Rubeola

Es una enfermedad causada por un virus. Se caracteriza por fiebre generalmente leve y erupción en la piel, que empieza en la cabeza y luego desciende al resto del cuerpo. Con mucha frecuencia también aparecen ganglios agrandados, principalmente en el cuello y detrás de las orejas, y dolores en las articulaciones. Sin embargo, hasta el 50% de las personas infectadas por el virus no presentan síntomas.

La rubéola se previene mediante la aplicación de la vacuna específica, que se aplica por vía subcutánea en el brazo.

La vacuna es muy segura y efectiva, induce una respuesta protectora en el 95% de las personas vacunadas. La inmunidad que produce es de larga duración, probablemente para toda la vida.

Cerca del 80% de la población tiene anticuerpos contra la rubéola, sin embargo es recomendable aplicarse la vacuna independientemente del estado inmune.

La rubéola ya no es una enfermedad de los niños. Si bien antes de la utilización de la vacuna, era una dolencia que generalmente se adquiría en la niñez, los casos posteriores a la vacuna muestran, en diferentes países, que durante los últimos años ha ocurrido un desplazamiento del riesgo hacia los adolescentes y adultos jóvenes.

Se transmite por contacto con las personas que se han contagiado por el virus. La vía de transmisión es respiratoria, que se produce al hablar, toser o estornudar, o con los objetos contaminados con secreciones. Si una mujer embarazada adquiere la infección durante el primer trimestre del embarazo, el virus se transmitirá por vía transplacentaria.

La vacuna contra la rubéola se introdujo en 1998 en el Esquema Nacional de Vacunación de la población infantil de Argentina. La campañas de prevención han logrado inmunizar a la población menor de 15 años. A su vez, se ha demostrado que las personas mayores de 40 años ya están protegidas, pues enfermaron en algún momento de sus vidas.

Si una mujer embarazada se infecta con el virus de la rubéola durante las primeras 11 semanas de gestación, existe un 90% de probabilidad de que su bebé nazca con las manifestaciones clásicas del Síndrome de Rubéola Congénita (SRC). Si la infección ocurre durante las primeras 16 semanas de embarazo la probabilidad es del 65%. Después de la 16 semana de gestación el riesgo disminuye.

El SRC es una enfermedad muy grave, que afecta al niño en gestación y puede producir muerte intrauterina, aborto, parto prematuro o alteraciones congénitas aisladas y combinadas como: cataratas, microftalmia, glaucoma, retraso mental, púrpura, sordera.