Es el órgano más grande del cuerpo, ayuda a mantener la temperatura corporal a nivel normal, lo cual a su vez, ayuda a mantener el funcionamiento de los órganos internos. Protege al cuerpo contra sustancias ajenas y bacterias dañinas actuando como barrera frente a las mismas. Ayuda a controlar la velocidad de evaporación del agua en el cuerpo. Y cura, la mayoría de sus propias heridas.
Recubre todo el cuerpo humano cumpliendo funciones defensivas, respiratorias, hidratantes y nutritivas.
La piel merece cuidados básicos, para mantenerla siempre joven, fresca y humectada.
Hay cuatro pasos esenciales: limpieza, humectación, hidratación y nutrición.
La limpieza es sumamente importante, el cutis debe limpiarse por la noche y la mañana, para llevarla a cabo pueden utilizarse jabones especiales, cremas o leches de limpieza, gel, espuma, todo depende de la necesidad de cada piel.
La hidratación y la humectación son indispensables para todo tipo de piel y es muy importante saber cual es la diferencia entre ellas.
La hidratación es la acción que ejercen sobre la piel cremas o emulsiones que en su formulación incluyen agua, la cual es perdida por el cuerpo a través sudor.
En la humectación participan sustancias emolientes que mantienen la elasticidad natural del tejido epidérmico.
La nutrición es aconsejable para favorecer la actividad celular, eliminar líneas de expresión y prevenir arrugas prematuras. Para este paso se requiere una crema con alto poder restaurador de las funciones naturales y cuya fórmula contenga elementos del factor natural de humectación de la piel, además vitamina A, C, E y liposomas de Colágeno y Elastina.
También recurrir a cremas anti edad elaboradas con alfa hidroxiacidos, que aceleran el recambio celular.
La alimentación cumple un papel fundamental en el bienestar de la piel, hay grupos de alimentos que no pueden faltar, los lácteos, las carnes, frutas, cereales y grasas.
Dentro de lo posible hay que tratar de consumir productos naturales, ya que cuanto más natural sea la alimentación más favorable será el efecto sobre la piel.
Descansar lo suficiente, ya que dormir bien, siempre nos regala una mejor cara.
Y tomar mucha agua por lo menos dos litros por día y jugos naturales, son detalles para tener en cuenta y así, la piel, y los órganos del cuerpo se lo agradecerán.
Entonces, para disfrutar del sol este verano es sumamente importante dedicarle a la piel los cuidados que merece.
Con el verano muchas veces llegan las ganas de estar bronceados y esa circunstancia nos conduce a descuidarla y no protegerla con el producto adecuado y esto, a la larga, genera manchas de sol, foto envejecimiento y secuelas que no son deseadas por nadie. Para prevenir que esto ocurra hay que asesorarse bien y así, elegir el protector adecuado que su piel necesita.
Para tener en cuenta antes de la exposición solar:
Utilice un producto de protección adecuado, siempre aplicarlo media hora antes de la exposición.
Evitar las horas pico.
Tomar mucha agua.
Utilice mayor protección, en zonas de superficie reflectantes, como la nieve o espejos de agua, porque aumentan la radiación.
Extreme los cuidados en las zonas más sensibles como párpados, labios, frente, nariz y hombros.
Para pieles con rosácea, prefieran los protectores en gel o en forma de spray, ya que
le refrescará la zona sin irritarla.
Para pieles con angiomas o vitíligo, sobre todo este último, es preferible utilizar un bloqueador o pantalla total en la zona, para evitar quemaduras.
Y para las pieles con acne, los protectores libres de aceites son los ideales (en forma de gel o spray) ya que, hay productos muy oleosos en el mercado, que cuidan la piel pero le producen mucha temperatura al cuerpo perjudicando este tipo de afección.
Cada 45-60 minutos aplicar protector solar, porque pasado este tiempo,
Comienza a disminuir su efecto.
No hay que dejar de tomar sol, simplemente hay que saber cuidarse y así cuidar el bienestar de piel y de uno mismo