Inundación en Bahía Blanca: advierten que se necesitarán obras de infraestructura para hacer frente al nuevo perfil urbano

Inundación en Bahía Blanca: advierten que se necesitarán obras de infraestructura para hacer frente al nuevo perfil urbano

Así lo consideran expertos en ambiente; anticipan que será cada vez más frecuente el tipo de tormenta intensa como la que doblegó el viernes a esa ciudad del sur bonaerense

La ciudad bajo el agua luego de una tormenta excepcionalmente intensa, pero no por ello imprevisible. Así quedó Bahía Blanca, con un saldo trágico de al menos 13 muertos, y miles de familias que enfrentan el drama de haberlo perdido todo en la inundación. ¿Podría haberse evitado? La respuesta de los especialistas es que sí.

Aunque la intensidad excepcional de las precipitaciones es un factor clave, existieron condiciones previas que agravaron considerablemente el impacto de esta tormenta, sobre todo porque el aumento de la incidencia de fenómenos como el que se registró el jueves y viernes pasados, debería llevar a las autoridades a impulsar obras de mitigación y adaptación al cambio climático.

Tal como publicó LA NACION, un trabajo de hidrografía urbana de Bahía Blanca publicado en la web del Conicet en 2012, indicaba ya desde hacía 13 años que la ciudad se encuentra situada en la cuenca inferior del canal Maldonado y del arroyo Napostá, dos cursos de agua clave en el sistema de drenaje local. Debido a su ubicación en esta cuenca baja, las aguas se acumulan rápidamente en la ciudad ante lluvias intensas.

Los especialistas plantean que situaciones como las que vive Bahía Blanca por las intensas lluvias caídas en 12 horas podrían replicarse en otros lugares del país con la misma intensidad y con consecuencias similares si no se realizan cambios en los perfiles urbanos
Los especialistas plantean que situaciones como las que vive Bahía Blanca por las intensas lluvias caídas en 12 horas podrían replicarse en otros lugares del país con la misma intensidad y con consecuencias similares si no se realizan cambios en los perfiles urbanosPABLO PRESTI – AFP

Según el informe, la geografía del terreno, particularmente en sectores de baja pendiente, agrava esta situación debido a que el escurrimiento generado en áreas más altas erosiona calles sin pavimento y transporta sedimentos hacia zonas bajas, bloqueando los sistemas de drenaje existentes. Además, la expansión urbana desordenada contribuye a este problema al generar áreas impermeables y reducir espacios naturales de absorción, incrementando así el volumen de escorrentía superficial y dificultando el correcto drenaje del agua hacia el mar.

Esta situación es una realidad de la ciudad de Bahía Blanca, que se inscribe en el contexto del cambio climático, que está teniendo distintos impactos a nivel global, pero que en la Argentina está teniendo una manifestación que se profundizará en los próximos años según advierten los especialistas. Más inundaciones y más sequías son los riesgos climáticos que más efectos tendrán en el país, según el informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Sequías e inundaciones, todo como parte del mismo fenómeno. Esto significará que las obras de adaptación al cambio climático deberán ser centrales y clave en la obra pública en los próximos años, ya que estos eventos serán cada vez más frecuentes.

Triplicación de situaciones extremas

Desde 1980, la cantidad de eventos pluviales extremos se ha triplicado”, apunta un informe del Banco Mundial Impactos de las crisis climáticas en la pobreza y en la Argentina, presentado en 2021.

¿Por qué el cambio climático causa tormentas e inundaciones? Los expertos del IPCC advierten que, como consecuencia del calentamiento global, el ciclo del agua se intensificó. “El calentamiento de las temperaturas eleva el límite superior de la cantidad de humedad en el aire. Eso aumenta la posibilidad de que llueva más. A nivel mundial, es probable que las precipitaciones extremas diarias se intensifiquen en un 7% por cada grado que aumente la temperatura”, explica el informe.

El informe del Banco Mundial indica que se proyecta un aumento en la intensidad y frecuencia de lluvias extremas e inundaciones en el nordeste y centro argentino, en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, y en la Mesopotamia. “En cambio, en el noroeste, provincias como Salta y Jujuy tendrán un aumento de la temporada de sequía, con fuertes lluvias concentradas en apenas unos cinco días al año. Esto aumentará la erosión del suelo y la aridez. Escenas como una ruta que se desmorona, o un puente que se cae por las fuertes lluvias, van a ser frecuentes”, explica el documento del Banco Mundial. “En todo el mundo, ante el aumento de temperatura por el cambio climático causado por el ser humano, los extremos de precipitaciones, cuando ocurran serán más intensas. Esto es porque al ser más cálida la atmósfera, el aire es capaz de contener más agua”, explica Anna Sorensson, una investigadora de origen sueco radicada en la Argentina, que trabaja en Conicet, en el Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA).

Las inundaciones causadas por lluvias y el aumento en el nivel del mar como consecuencia de los deshielos, pondría en jaque a la urbanización como la conocemos”, explica el investigador del Conicet Lucas Ruiz, uno de los argentinos que participaron en la elaboración del informe del IPCC. “Algunos modelos a futuro proyectan el nivel del Río de la Plata llegando a las escalinatas de la Facultad de Derecho para fin de siglo. Y la zona de Benavídez bajo agua”, agrega. “Se necesitarán grandes obras de infraestructura para hacer frente al nuevo perfil urbano”, dice Sorensson.

¿Esas obras podrían haber evitado la inundación como la que se produjo en Bahía Blanca? Probablemente. No solo podrían, deberían, advierten los expertos, ya que las obras de mitigación se suelen proyectar teniendo en cuenta la incidencia de los fenómenos. Así, se hacen obras para eventos que pueden ocurrir en dos años, en cinco años. Difícilmente se proyecten obras para fenómenos que ocurren cada 10 o cada 20 años. Sin embargo, se debe tomar en cuenta que la eventualidad de esos fenómenos se intensificó. Y que en los próximos años, tormentas como esta no serán una excepcionalidad.

Agua a más de dos metros de altura, daños aún incalculables, consecuencias de las devastadoras lluvias que inundaron ayer a Bahía Blanca
Agua a más de dos metros de altura, daños aún incalculables, consecuencias de las devastadoras lluvias que inundaron ayer a Bahía BlancaPablo Presti – EFE

La frecuencia entre estos fenómenos y su envergadura, realmente jaquean infraestructura que requieren cambios en inversión. Las políticas de adaptación son cada vez más cruciales para evitar pérdidas y daños incluyendo la vida de personas que es lo más importante”, explica Pilar Bueno Rubial, investigadora de Conicet especializada en adaptación y subsecretaria de Cambio Climático de Rosario.

“Obras de adaptación”

“El incremento de los fenómenos extremos que vemos en todo el país indudablemente se deben al cambio climático. Después cada fenómeno hay que estudiarlo en profundidad para comprender sus causas. Cualquier ciudad en la que lluevan 300 milímetros es muy probable que se inunde porque las infraestructuras críticas no soportan esos niveles. Los anegamientos transitorios se prevén destapando bocas de tormenta y sumideros, teniendo una buena política de escamonda, con la gente limpiando sus veredas y contribuyendo. Desde las obras de adaptación, con la gestión podemos reducir ostensiblemente los efectos, mejorando y ampliando superficie absorbente para que el agua escurra y no corra. No conozco en detalle cómo es la infraestructura de Bahía Blanca pero si puedo decir que el rol del Estado y la inversión en políticas de adaptación blandas o no estructurales y estructurales es crecientemente relevante para evitar muertes y relocalizaciones”, agrega Bueno Rubial.

Las grandes inundaciones en la Argentina

En milímetros

Las grandes inundaciones en la Argentina

Fuente: archivo LA NACION

Si los efectos del cambio climático son eventos cada vez más frecuentes, las obras de adaptación deberían ser centrales en las proyecciones de los gobiernos, ya que si un área o ciudad tiene propensión a inundarse, será mucho más vulnerable ya que los eventos climáticos se intensificarán.

“La adaptación son los ajustes o cambios que necesitamos hacer para enfrentar los efectos del cambio climático. Cuando hablamos de adaptaciones estructurales son de infraestructura y las no estructurales refieren a las políticas de educación, sensibilización, comunicación. La adaptación tiene una ventana de oportunidad, luego es posible que se transforme en pérdida o daño”, dice la investigadora.

Impacto en la incidencia de la pobreza

Además del mayor impacto, que es la pérdida de vidas, el informe del Banco Mundial dimensionó las pérdidas económicas que significan las inundaciones. “Los cambios en la frecuencia de las inundaciones debido al cambio climático pueden tener un impacto sustancial en la incidencia de la pobreza. Cada año, como consecuencia de las inundaciones, en promedio, un 0,14% de la población argentina cae en la pobreza, y en algunas provincias este impacto puede superar el 1,5%”, dice el informe del BM.

El valor de las pérdidas anuales promedio de activos provocadas por inundaciones es de entre US$500 millones y US$1400 millones. Si la frecuencia de las inundaciones se duplica, el resultado será un aumento del 125% en las pérdidas de activos.

“El informe del IPCC de 2022 sobre adaptación, marca con claridad este concepto que antes solo se aplicaba a mitigación. Ahora sabemos que lo mismo sucede con adaptación”, detalla. Mientras que mitigación se refiere a la importancia de prever estos eventos y hacer algo para afrontar y atenuar los daños, adaptación alude a actuar prospectivamente para evitar que el impacto de los daños sea mayor. Existe una ventana temporal para poder llevar adelante esos cambios o adaptaciones. Después, las pérdidas serán mayores. “Se requiere prioridad e inversión, y ambas son gestión política. Esto significa que se requiere más y mejor presencia del Estado comprendiendo que adaptarnos es la única forma de subsistir”, aporta Bueno.

“Lo que pasó en Bahía Blanca, que es lo que hoy estamos mirando, no es distinto a lo que vimos de La Plata hace 12 años, a lo que vimos en Bahía Blanca hace un año y medio, lo que vimos en Luján hace 10 años, lo que vimos en muchos lugares de nuestro país. Hace un par de años teníamos 12 provincias abajo del agua. O sea, es simplemente pensar cuándo me toca a mí, y ese cuándo me toca a mí no es una ruleta rusa de ojalá no me toque, debería ser a ver cómo me preparo para cuándo me toque, porque tocar le va a tocar a cualquiera en los próximos años”, apunta Enrique Maurtua Konstantinidis, consultor senior en política climática.

Ayer Bahía Blanca sufrió la peor inundación por las lluvias en su historia
Ayer Bahía Blanca sufrió la peor inundación por las lluvias en su historiaRedes

“Es muy importante darse cuenta de que los impactos climáticos están ocurriendo. Tristemente, esta es la segunda vez en dos años para Bahía Blanca, y las respuestas de las autoridades no fueron las esperadas. Ya nadie puede cuestionar el cambio climático. Y frente a eso es importantísimo que estén las obras de infraestructura que sean necesarias. Hay ciencia, hay datos, hay un sistema meteorológico nacional que realmente es muy bueno. Acá hubo alertas. El tema es que eso tiene que traducirse en medidas de respuesta acordes. Y eso puede ser desde la infraestructura y adecuar la infraestructura, no solo a los registros históricos de lluvias de vientos y demás, sino que además empezar a poner en consideración lo que son las proyecciones climáticas, como las del IPCC y de muchísimos científicos de la Argentina que son sumamente reconocidos a nivel mundial”, dice Maurtua Konstantinidis.

“Hoy, la Nación, las provincias, las ciudades tiene que destinar los recursos necesarios para que cualquier tipo de obra, ya sea infraestructura, ya sea una casa, ya sea una manzana, un barrio, los desagües, el ordenamiento territorial, todo esté en línea no solo con los registros históricos, sino con las proyecciones futuras”, agrega.

Por Evangelina Himitian

Fuente Lanacion