Pediculosis

Pediculosis

¡Cómo me pica la cabeza…! Frase escuchada con asiduidad en los más chiquitos, en especial en época escolar. Los piojos están en todos lados y el contagio es bastante común en cualquiera de nosotros. Pero siempre algo se puede hacer para prevenir esto. A continuación todo lo que debemos saber sobre estos «bichitos». Si pica, algo hay.

DESCRIPCIÓN:

Es la infección por piojos -insectos sin alas, casi imperceptibles al ojo humano y que se propagan fácilmente entre individuos y objetos personales- que puede afectar cualquier parte de la piel, y se manifiesta con una gran picazón. Hay tres tipos de piojos: del cuerpo, de la cabeza y del pubis. Los dos últimos viven en la persona, mientras que los del cuerpo se instalan en la ropa que está en contacto con la piel. Por otra parte, los del cuerpo y los de la cabeza se asemejan en su aspecto, mientras que los púbicos son más redondos y su apariencia es similar a la de las ladillas.

CAUSAS:

Los piojos del pubis se contagian durante las relaciones sexuales y habitan el área genital. Los del cuerpo son los de más difícil contagio. Infectan, por lo general, a individuos hacinados y de higiene deficiente. Pueden ser transmisores de otras enfermedades, como fiebre recurrente o tifus epidémico. Los piojos de la cabeza son los de mayor transmisión, ya que se contagian por el contacto personal, y el uso compartido de diversos objetos personales, principalmente sombreros, peines o cepillos.

SÍNTOMAS:

Se manifiestan con una fuerte picazón, y la consiguiente irritación de la piel o el cuero cabelludo, a veces producto del rascado, que puede provocar excoriaciones. Los del cuerpo producen una picazón más intensa en nalgas, abdomen y hombros. Los del pubis, en torno al pene, vagina y ano. Los piojos de la cabeza a veces no son detectados por los niños, que no identifican más que una pequeña irritación.

TRATAMIENTO:

Se utilizan diversos medicamentos: piretrina (la menos frecuente), permetrina (la más eficiente y segura) y lindano (no recomendado para niños, por tener posibles riesgos neurológicos). Todos estos tratamientos requieren una segunda aplicación. Sus características irritantes impiden su uso en pestañas y cejas, zonas que requieren otros productos y/o métodos. Se deben tratar fuentes y transmisores de la pediculosis, como ropa de cama y de vestir, peines, sombreros, para evitar la reinfección.