La votación sobre Cuba desató un tembladeral en la cúpula libertaria; el rol de Karina Milei, la intervención de Francos y las “culpas” que la exfuncionaria echó sobre Santiago Caputo e Israel
“Se viene una purga ya”. La frase, pronunciada en el círculo más cercano al presidente Javier Milei, se escuchó apenas minutos después de que el mandatario decidiera echar a la canciller Diana Mondino y elegir como reemplazo al embajador argentino en Estados Unidos, Gerardo Werthein. Todo ocurrió en cuestión de minutos, menos de una hora después de que la Argentina votara para levantar el bloqueo estadounidense sobre Cuba y el mandatario definiera empezar con un movimiento de “purga” dentro del Palacio San Martín, del que salió eyectada la cordobesa.
Poco después, todos los cambios quedarían plasmados en un comunicado de la Oficina del Presidente, que justificó la expulsión de Mondino tras la votación y marcó la necesidad de tener “un cuerpo diplomático que refleje en cada decisión los valores de libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”.
Con la decisión de Milei, se anunció también que el Gobierno iniciará una auditoría sobre diplomáticos para “identificar las agendas enemigas de la libertad”. La “purga”, según sintetizaron desde lo alto del poder libertario.
El Presidente estaba esta tarde en la residencia oficial de Olivos, tras regresar de su viaje a Córdoba, cuando su hermana y secretaria general de Presidencia, Karina Milei, le informó cómo había votado la Argentina respecto de Cuba. El mandatario le pidió de inmediato explicaciones a Mondino sobre lo sucedido. Las respuestas no satisficieron a Milei. Según pudo saber LA NACION de fuentes muy cercanas al jefe de Estado, Mondino “echó culpas a [el asesor presidencial Santiago] Caputo y a la Embajada de Israel”. Todo en medio de explicaciones que el mandatario “no podía creer”, según indicaron las fuentes.
“Si algo está claro es que estamos alineados con Estados Unidos e Israel y [hoy] votamos opuestos a ellos. Es insólito. Demencial. Ella [por Mondino] nunca preguntó cómo votar, se dejó llevar por el cuerpo diplomático. Fue un puñal en la espalda de la línea de Cancillería. Todo en medio de la negociación con el FMI”, despotricaban esta tarde en las altas esferas del Gobierno.
“Es muy soberbia y no consultó. Es insólito”, insistió otra de las fuentes consultadas en las filas de Gobierno. Mondino eligió el silencio y ante las consultas de este diario no respondió. “Irresponsabilidad absoluta”, fue otra de las frases acumuladas en la trastienda de la salida de la canciller, en su momento una de las figuras habilitadas como voceras de la campaña y el flamante gobierno libertario.
Tras su chat con Mondino, Milei llamó entonces a Guillermo Francos, jefe de Gabinete, y sin rodeos le dijo que la echara. Francos llamó entonces a la canciller y le informó la decisión presidencial, mientras en ese mismo momento el mandatario se comunicaba con Werthein. El hasta ahora embajador en Estados Unidos volverá al país en las próximas horas y junto a él, el Presidente decidirá quién será elegido como nuevo representante en Washington.
El comunicado sobre lo que viene en Cancillería
“La República Argentina defenderá los mencionados principios en todos los foros internacionales en los que participa y el Poder Ejecutivo iniciará una auditoría del personal de carrera de la Cancillería, con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”, detallaron en el comunicado dado a conocer poco después de la salida de Mondino.
La medida apunta contra aquellos en Cancillería que apoyaron la decisión de Mondino, aunque por el momento no se identificaron a los responsables. Tal como consignó LA NACION, antes de la salida de la canciller, el apoyo a Cuba se había justificado porque era un ejercicio de pragmatismo de cara al objetivo diplomático de la recuperación de las Islas Malvinas: en algún momento la Argentina necesitará votos por la soberanía de las mismas. Votar en contra o abstenerse era, según las fuentes diplomáticas, muy fuerte. Un argumento que no cerró en el Gobierno.
Recientemente cambió la representación de la Argentina en la ONU, con el desplazamiento de Ricardo Lagorio y su reemplazo por Francisco Tropepi. Lagorio era resistido tanto por la secretaria general Karina Milei como por el asesor presidencial Santiago Caputo. Pero como su desplazamiento no se hizo efectivo, fue quien votó este miércoles en contra del embargo económico a Cuba en la asamblea general. Aun así, 187 países integrantes acordaron con la Argentina y votaron a favor de cesar el embargo, salvo por la negativa de Israel y Estados Unidos y la abstención de Moldavia.
A pesar de que Lagorio ya fue desplazado del cargo, continuará a cargo de la misión hasta su último día de estadía en Nueva York, según el reglamento diplomático.
Junto con la advertencia de la “purga”, el Gobierno remarcó la necesidad de un “cuerpo diplomático que refleje en cada decisión los valores de la libertad, soberanía y derechos individuales que caracterizan a las democracias occidentales”. Y enfatizaron: “En este sentido, nuestro país se opone categóricamente a la dictadura cubana y se mantendrá firme en la promoción de una política exterior que condene a todos los regímenes que perpetúan la violación de los derechos humanos y las libertades individuales”.
Por Cecilia Devanna
Fuente Lanacion