Como acidez suele denominarse a la molestia que ocasiona la salida del ácido que normalmente se encuentra en el estomago hacia el esófago, provocando la irritación de este último.
El término acidez es utilizado por los pacientes, describiendo a diferentes síntomas asociados a la incomodidad tras la ingesta de alimentos. A menudo, es utilizado como sinónimo de indigestión (aunque cada vez se hace más patente la diferencia entre ambos y se emplea para referirse específicamente al dolor o molestia abdominal alta), caracterizada por molestias asociadas a la toma de alimentos parecidas a las acontecidas en la úlcera péptica (aunque no necesariamente tiene que estar presente esta entidad patológica o los síntomas deben ser debidos a ella).La acidez y el reflujo son muy comunes, el 10 por ciento de la población experimenta estos síntomas por lo menos una vez a la semana. Por ejemplo, el 25 por ciento de las mujeres embarazadas experimentan acidez o padecen otros síntomas relacionados a la acidez. Aunque rara vez ponga en peligro la vida, la acidez frecuente o severa puede limitar las actividades de la vida diaria y la productividad y desencadenar complicaciones mayores. Sin embargo, la mayoría de personas encuentran alivio al seguir un programa de tratamiento consistente y comprender las causas de manera apropiada.Los síntomas de acidez pueden confundirse con los de un ataque cardíaco. Por tal razón, es importante que busques ayuda inmediatamente si estos síntomas están acompañados de alguno de los siguientes: falta de aire, sudores, dolor en la mandíbula, cuello y brazo, sensación de estar frío, náuseas y vómito.
¿Qué lo provoca?
La acidez es debida a un mal funcionamiento del esfínter inferior del esófago (cardias), el cual no se cierra bien o se abre más de lo que debido. De tal manera que el ácido que se encuentra en el estómago puede pasar al esófago con facilidad, produciendo así la irritación del esófago y por tanto la sensación de acidez. Este padecimiento también puede ser debido a enfermedades del sistema nervioso central. Pero la condición más común es que este síntoma se deba a la presencia de una hernia hiatal y se origina cuando el estómago se apoya parcialmente en la cavidad del pecho debido a una debilidad del diafragma. Una hernia hiatal persistente puede producir una acidez considerable. Sin embargo, muchas personas que han experimentado acidez no padecen de hernia hiatal. De la misma manera, muchas personas que tienen hernia hiatal no sufren de acidez. Por lo general, las pruebas y las terapias se centran en la acidez en vez de la hernia hiatal.
La acidez también se encuentra en una patología que se conoce como reflujo gastroesofágico o reflujo ácido. El esfínter esofágico bajo (cardias), está localizado al final del esófago y se abre durante la ingesta para dejar pasar la comida hacia el estómago. Luego el músculo (cardias) se cierra rápidamente para evitar que la comida y los jugos gástricos regresen al esófago. Cuando el cardias no funciona perfectamente el reflujo gastroesofágico se presenta y puede ser por debilidad o relajamiento. Esto permite que los jugos gástricos regresen al esófago, produciendo acidez. La acidez a veces recibe el nombre de indigestión ácida y por lo general se presenta después de las comidas. La dispepsia funcional, la gastritis superficial o profunda, las úlceras pépticas, son causas de lo que llamamos vulgarmente «acidez estomacal».
Si bien se creía que todos estos procesos estaban provocados por la hipersecreción ácida, hoy se sabe que el H. Pylori es el causante de trastornos en la mucosa gástrica. La ureasa producida por el microorganismo cataliza la transformación de urea en amoníaco, el cual le permite sobrevivir en el entorno ácido del estómago. Pero puede erosionar la barrera mucosa y producir una lesión epitelial.
También el uso continuado de analgésicos perturba la defensa y reparación de la mucosa estomacal, haciéndola más susceptible al ataque ácido. Sin embargo, más allá de las causas, se dan habitualmente conductas y hábitos que predisponen a padecer estos trastornos. Estos hábitos pueden ser cambiados teniendo la suficiente información.
En condiciones normales o fisiológicas del estómago. Este órgano perteneciente al aparato digestivo es capaz de liberar 2.5 litros de jugo al día. Este jugo es ácido y corrosivo para otros tejidos, por lo que también es liberado bicarbonato para neutralizarlo.
SINTOMAS
La acidez se caracteriza por sensación de quemazón o ardor que se localiza y produce en la boca del estómago, y que realmente está afectando al esófago. Este síntoma normalmente se presenta una hora después de ingerir los alimentos y puede persistir por varias más.
Realmente es una sensación urente dolorosa que se presenta en la garganta (esófago) justo detrás del esternón. El dolor suele originarse en el pecho y puede irradiarse hacia el cuello o la garganta.
También es frecuente padecer la sensación que la comida o líquidos regresan a la garganta o boca (regurgitación), especialmente cuando uno se agacha o acuesta. Además, estos síntomas pueden estar acompañados por un sabor amargo o ácido.
DIAGNÓSTICO
Es frecuente que el médico pueda diagnosticar el reflujo de ácido únicamente tomando como base sus síntomas, sin la necesidad de un examen. Sin embargo, tal vez se requiera pruebas para diagnosticar la GERD o determinar su gravedad. Se usan varias pruebas para diagnosticar el reflujo, tales como:
I Endoscopia GI superior— Al paciente se le da un sedante y se pasa un tubo ligero y flexible, denominado endoscopio, por su esófago y estómago para inspeccionar el revestimiento visualmente. De ser necesario, se puede tomar una biopsia para mayor análisis.
II Serie GI superior— El paciente toma líquidos para revestir el esófago y el estómago y luego se toman rayos X.
III Manometría esofágica — Un tubo especializado pasa por esófago para medir la función del músculo esofágico y la función de esfínter esofágico inferior (LES).
IV Observación del pH durante 24 horas — Un tubo muy delgado se pasa hasta el final del esófago para medir la cantidad de reflujo ácido. Esta prueba se realiza durante 24 horas mientras que el paciente continua con sus actividades normales, incluyendo la ingesta de alimentos. Los episodios de reflujo ácido pueden compararse con los síntomas descritos por el paciente.
TRATAMIENTO Y RECOMENDACIONES
El tratamiento de la dispepsia o acidez debe de iniciar, por eliminar todos los factores que contribuyen al establecimiento de las lesiones en la pared del aparato digestivo, los cuales van desde hábitos alimenticios, higiénicos y consumo de ciertos medicamentos. En general, el paciente que inicia tratamiento para la dispepsia deberá de seguir las siguientes recomendaciones para que le tratamiento farmacológico sea efectivo:
A. Suspender los medicamentos que lesionan la pared gástrica o intestinal: Antiinflamatorios No Esteroideos o AINEs (Naproxeno, Acetaminofen, Aspirina, etc), antibióticos y analgésicos.
B. Suspender sustancias irritantes: alcohol, café y tabaco.
C. Suspender comidas irritantes: que contengan picantes, condimentos o que sean ricas en grasas.
D. Disminuir el nivel de estrés
Una sean modificado los factores predisponentes, se puede optar por la utilización de tratamiento farmacológico. El cual va dirigido a controlar cuatro puntos fundamentales:
I Erradicación de la infección por H. Pylori en dado caso que exista
II Control de la secreción de ácido por el estómago
III Alivio de los síntomas
IV Curación de las lesiones
RECOMENDACIONES: Las siguientes son las medidas generales que puede tomar el paciente para reducir el reflujo:
I Evite echarse después de comer y dentro de dos o tres horas de ir a la cama.
II Eleve la cabecera de la cama de cuatro a seis pulgadas.
III Baje de peso de ser necesario.
IV Deje de fumar.
V Evite comer comidas grandes. En su lugar, coma comidas más pequeñas o más frecuentes.
VI Evite: Chocolate, café, alcohol, comida frita y grasienta, productos de menta (por ejemplo, pastillas de menta, menta verde), bebidas con gas, y frutas o jugos cítricos, salsa de tomate, ketchup, mostaza y vinagre, aspirina y la mayoría de medicinas para el dolor (menos acetaminofeno).
COMPLICACIONES: El reflujo de ácido a veces puede acarrear complicaciones serias. La esofagitis, una inflamación del esófago que puede producir sangrado esofágico, puede presentarse a consecuencia de la exposición frecuente del esófago al ácido estomacal. Además, el esófago inferior se puede cerrar parcialmente o estrechar interfiriendo con la capacidad de ingerir los alimentos. Algunas personas desarrollan un estado denominado esófago de Barrett, un cambio en las células de tejido que reviste la parte inferior del esófago, lo que puede aumentar la posibilidad de desarrollar cáncer. En la mayoría de los casos, las personas que tienen esófago de Barrett deberían ser controladas con una endoscopia GI superior y biopsias. También pueden presentarse problemas pulmonares ya que le reflujo causa que el fluido del estómago escape hacia los conductos respiratorios. Esto ocurre a menudo cuando una persona se echa, lo que puede causar respiración jadeante, bronquitis y neumonía. Otros problemas posibles causados por el reflujo de ácido incluyen inflamación de la garganta, laringe y conductos respiratorios, respiración jadeante, bronquitis y neumonía. Otros problemas posibles causados por el reflujo de ácido incluyen inflamación de la garganta, laringe y conductos respiratorios.
TRATAMIENTO MEDICO:
ANTIACIDOS: Existen numerosos productos en forma líquida o en tableta. Neutralizan el ácido en el estómago y pueden tomarse según la necesidad para aliviar rápidamente la mayoría de síntomas de la acidez. Como el efecto de estos antiácidos es de poca duración y éstos no previenen la acidez, son menos útiles cuando se trata de una acidez frecuente o severa.
MEDICAMENTOS QUE AMINORAN EL REFLUJO: Se recetan estas medicinas para ajustar la barrera del esófago/estómago o mejorar la limpieza del estómago y así disminuir el reflujo. A veces estas medicinas son útiles, pero, por lo general, son menos efectivas que los bloqueadores de ácido potentes.
MEDICAMENTOS QUE DISMINUYEN LA PRODUCCCIÓN DE ÁCIDO: Estas medicinas tratan el reflujo de ácido al disminuir la salida de ácido del estómago. No actúan tan rápido como los antiácidos, pero son de lejos más efectivos porque previenen el reflujo de ácido por muchas horas de una sola vez. Algunas medicinas se pueden conseguir sin receta médica, pero las más potentes y de acción más prolongada se consiguen con receta.
CIRUGÍA: La mayoría de personas que padecen de acidez pueden ser tratadas satisfactoriamente con medicina y cambios en su estilo de vida y en su dieta. Es posible que pocas personas necesiten someterse a cirugía (fundoplicación) para ajustar el músculo LES ya sea porque las medicinas no son efectivas o se desea una terapia alternativa. La cirugía no siempre es un éxito permanente y puede causar complicaciones. Recientemente, se han desarrollado técnicas de endoscopia menos agresivas para estrechar la barrera del esófago/estómago. Sin embargo, todavía se sigue determinando la seguridad y la efectividad de estas nuevas alternativas de la cirugía.