En los enfermos de sida, los problemas son distintos, el tratamiento debe ser permanente, por la recurrencia de la infección y, en la mayoría de los casos, la toxoplasmosis resulta fatal.