El estrés es un estado de gran tensión nerviosa originado en la persona por el exceso de trabajo, las aspiraciones no satisfechas, la ansiedad, etc. Suele manifestarse a través de una serie de reacciones que van desde la fatiga prolongada y el agotamiento hasta dolores de cabeza, gastritis, úlceras, etc., pudiendo ocasionar incluso trastornos psicológicos.
Estrés normal:
El estrés normal no puede eliminarse, porque es una parte de nuestra vida, hasta puede ser positivo si sabemos manejarlo eficazmente.
El estrés no se puede considerar en principio como una enfermedad sino como la respuesta, tanto física como mental, a las adaptaciones y ajustes del ser humano a los diversos acontecimientos vitales.
El estrés causa la ansiedad, que en pequeñas cantidades es positivo y saludable porque nos mueve a hacer las cosas bien.
El estrés es una defensa natural del organismo que se encuentra dentro de nosotros mismos y que sirve para hacer frente a demandas excepcionales de experiencias difíciles en nuestra vida diaria, es también un importante aumento en el nivel de activación fisiológica y cognitiva con recursos también excepcionales.
Estrés patológico:
Cuando el estrés se transforma en una reacción prolongada e intensa es muy posible que desencadene serios problemas físicos y psíquicos.
Si no se libera al organismo de estos cambios ocurridos durante la fase de reconocimiento y consideración de la amenaza, se entra en un estado de estrés crónico. Cuando uno se siente estresado y añade aun más estrés, los centros reguladores del cerebro tienden a hiperreaccionar ocasionando desgaste físico, crisis del llanto, y potencialmente depresión.
Causas del estrés patológico:
Las amenazas exteriores producen en nuestro cuerpo unos cambios estresantes. Así nuestra forma de reaccionar ante los problemas, las demandas y los peligros, viene determinada por una aptitud innata de lucha o huida, cuando los estímulos que nos llegan son interpretados como amenazantes.
Reacciones incompletas ante estímulos, no resueltas adecuadamente, por ejemplo:
En el trabajo:
• Exceso o falta de trabajo.
• Rapidez en realizar la tarea.
• Necesidad de tomar decisiones.
• Fatiga, por esfuerzo físico importante.
• Viajes largos y numerosos.
• Excesivo numero de horas de trabajo.
• Cambios en el trabajo.
• Individuo que cuenta con insuficiente responsabilidad.
• Falta de participación en la toma de decisiones.
• Falta de apoyo por parte de la dirección.
• Cambios tecnológicos a los que hay que adaptarse.
• Falta de seguridad en el trabajo.
• Incongruencia o falta de equidad en una promoción insuficiente o excesiva.
• Consciencia de haber alcanzado el propio techo.
En las relaciones sociales:
• Falta de relaciones,
• Relaciones hipócritas,
• Relación distante.
Situaciones normales de la vida:
• hablar en publico,
• hacer una declaración de amor…,
• Realizar o tomar exámenes,
• Estos estímulos pueden producir substancias bioquímicas o eléctricas que pueden producir estrés como; el frío – el calor – el ruido – el café – el tabaco.
Sintomas
El estrés, sobre todo el patológico, suele presentarse con síntomas físicos evidentes:
• Las pupilas se agrandan para mejorar la visión,
• El oído se agudiza,
• Los músculos se tensan para responder al desafío,
• La sangre es bombeada al cerebro para aumentar la llegada de oxigeno a las células y favorecer los procesos mentales.
• Las frecuencias cardiaca y respiratoria aumentan,
• Y como la sangre se desvía preferentemente hacia la cabeza y el tronco, las extremidades y sobre todo las manos y los pies, se perciben fríos y sudorosos.
Efectos secundarios de situaciones de estrés crónico
El estrés crónico puede producir:
• Aumento de susceptibilidad a los resfriados,
• Aumenta el riesgo de los problemas cardiacos, presión arterial alta, diabetes, asma, ulceras, colitis y cáncer.
• Aumentos del azúcar en la sangre.
vAumenta el colesterol, hay una liberación de ácidos grasos en la sangre.
• Aumenta los niveles de corticoides.
• Disminuye el riego sanguíneo periférico, disminuye el sistema digestivo,
• Con frecuencia el estrés se asocia a trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión. Secundariamente produce una incapacidad para tomar decisiones, sensación de confusión, incapacidad para concentrarse, dificultad para dirigir la atención desorientación, olvidos frecuentes, bloqueos mentales.