Qué son los “dumb phone” y por qué cada vez más personas eligen un “detox” digital

Qué son los “dumb phone” y por qué cada vez más personas eligen un “detox” digital

Las nuevas generaciones empezaron a buscar diferentes alternativas que les permitan desintoxicarse de las pantallas. Los más decididos eligen los celulares “tontos”, pero otros prefieren desactivar sus notificaciones del celular o limitar el tiempo de uso. Qué dicen los especialistas.

Que el celular pasó a funcionar como una extensión del cuerpo en los últimos 15 años no es novedad. De hecho, hoy todo pasa por él: desde comunicarse hasta pagar los servicios, hacer trámites, trabajar, sacar fotos e incluso ver series o escuchar música. Su uso se intensificó en la pandemia porque todo se podía resolver con el teléfono y profundizó su dependencia. Ante esa situación, muchas personas -principalmente la Generación Z- notaron que pasaban gran parte del día frente a la pantalla y para revertir ese hábito, empezaron a buscar alternativas para desintoxicarse de lo digital.

En ese contexto, reaparecieron los “dumb phones” o “teléfonos tontos”, que son aquellos aparatos que no tienen conexión a internet y sus funciones se limitan a llamar y enviar mensajes de texto, además de programar el despertador y contar con una calculadora.

El presidente de Chile, Gabriel Boric, es un ejemplo. Hace algunas semanas, participó de un congreso y habló de los efectos negativos de la hiperconectividad digital. Durante su exposición, contó que empezó a usar un celular con tapa en lugar de su smartphone: “Dentro de poco tiempo más voy a tener la suerte de ser padre y una de las decisiones que tomé es empezar una transición tecnológica. Me compré uno de estos antiguos, sin internet”.

“No se trata de volver al pasado y negar la tecnología. La tecnología debe usarse para mejorar nuestra calidad de vida, no para hacernos perder el control sobre nuestras propias decisiones”, justificó el mandatario.

El presidente chileno, Gabriel Boric, con su celular con tapa. (Foto: Captura Congreso Futuro).
El presidente chileno, Gabriel Boric, con su celular con tapa. (Foto: Captura Congreso Futuro).

La Defensoría del Pueblo bonaerense publicó días atrás un informe que realizó para medir el impacto que los teléfonos tienen en el día a día y mostró que el 36% de de los encuestados afirmaron tener un uso problemático del celular, con una influencia negativa en sus vínculos y en la salud.

“Entre las y los adultos, el 37,2% usa el celular más de seis horas al día y el 26,2% lo usa en todo momento”, indicó y detalló que lo utilizan principalmente por trabajo entretenimiento (31,4% y 30,6%, respectivamente).

El 62% de los entrevistados también reconocieron que usan el teléfono cuando están con familiares o amigos; mientras que el 30,6% consideró que este comportamiento afecta negativamente su vida social.

Este panorama, que creció notablemente en el último tiempo, llevó a que algunas empresas como Nokia volvieran a lanzar al mercado los icónicos modelos que estaban de moda en los 2000 pero renovados: con más memoria, mejores procesadores y una batería más duradera. A mitad del 2024 también se presentó “The Boring Phone”, conocido como el teléfono más aburrido del mundo. El dispositivo tiene una cámara de fotos precaria, radio FM y una sola app: el clásico juego de la viborita. La característica más destacada de estos celulares es la ausencia de acceso a Internet y a las redes sociales.

Más concentración, mejor autonomía de la batería y nuevos vínculos con el “mundo real”; algunas de las razones que esgrimen aquellos que eligen usar celulares tontos. (Foto: Adobe Stock).
Más concentración, mejor autonomía de la batería y nuevos vínculos con el “mundo real”; algunas de las razones que esgrimen aquellos que eligen usar celulares tontos. (Foto: Adobe Stock).

“Con los smartphones cada vez más avanzados e interesantes para el usuario, es más fácil que nunca conectarse al mundo online, pero más difícil permanecer fuera de línea, y disfrutar en el momento. Al eliminar los adornos modernos, el teléfono es incapaz de descargar las redes sociales u otras aplicaciones que distraen”, aseguraron en su momento desde HMD, la empresa fabricante.

Si bien su vuelta generó nostalgia entre los usuarios, también apareció como una posible salida a tanto estímulo y despertó la demanda de algo que parecía olvidado.

Desactivar notificaciones o ponerle límite al tiempo en pantalla: otras opciones para desconectar

Hay otras personas que, en vez de volcarse a los celulares tontos, prefieren adaptar sus dispositivos para permanecer offline sin llegar al extremo¿Cómo? Desactivan notificaciones o le ponen límite al tiempo en las plataformas. Incluso, algunos teléfonos que vienen con la función para convertirse en “dumb phones” y habilitar solo las herramientas básicas.

Rodrigo Álvarez, periodista de TN Tecno, decidió pasar menos tiempo con el celular y sostuvo: “Suena un poco paradójico o contradictorio, pero trabajar con tecnología o saber de dispositivos no significa estar conectado 24/7. La vida y el trabajo también pasan por afuera de los dispositivos”.

Explicó que hay varias razones detrás de su elección: enfocarse mejor en sus tareas diarias, ya sea en el trabajo como en los momentos con familia y amigos, y mejorar su calidad de vida. “Empecé a sentir que las redes se volvieron una carga, una obligación”, señaló.

En ese sentido, explicó: “Hay miles de estudios que confirman que las notificaciones y la necesidad de estar siempre conectado interrumpen la concentración. Hay un cuento de Julio Cortázar que dice que cuando te regalan un reloj, en realidad el regalado sos vos porque te volvés esclavo del reloj. Con las notificaciones pasa lo mismo. Te volvés esclavo y de alguna manera ese puntito rojo pareciera que te obliga a responder en el instante. Pero, ¿estás realmente obligado a leer y contestar de inmediato si alguien te respondió un tuit, o te puso algo en Instagram? No. Y lo mismo en las decenas de grupos en los que estamos en WhatsApp”. Por eso, se volvió más consciente de su uso y tomó la drástica decisión de apagar las notificaciones.

Estar pendiente del teléfono también le generó ansiedad: “Me di cuenta de que cada notificación desencadena una sensación de anticipación y curiosidad, libera dopamina, un neurotransmisor asociado con el placer, la recompensa y la motivación. Esto creó un comportamiento habitual, en el que el cerebro asocia sonidos, vibraciones o señales visuales con notificaciones. Y me di cuenta de que en varias oportunidades agarraba el celular para ver si alguien me había escrito, por si me había perdido alguna de esas señales”.

“En lugar de volver a un celular obsoleto, con limitar las funciones de un smartphone y un uso consciente de la tecnología creo que alcanza para comenzar un detox digital”, sugirió Álvarez.

El uso del teléfono celular hay que evitarlo a la hora de irse a dormir. (Foto: Adobe Stock).
El uso del teléfono celular hay que evitarlo a la hora de irse a dormir. (Foto: Adobe Stock).

Federico Poore,periodista especializado en temas urbanos, está en la misma sintonía: su trabajo involucra estar pendiente de las redes sociales y también necesita de ellas. Sin embargo, intenta usarlas en menor medida: “Soy muy consciente de la manera en la que las notificaciones del celular están destruyendo mi capacidad de concentración”.

Desde hace varios meses que implementa diferentes maneras de desconectarse como colocar temporizadores para las aplicaciones: “Si en un mismo día paso más de 30 minutos en Instagram o X, la aplicación se pausa hasta el día siguiente. También intento elegir salidas que impliquen tener apagado el teléfono para poder disfrutar, como ir al cine. No siempre logro desconectarme, pero esos pasos sin duda ayudan”.

¿Por qué cada vez más personas eligen usar teléfonos tontos?

El psicólogo Miguel Espeche analizó en diálogo con TN los motivos que conducen a que cada vez más personas prefieran alejarse del celular o utilizar los teléfonos tontos. “Lo suelen hacer como una manera de filtrar la cantidad de estímulos que llegan directamente. Los teléfonos son cada vez más inteligentes, pero no es inversamente proporcional a lo que nos pasa a las personas cuando quedamos cautivos por ellos”, advirtió.

Y agregó: “Hablamos mucho de intoxicación de las pantallas porque claramente satura nuestro sistema nervioso y perdemos ciertas capacidades para mirar hacia otros lugares de la existencia, desde lo físico hasta lo psíquico. Eso nos satura y deja una enorme cantidad de capacidades físicas y ociosas sin hacer porque estamos hipnotizados con las pantallas”.

“Quizás esto crezca más en el futuro, pero en la actualidad ya hay algunas personas que están en tren de salirse de eso. Lo hacen a través de este tipo de teléfonos, otros hacen retiros sin teléfonos. Habrá que esperar y ver si crecen las prácticas para salir del circuito celular-pantalla-hipnosis”, concluyó el especialista.

Fuente Tn