La renuncia de Eduardo Rodríguez Chirillo no solo plantea interrogantes sobre el futuro del sector, sino que también revela una fuerte tensión política que se incrementó en las últimas semanas.
El mediodía de este jueves trajo consigo una importante noticia en el Ministerio de Energía: la renuncia Eduardo Rodríguez Chirilo, quien hasta ahora se desempeñaba como secretario de Energía. Su lugar será ocupado por María Tettamanti, una figura vinculada al expresidente Mauricio Macri.
Este cambio en la estructura del Gobierno no solo plantea interrogantes sobre la dirección futura del sector energético, sino que también revela una intensa trastienda política que ha estado operando en las últimas semanas.
La situación en el ministerio ya venía deteriorándose desde hace tres meses, y la tensión se acentuó cuando el ministro de Economía, Luis Caputo, decidió nombrar a Daniel González como coordinador, un puesto por encima de Chirillo.
Esta decisión desató una feroz interna que evidenció las fracturas dentro del equipo, lo que llevó a una lucha de poder que finalmente desembocó en la salida del secretario. La gota que colmó el vaso fue un informe de CAMESSA, entregado directamente a González y no a Chirillo, que advertía sobre un posible colapso en el abastecimiento de electricidad durante el verano.
Los informes revelan que, de no contarse con un plan de contingencia adecuado, el país podría enfrentar cortes de luz significativos, a menos que se den condiciones climáticas excepcionalmente favorables. Este diagnóstico crítico pone en tela de juicio la gestión de Chirillo, a quien se le reprocha no haber avanzado con las obras necesarias para garantizar un suministro eléctrico estable, lo que generó una mayor incertidumbre en un sector ya debilitado.
Con la llegada de Tettamanti, se abre un nuevo capítulo en el ámbito energético argentino. Su relación con el macrismo sugiere un posible cambio de rumbo en las políticas energéticas del gobierno actual.
Sin embargo, los desafíos que enfrenta la nueva secretaria son enormes, y su éxito dependerá de su capacidad para cohesionar un equipo fracturado y hacer frente a una crisis inminente en el suministro eléctrico. La transición de liderazgo no solo es un cambio de nombres, sino una oportunidad crucial para abordar las deficiencias que han llevado al país a una situación crítica.
Fuente Tn