En Núñez, un ex empleado de La Farola que cumplió el sueño del bodegón propio y arrasa con su milanesa a la pizza

En Núñez, un ex empleado de La Farola que cumplió el sueño del bodegón propio y arrasa con su milanesa a la pizza

  • Detrás de «El Chaqueño» hay una historia de sacrificio y autosuperación.
  • Platos abundantes y precios amigables para ir en familia y grupos de amigos.

La gastronomía no es un rubro sencillo. Ni para los diplomados, ni para los que acuden a ella por necesidad de trabajo. Días y horarios sacrificados, temperaturas extremas e ir a contramano de la gente con trabajos tradicionales, son solo algunas de las características de la vida culinaria. Pero eso a José Díaz no le importó. Llegó de Chaco con escasos dieciocho años y comenzó a trabajar como lavacopas en La Farola de Cabildo.

A fuerza de trabajo y esmero, José fue formándose y aprendiendo todos los puestos que hay en una cocina. Así, pasaron los años y con el llegar de la primera década en Buenos Aires José ya era el jefe de cocina del reconocido local de Belgrano. Trabajó treinta años en esas cocinas, encargándose desde las salsas hasta las milanesas. Todas las recetas pasaban por él.

A fines de 2019 abrió su propio bodegón en el barrio de Núñez. Trabaja junto a su esposa, sus hijos y su nuera. Todos ponen su granito de arena para que el chaqueño cocine todas las especialidades aprendidas y las nuevas variantes que van surgiendo. Juntos crearon un lugar agradable donde comer comida bien casera y abundante, con gaseosas grandes, vinos económicos y un ambiente familiar donde cada cliente que entra al bodegón saluda a los camareros como si fueran amigos de toda la vida. Los fines de semana es recomendable reservar ya que se llena.

La historia de El Chaqueño

José Díaz se crió cosechando algodón en su Chaco natal. Al cumplir los dieciocho años viajó a Buenos Aires para reencontrarse con sus hermanos que ya estaban instalados en la capital. Una de las sucursales del reconocido restaurante La Farola le dio la oportunidad de trabajo y así comenzó su carrera gastronómica: pelando papas, lavando platos y haciendo lo que haga falta. Desde atender el mostrador hasta ayudar haciendo pizzas.

Si saberlo, José estaba teniendo el mejor entrenamiento que un cocinero puede tener: trabajar en un lugar con mucho y continuo movimiento y pasar por todas las áreas, conociendo todas las tareas. Tras diez años de trabajo, pasó de pelapas a jefe de cocina, desempeñando esta tarea por dos décadas más.La esquina de Vuelta de Obligado y Manzanares. Fotos Constanza NiscovolosLa esquina de Vuelta de Obligado y Manzanares. Fotos Constanza Niscovolos

Para sumar un poco más de dinero José trabajaba, cuando se iba de La Farola, haciendo pizzas en el bodegón del gallego.

A fin de 2019, y con los pocos pesos que logró de indemnización dejó al gran restaurante que fue su escuela, le compró el fondo de comercio al gallego porque le encantaba la onda familiar que se generaba en esa esquina de Núñez frente a la plaza Balcarce.Una familia habitué del bodegón comparte un poderoso almuerzo.en El chaqueño. Fotos Constanza Niscovolos Una familia habitué del bodegón comparte un poderoso almuerzo.en El chaqueño. Fotos Constanza Niscovolos

El sueño del boliche propio se volvió realidad, pero lo que más le importaba a José era volver a tener tiempo con su familia. “En treinta años casi no vi a mis hijos. Era trabajar día y noche. Y eso duele…”, cuenta con pesar y tristeza mientras los ojos se llenan de lágrimas por haber perdido momentos de la vida irrecuperables. “Ahora, de grande, poder trabajar con ellos es algo bueno, por eso me emociono. Poder decir que esto es de nosotros”, dice.Catalino Molina, el mozo que está desde el primer día es parte de la familia. Fotos Constanza NiscovolosCatalino Molina, el mozo que está desde el primer día es parte de la familia. Fotos Constanza Niscovolos

Abrieron sus puertas el 19 de octubre 2019. A los pocos meses la pandemia se interpuso en su camino. Durante ese tiempo se las ingeniaron para vender como se podía en esos días de restricciones. Los vecinos buscaban los paquetes o utilizaban el delivery. Cuando las medidas se alivianaron un poco pusieron ocho mesas adentro y cuando finalmente se pudo abrir normalmente pusieron un deck y ampliaron el salón, reduciendo la zona de producción.Catalino y Martín, el primer cliente que entró a El chaqueño y sigue yendo a diario. Fotos Constanza NiscovolosCatalino y Martín, el primer cliente que entró a El chaqueño y sigue yendo a diario. Fotos Constanza Niscovolos

El crecimiento fue paulatino, pero continuo. Ahora están como siempre habían querido. “Siempre buscamos la comodidad para la gente”, cuenta el chaqueño y agrega una anécdota: “un día un señor, me pidió revuelto gramajo con carne y bueno, se lo tuve que hacer. Cumplimos los caprichos de la gente”, dice sonriendo ya que ahora trabaja con sus hijos Diego, Nicolás y Gonzalo (que acaba de cumplir 18 y es el nuevo en llegar) y su esposa Elizabeth, se encarga de los proveedores.El Chaqueño, un bodegón con ´platos bien abundantes. Foto: Constanza NiscovolosEl Chaqueño, un bodegón con ´platos bien abundantes. Foto: Constanza Niscovolos

Como deseo para el futuro, el chaqueño quiere agrandar el mostrador para trabajar más cómodos, ya que no sólo el salón tiene mucho movimiento, sino que también trabajan mucho con delivery.

Cómo es y qué comer en El Bodegón El Chaqueño

La Milapizza "El chaqueño" para compartir entre varios. Foto: Constanza NiscovolosLa Milapizza «El chaqueño» para compartir entre varios. Foto: Constanza Niscovolos

Mesas de madera con manteles de hule, un salón dividido por una arcada y un mega televisor para ver partidos de fútbol. Sobre la vereda, un deck con mesas y sillas tradicionales y unas cuantas más modernas, para grupos de amigos. Toldos para resguardar el frío agrandan la capacidad. Así es el bodegón atendido por la familia Díaz.

Toda la carta es casera, artesanal y hecha con todo el amor y la paciencia de José. “Acá viene la bolsa de papas y se pela, una por una. Las milanesas se hacen partiendo de una nalga entera que se corta, se golpea y se hace la milanesa”, cuenta Lara, encargada y nuera de José.Milanesas de todos los tamaños en El chaqueño. Fotos Constanza NiscovolosMilanesas de todos los tamaños en El chaqueño. Fotos Constanza Niscovolos

La cocina no cierra nunca. Mientras el bodegón esté abierto, se puede pedir cualquier propuesta del menú, a cualquier hora.

El plato estrella es la Milapizza (de suprema o de ternera con guarnición). Se trata de una milanesa redonda con dieciocho opciones de sabores de cubiertas diferentes. La más pedida es la de la casa, que lleva salsa de tomate, mozzarella, jamón, morrón, rodajas de tomate y huevos fritos. Para un comensal cuesta $ 12.000, para dos o tres $ 26.000 y para cuatro o cinco, $ 50.000.Carne al horno con papas. Fotos Constanza NiscovolosCarne al horno con papas. Fotos Constanza Niscovolos

El segundo plato más pedido es la carne al horno. José la cocina durante varias horas para que quede bien tierna mientras la baña con vino blanco y especias varias. Sale con papas y la salsita de cocción ($ 11.000). Como platos de cocina destacan el pastel de papa ($ 7.500), los bocaditos de acelga ($ 3.000, las tres unidades) y las bombas de papa con jamón y queso ($ 1.700).

También hornean pizzas grandes y chicas (desde $ 8.000)y calzones para compartir (desde $ 15.000). Las empanadas cuestan $ 1.600 y, a pedido del público jóven, incorporaron las de cheeseburger ($ 1.700) y hambuguesas. .Sándwich de lomito completo.  El chaqueño. Fotos Constanza NiscovolosSándwich de lomito completo. El chaqueño. Fotos Constanza Niscovolos

El estofado tiene sus fanáticos, que lo piden todo el año. Cuesta $ 9.000 y desde el bodegón dicen que es imperdible.

Para los que quieren algo más al paso, ofrecen por $ 8.000 variedad de sándwiches con papas fritasEl choripán es enorme y cuesta $ 5.000. A pedido de un cliente y de varios que se tentaron quedó en carta el sándwich de chinchulines ($ 5.000).

Todos los días hay un plato diferente en promoción, que puede o no estar en la carta. Pueden ser pastas, pollo al disco, algún corte de cerdo…

https://42fa053b5d1821cb70408989e6b7f1db.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.htmlChoripán XL de El chaqueño. Foto: Constanza Niscovolos - Choripán XL de El chaqueño. Foto: Constanza Niscovolos –

Sábado y domingo al mediodía, al igual que las noches de viernes a domingo, el salón se llena rápidamente, por lo que es recomendable reservar.

Un dato para los que van al Estadio Mâs Monumental: el bodegón queda a poco más de 20 cuadras y los días de partido alargan el horario de cierre de cocina para que los hinchas se vayan a casa con la panza llena.

El Chaqueño: Vuelta de Obligado 3799, Núñez. Abre de miércoles a domingos, desde las 9 hasta la 1 AM. Instagram: @elchaquenocomidas

Fuente Clarin