Los niños nacen con su sonrisa activada y con la capacidad de disfrutar. Cuando las emociones en la casa son inestables, es frecuente que aparezcan en ellos berrinches o pucheros, pero al poco tiempo vuelven a sonreír.
Un objetivo de los padres es lograr que sus hijos sean felices y se preguntan con frecuencia cómo conseguirlo. Sin embargo, según expertos, ese planteo es erróneo y lo que en verdad hay que proponerse es conseguir que el pequeño no pierda del todo esa capacidad de estar a gusto que tiene de nacimiento. La psicóloga y psicoterapeuta española Isabel Serrano propone cinco pautas para acercarse al objetivo
-Cultivar las emociones positivas con los hijos
«Lo primero es escucharlos, sin negar, minimizar o culparlos por lo que sienten», recomendó Serrano. También sugiere evitar frases como «no entiendo por qué te ponés así», ya que sus momentos difíciles son oportunidades para enseñarles a encontrar nuevas soluciones a sus problemas.
-Compartir en familia
Hay pocas cosas positivas que sean solitarias. Según la psicóloga, la relación con los demás es la variable más importante para medir la satisfacción vital de las personas de todas las edades. Además insiste en que la soledad real o sentida es una de las situaciones más incapacitantes para niños y adolescentes. Según Serrano, la familia ideal no está centrada en satisfacer las necesidades del niño, sino en las relaciones positivas entre todos sus miembros. Sugiere, por último, animar a sus hijos a ponerse en el lugar del otro y desarrollar la empatía, lo que será clave para una vida saludable a futuro.
-Establecer y conseguir logros
Proponerse una meta y alcanzarla es una gran satisfacción. Por eso la psicóloga hace hincapié en que hay que fomentar que los niños tengan sus objetivos y favorecer que aprendan a tolerar la frustración que antecede al éxito. «Es importante no darles todas las soluciones a sus problemas. Hay que ayudarlos a ganar, pero los niños necesitan fracasar y superarlo», enfatizó.
-Enseñarle a fluir
El bienestar y el desarrollo del talento tienen que ver con saber concentrarse y fluir, indica la profesional. Cuando un niño está muy concentrado en una actividad, no se le debe hablar ni interrumpirle: eso se llama juego libre y es uno de los ingredientes de la creatividad y la felicidad infantil.
-Inculcarle dar más sentido a lo que hace
Los adultos notan que ser altruista puede proporcionar mayor bienestar que hacer algo sólo para uno mismo. Por lo tanto, la especialista recomienda fomentar que los hijos sientan que forman parte de algo más grande que él mismo, como su familia, grupo, su ciudad y el mundo.
Fuente: docsalud.com