Un panel de científicos gubernamentales, académicos y sin ánimo de lucro presentó a principios de año, en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAS, según sus siglas en inglés) investigaciones que sugieren que las enfermedades descubiertas en los delfines son similares a las humanas y que pueden proporcionar pistas sobre cómo podría verse afectado el ser humano ante la exposición al agua costera o a los alimentos marinos contaminados.
Los delfines y los humanos son ambos mamíferos y sus dietas incluyen en gran parte los mismos alimentos marinos que consumimos. A diferencia de nosotros, sin embargo, ellos están expuestos a las posibles amenazas para la salud del océano las 24 horas del día. Las similitudes ecológicas y fisiológicas hacen a los delfines una importante ‘especie centinela’ no sólo para advertirnos ante posibles riesgos de salud sino también para proporcionar información sobre la salud humana que puede beneficiar a nuevos descubrimientos médicos.
Un estudio sobre la fisiología de estos mamíferos muestra evidencias de que los delfines de nariz de botella podrían convertirse en el primer modelo animal natural de la diabetes tipo 2. Los investigadores, de la Fundación Nacional para los Mamíferos Marinos estadounidense, han descubierto que los delfines sanos parecen activar y desactivar un estado similar a la diabetes cuando lo necesitan. Los análisis han revelado que un mecanismo de ayuno en los delfines puede desencadenar una serie de cambios en la química serológica que se corresponden con los observados en los humanos con diabetes.
Otro estudio de la Universidad de Florida ha descubierto al menos 50 nuevos virus en delfines, la mayoría presentes en otras especies de mamíferos marinos. Uno de los virus descubiertos y comunes en los delfines es el del papiloma humano, lo que supone que estos animales son el primer modelo natural del virus fuera de la especie humana. El estudio muestra que aunque los delfines también albergan múltiples tipos de virus del papiloma no parecen tener cáncer, sólo verrugas genitales. El futuro análisis del genoma de este virus en los delfines podría ayudar a comprender, gestionar y prevenir el cáncer cervical en los humanos.
Recientemente, se publicó la noticia de que la mayor parte de los delfines de la Bahía de Monterey, en California (EEUU), sufre periódicamente extrañas lesiones en su piel como las que se muestran en las fotografías. La organización marina Okeanis acaba de publicar un estudio sobre las posibles causas de esta patología, que afecta ya al 90% de la población californiana de delfines mulares (‘Tursiopstruncatus’). Las lesiones podrían tener un origen vírico aunque también es probable que sean causadas por la contaminación de las aguas en las que viven.
Aunque este tipo de lesiones han sido detectadas con frecuencia en adultos desde principios de los años noventa, fue a partir del año 2006 cuando comenzaron a observarse también en pequeños delfines. En concreto, los investigadores contabilizaron cinco tipos de lesiones diferentes en la población de Monterey durante los dos años que duró el estudio. De los 42 delfines pequeños fotografiados, el 71% estaba afectado por una o múltiples afecciones en la piel. En el caso de los ejemplares adultos, el porcentaje ascendió al 90% (sobre una muestra de 147 animales).
Los científicos no creen que se trate de una enfermedad mortal pero aún se sabe poco sobre las consecuencias a largo plazo. Según señala Maldini, suelen recuperarse rápidamente aunque en la mayor parte de los casos las heridas son recurrentes y aparecen varias veces a lo largo de sus vidas. Además, debido a que son animales salvajes, no es posible someterlos a un tratamiento. California no es el único lugar en el que los cetáceos sufren este tipo de lesiones. Los científicos han observado heridas parecidas en diversos océanos del mundo aunque todavía no han podido determinar si guardan relación con los casos aparecidos en EEUU.
Fuente: https://www.madrimasd.org/blogs/ciencia_marina/2010/10/15/131736