Parasitosis en cachorros

Parasitosis en cachorros

Los parásitos gastrointestinales se encuentran  frecuentemente presentes en la población canina, representando un riesgo para nuestras mascotas y su futura descendencia. No hay que olvidar que los humanos que conviven con perros y sobre todo  los niños son susceptibles de padecer parasitismo (infestación por parásitos) y en ocasiones parasitosis (enfermedad causada por la presencia de parásitos). En este artículo vamos a describir cómo se produce la infestación, cómo es el ciclo de uno de los endoparásitos más frecuentes en los perros, y lo más importante, cómo podemos prevenir este tipo de problemas en nuestras mascotas y en  su descendencia, evitando así la infestación humana.

Toxocara Canis:
Definición y características generales:
Es el helminto gastrointestinal más común en nuestros perros. Es un gusano de color blanco, de cuerpo redondeado y alargado (típica forma de lombriz). Los gusanos adultos viven en el intestino delgado de sus huéspedes, produciendo un gran número de huevecillos que son eliminados junto con las heces al exterior. Están perfectamente adaptados a su ciclo vital, los huevos poseen una cubierta capaz de resistir condiciones ambientales extremas, representando un peligro para nuestras mascotas durante años.
 
Cómo llegan a nuestros perros y qué hacen dentro de ellos: 
Los perros se infestan al ingerir huevos que se encuentran en el suelo, en la vegetación, al comer pequeños mamíferos o pájaros que poseen las larvas. Los huevos eclosionan en el intestino, quedando libres  larvas que migran hasta el hígado a través del sistema circulatorio. Desde el hígado siguen sirviéndose del sistema circulatorio para llegar hasta los pulmones, para más tarde comenzar un viaje por el cuerpo de nuestro animal, permaneciendo vivas durante largos periodos de tiempo.
 
En  perros adultos con una respuesta inmune adecuada,  las larvas que se encuentran en ellos están en un estado de inactivación. Estas larvas dormidas son un peligro permanente, ya que están esperando en sus hospedadores para comenzar de nuevo con su actividad. Si una perra queda preñada, las larvas se activan y se migran a través de la sangre hacia el útero o las glándulas mamarias. Este parásito se puede transferir a los cachorros antes de nacer a través del cordón umbilical, desde el día 42 de gestación en adelante. Otra vía importante de infestación en cachorros de hasta 6 semanas de edad es la leche de su madre.
 
Síntomas: 
Los perros jóvenes con gran cantidad de parásitos adultos sufren enteritis e incluso mala absorción de la comida. Estos perros presentan diarrea, abdomen distendido (parecen recién comidos), pelo áspero y sin brillo. Las migraciones de las larvas en ellos provocan infecciones bacterianas secundarias en diferentes órganos, lo que compromete aún más su salud.
 
Es común que los perros adultos que no albergan un número elevado de parásitos no presenten sintomatología o que simplemente sean traídos a nuestro centro veterinario porque sus propietarios han notado pérdida de peso en su perro o que consideran que tienen poco peso para la cantidad de alimento que consumen.
 
Caso clínico real: Spyke.
 
Spyke, cachorro de bulldog francés, llegó a Alfa Animal con sus nuevos propietarios cuando tenía treinta días de edad. Fue  traído para una revisión debido a que sus dueños querían saber cual era el estado de salud del nuevo miembro de la familia e informarse de los cuidados generales que requería, así como las indicaciones de cómo debían alimentarlo ya que Spyke todavía se alimentaba a base de leche y estaban confusos sobre el número de tomas y de cómo debían darle los biberones. Tras aclararles sus dudas volvieron tres días más tarde porque notaron que su cachorro estaba triste, no comía lo suficiente, presentaba estornudos con expectoración de un material de color marrón y  sufría estreñimiento.
 
Después de su última visita nos llamaron de urgencia porque Spyke se encontraba mucho más deprimido. Una vez en la clínica observamos que nuestro paciente había empeorado, estaba deshidratado, más deprimido, los estornudos y las expectoraciones eran más frecuentes e intensas, tenía una marcada distensión abdominal y continuaba estreñido. Tras contarnos los propietarios que no comía prácticamente nada, les informamos de lo grave de la situación. Intentamos estimular la defecación del cachorro pero no lo logramos, contraía la musculatura abdominal intentando aliviarse pero lloraba y no conseguía defecar.
 
Le administramos una terapia a base de fluidos para rehidratarlo e indicamos a nuestros clientes como tenían que hacer para estimular a su mascota a defecar y por supuesto quedamos en que vinieran a revisión en unas horas.
 
Cuando nos volvieron a visitar por la tarde comprobamos que su estado de hidratación había mejorado ligeramente pero sin llegar a ser el adecuado. Preguntamos a los dueños del cachorro si había conseguido defecar, ya que seguía presentando una intensa distensión abdominal,  nos dijeron que había eliminado una pequeña cantidad de heces que contenía como un hilo. Tras el reconocimiento del estado del animal les informamos la crítica situación en la que se encontraba su cachorro, tomando la decisión de mantenerlo bajo intensa vigilancia y tratamiento.
 
Esa noche mantuvimos a Spyke con cuidados intensivos, administrándole fluidos subcutáneos cada hora y media, al mismo tiempo que seguimos con la estimulación perianal y masajes abdominales para intentar que defecara. Seguía reacio a alimentarse. A las cinco y media de la madrugada el cachorro sufrió una parada cardiorrespiratoria, la cual pudimos controlar pero solo durante un corto periodo de tiempo ya que Spyke falleció a las seis y cuarto de la mañana.
 
Horas después le realizamos a nuestro paciente una necropsia para conocer  la causa real de su muerte. Los hallazgos fueron llamativos, como se aprecian en las imágenes, presentaba una concentración masiva de parásitos a lo largo de todo el tránsito gastrointestinal, los cuales le causaron la muerte.
 
 
¿Cómo podemos evitar este tipo de problemas en nuestros animales?
 
Desparasitándolos:
 
 1.- De manera rutinaria a nuestras mascotas cada tres meses.
 
2.- En animales que por sus condiciones de vida presentan un riesgo mayor a contraer parásitos, tendremos que tratarlos con mayor frecuencia.
 
3.- En hembras gestantes antes de la monta, para evitar así la afección de las crías,  disminuyendo la carga parasitaria de los cachorros (evitando así casos tan desagradables como el de nuestro amigo Spyke).
 
4.- En cachorros cuando cumplen los cuarenta días de edad. A éstos hay que administrarles un tratamiento antiparasitario especial, ya que debido a su corta edad no pueden utilizarse los mismos productos que en los perros adultos.
 
Fuente: http://www.alfaanimal.com/articulos/53-parasitosis-en-cachorros.html