Radicales en el Senado, en crisis y al borde de la fractura

Radicales en el Senado, en crisis y al borde de la fractura

Crece el malestar con el correntino Eduardo Vischi por la conducción del bloque; también hay cuestionamientos al manejo del partido de Martín Lousteau

El inminente debate de los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla encuentra al bloque de senadores radicales atravesando el que tal vez sea su peor momento desde la crisis de 2001, con una conducción cuestionada y al borde la fractura como consecuencia de una acumulación de factores que no han hecho más que sumar tensión entre los 13 legisladores del centenario partido.

Las principales quejas apuntan al jefe del bloque, el correntino Eduardo Vischi, a quien varios de sus correligionarios acusan de haberles mentido en la cara, negando acciones que después se demostró que sí había protagonizado, y de jugar a favor del Gobierno de Javier Milei y en contra de los valores partidarios.

No es el único al que por estos días los radicales miran torcido cuando se menciona su nombre. El porteño Martín Lousteau también se ha ganado el malestar de varios de sus compañeros de bancada, que lo acusan de hacer su juego en detrimento del grupo. La acusación no es menor cuando el apuntado es, nada más y nada menos, que el presidente del partido.

Entre estos dos extremos navegan una decena de senadores entre los que cada vez con más fuerza empieza sentirse el malestar por encontrarse a bordo de una nave que navega sin un rumbo claro y en que el todos parecen prepararse para correr a los botes salvavidas al grito de sálvese quien pueda.

Uno de los hastiados con la situación que vive la bancada es el bonaerense Maximiliano Abad, que desde hace varias semanas viene rumiando broncas y analizando la posibilidad de pegar un portazo.

Si bien el enojo del bonaerense viene desde hace tiempo y es también crítico del manejo del bloque, hace menos de un mes Abad fue protagonista de un enfrentamiento público con Lousteau durante el debate del pliego de García-Mansilla en la Comisión de Acuerdos.

Ante la atenta mirada de todos los presentes, Lousteau acusó a sus compañeros de bloque de haberse complotado para dejarlo solo en su cruzada por rechazar el pliego del catedrático por haber aceptado ser juez de la Corte por decreto del Poder Ejecutivo. “No soy hipócrita y lo voy a decir. Me da vergüenza, hoy mis compañeros de bloque vinieron acá cuando ya había quórum y no me voy a callar”, denunció el porteño.

Más allá de que el mensaje era para todos sus compañeros de bloque y que también se encontraba en el recinto el fueguino Pablo Blanco, el único miembro radical de Acuerdos presente en ese momento era Abad, que había entrado cinco minutos después de iniciada la reunión.

El senador Pablo Blanco
El senador Pablo BlancoSoledad Aznarez

“No soy hipócrita”, tomó el guante Abad, antes de pasar al ataque. “Lo que me llama la atención es que los que acusan de hipócritas son los que critican al kirchnerismo habiendo sido ministro del kirchnerismo y son los que acusan al macrismo habiendo sido embajador en los Estados Unidos del macrismo”, disparó el bonaerense.

Si bien la pelea tuvo como escenario los pliegos para la Corte, el trasfondo hay que buscarlo en la disputa entre ambos dirigentes por la elección interna del radicalismo bonaerense, que terminó judicializada ante la insistencia del sector alineado con Lousteau de desconocer los resultados que favorecían a Abad.

Sobre el caso García-Mansilla en particular, la puja estaba centrada en la diferente interpretación que en el bloque hicieron de la reunión que la semana anterior habían mantenido para definir la estrategia a seguir.

Lousteau sostiene que en ese encuentro se había decidido que todos los senadores de la UCR de la Comisión de Acuerdos iban a firmar dictamen para facilitar el debate del pliego del catedrático en el recinto de la Cámara alta y ponerle, así, un punto final a la polémica con el Poder Ejecutivo por la designación de jueces por decreto.

Abad y otros senadores dicen que no fue así. Que en ese encuentro no hubo definición alguna porque tres legisladores –Mariana Juri (Mendoza), Víctor Zimmermann (Chaco) y Eduardo Galaretto (Santa Fe)-, dijeron que tenían que consultar con sus gobernadores.

“Lousteau dice la verdad, lo que pasa es que a algunos les dio vértigo y al día siguiente cambiaron de postura”, le dijo a LA NACION un legislador radical que suele caracterizarse por su bajo perfil y por sus posiciones racionales, tanto en las discusiones en el bloque como en el recinto de la Cámara alta.

El jefe del partido no es el único cuestionado. A Vischi varios senadores del centenario partido no le perdonan lo que calificaron como “agachadas”.

Una de ellas fue el famoso affaire del dictamen de comisión a favor de la nominación de Lijo para la Corte Suprema. LA NACION publicó en noviembre que la del senador correntino, a pedido del gobernador Gustavo Valdés, era una de las nueve firmas que había reunido el despacho y que el oficialismo mantenía por entonces guardado bajo siete llaves.

En la reunión de bloque siguiente, Vischi negó rotundamente la información publicada por este diario ante la consulta de varios de sus correligionarios, sorprendidos porque la bancada había decidido esperar y ver cómo avanzaban las negociaciones entre el kirchnerismo y el Gobierno.

Maximiliano Abad y Martín Lousteau
Maximiliano Abad y Martín LousteauCeleste Salguero – Prensa Senado

Sin embargo, la firma de Vischi apareció en el dictamen cuando fue finalmente presentado, en febrero último. Con tanta mala suerte que, cuando se oficializó el documento por indicaciones de la Casa Rosada, el correntino se encontraba en el exterior. “¿Qué va a decir ahora? ¿Qué le falsificaron la firma?”, se quejó ante LA NACION un senador radical, muy enojado porque, recordó: “En noviembre nos había dicho en la cara que era mentira que hubiera firmado el dictamen”.

Pocos días después, Vischi volvió a quedar en una incómoda situación ante sus correligionarios cuando el Senado intentó avanzar con la creación de una comisión investigadora del escándalo por la estafa con la criptomoneda $LIBRA. El jefe del bloque no sólo firmó el proyecto impulsado por Blanco, sino que votó a favor del tratamiento sobre tablas de la iniciativa. Pero, acto seguido, votó en contra y colaboró a su fracaso.

“Lo que hizo no lo vi nunca. Jugó con el Gobierno para hundir el proyecto y que no se pueda tratar más en todo el año. Lo hizo a propósito”, se quejó ante LA NACION un legislador del centenario partido.

Vischi justifica su conducta en las necesidades de los gobernadores radicales y, en particular, en el alineamiento de Valdés con la Casa Rosada en un año en el que la provincia debe elegir gobernador. Sin embargo, el argumento de las necesidades provinciales cada vez convence menos a muchos de sus correligionarios, que piensan que la solución sería seguir caminos separados.

Por Gustavo Ybarra

Fuente Lanacion