En el sector privado esperaban una prórroga y una negociación bilateral para que el país quede exceptuado, pero por ahora eso no ocurrió. Las consecuencias de la medida
Los deseos y pedidos del sector privado al Gobierno para que encare una negociación bilateral con los Estados Unidos, de forma tal de lograr que la Argentina quede exceptuada de los aranceles del 25% impuestos por Donald Trump al ingreso de acero y aluminio, no surtieron efecto. Hoy comenzó a regir la medida dispuesta por el presidente norteamericano para todos los países, que en el caso de Canadá, será del 50%, según se anunció este martes. ¿Cómo impactará esta aplicación de aranceles en las empresas argentinas que le venden a ese mercado?
La Argentina exportó a los Estados Unidos en los últimos cinco años un promedio cercano a los USD 600 millones entre ambos minerales. En 2024, de hecho, las ventas fueron de USD 630 millones, de los cuales USD 530 millones correspondieron a exportaciones que realizó Aluar, la única productora de aluminio del país. Para la empresa que dirige Javier Madanes Quintanilla, lo que vende al mercado norteamericano representa el 40% de sus ventas totales al exterior, por lo que un encarecimiento del producto para ingresar a los EEUU podría significar “una menor demanda y, en consecuencia, una caída en los precios”, dijeron fuentes del sector a Infobae.
En el caso del acero, como ya regía una medida antidumping para la venta de tubos, las exportaciones eran bajas. El año pasado, Tenaris, del grupo Techint, envió barras de acero por unos USD 100 millones, que a partir de hoy también pagarán el 25% de arancel. Pero fuentes del sector indicaron que le afecta más a la filial de Tenaris en Texas, que deberá pagar más caro el producto. “Estados Unidos es importador neto de estas barras, que se usan para hacer tubos. Tenaris Argentina puede exportar al mismo precio, le afecta más a la filial de allá”, agregó la fuente. Y como los aranceles se impusieron a todos los países, no hay riesgo de que los compradores norteamericanos cambien de proveedor, excepto que comience a haber países exceptuados.
Por ejemplo, en el caso de Aluar, si EEUU acordara con Canadá un trato preferencial -en el marco de una negociación más amplia-, en ese caso sí la empresa podría verse afectada, ya que el 70%/80% del aluminio que compra norteamérica proviene de su país vecino. Pero en el sector advierten consecuencias aún en el actual contexto.
“Vamos a tener consecuencias importantes porque si aumentan los costos de ciertos productos, la demanda va a bajar. Los fabricantes estadounidenses pueden reemplazar el aluminio por otros productos, como el vidrio, por ejemplo, o directamente bajar la producción si los precios se incrementan mucho y bajan las ventas”, dijo una importante fuente de la industria. Aluar ya está registrando, de hecho, una caída en las ventas producto de la incertidumbre acerca de cómo reaccionará el mercado ante los nuevos aranceles, según pudo saber este medio.
El propio Trump, incluso, habló de un “período de transición” hasta alcanzar el objetivo de recuperar riqueza para el país, según dijo en una reciente entrevista. Aunque sin mencionar si habrá o no recesión, el mandatario republicano enfatizó: “Hay un período de transición, porque lo que estamos haciendo es muy grande. Estamos recuperando riqueza para Estados Unidos. Eso es algo importante, y se pasa por distintas fases, se tarda un poco de tiempo”.
La negociación por los “aranceles recíprocos”
Mientras que el mercado irá reaccionando a este arancel del 25%, en el sector privado, y también en el Gobierno, están a la expectativa en torno a las negociaciones que deberían comenzar a nivel político, y luego técnico, para avanzar con la promesa de Trump sobre los “aranceles recíprocos”. Esto es, en el plano local, que la Argentina tenga los mismos aranceles para las importaciones norteamericanas que tienen en EEUU para las compras a la Argentina.
Javier Milei y Donald Trump deberán iniciar una negociación sobre los «aranceles recíprocos» que busca aplicar el mandatario norteamericano crédito @JMilei/X
Según un análisis realizado por el economista del IERAL, Maximiliano Gutiérrez, y publicado el fin de semana por Infobae, aunque la aplicación de “tarifas recíprocas” estaría limitada por la pertenencia argentina al Mercosur, el costo que tendría para la Argentina en términos de reducción de aranceles sería de un 60% en promedio sobre las importaciones desde EEUU. Esa reducción surge de la diferencia que tendría pasar del 6,2% de arancel promedio que la Argentina aplica a las compras a EEUU y el 2,5% que el país del norte impone a las compras a la Argentina.
Los empresarios se mantienen en alerta por esta negociación y aunque desconocen precisiones de cuánto se llevarán a cabo, esperan que pueda haber una negociación favorable hacia la Argentina. “Estamos muy alertas. Queremos saber cuándo se van a producir esas reuniones y sabemos que será una discusión muy sofisticada”, dijeron en la industria.
Impacto en las importaciones de EEUU
Según la agencia Reuters, el valor total de las importaciones afectadas por los nuevos aranceles supera ampliamente el de las rondas iniciales de tarifas impuestas por Trump en 2018, que alcanzaron los 50.000 millones de dólares. Según datos de la Oficina del Censo, casi dos tercios de los productos afectados corresponden a aluminio, mientras que el resto está relacionado con acero. Canadá y México, principales socios comerciales de Estados Unidos y mayores proveedores de metales, serán los países más perjudicados por estas medidas.
Además, los nuevos aranceles coinciden con tarifas adicionales del 25% impuestas a productos de estos países como parte de los esfuerzos de Trump para combatir el tráfico de fentanilo. Estas tarifas, que entrarán en vigor el 2 de julio, afectarán principalmente a bienes que cumplen con las normas de origen del acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).
Aunque las nuevas medidas arancelarias de Trump buscan fortalecer la producción nacional de acero y aluminio, también generan preocupaciones sobre su impacto en los costos y la competitividad de las industrias estadounidenses.
Fuente Infobae