El candidato demócrata cristiano y heredero de Angela Merkel es el favorito en las encuestas. El dilema de la ultraderecha, la inmigración, el impacto del giro de Donald Trump y las últimas encuestas, entre las claves.
El domingo 23 de febrero Alemania oficiará unas elecciones legislativas decisivas que podrían redefinir su futuro político y económico. La pulseada por el liderazgo político la polarizan dos figuras: por un lado, el actual canciller Olaf Scholz, que aboga por la continuidad pero carga con una imagen desgastada por la crisis económica y el conflicto con Rusia. Sin embargo, el favorito es Friedrich Merz, el candidato del partido demócrata cristiano (CDU) de Angela Merkel que propone un giro conservador pero enfrenta el dilema de no ceder terreno a posturas más radicalizadas.
Los alemanes votarán las elecciones anticipadas después de que la coalición del canciller socialdemócrata colapsara en noviembre del 2024. En la recta final de la campaña, los principales candidatos a jefe de Gobierno buscaron atraer a un electorado desencantado y con la sensación extendida de que su país necesita cambios profundos y urgentes.
Si bien las últimas encuestas reflejaron un escenario polarizado entre Merz y Scholz, la competencia no se limita solo a ellos sino que hay otro protagonista: la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), que también consiguió un creciente apoyo con su discurso antiinmigración y euroescéptico. Liderado por Alice Weidel, este espacio podría consolidarse como la segunda fuerza desplazando al oficialismo, alterando así el equilibrio de poder en el Parlamento alemán (Bundestag) después de décadas de estabilidad.
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Las claves de las elecciones en Alemania
El escenario político en Alemania es incierto. Al desafío que imprime el auge de la ultraderecha, que cuestiona consensos fundamentales que sostuvieron al modelo alemán a lo largo de los años, se suma una economía estancada. Pero también, el factor internacional, considerando un contexto cada vez más hostil con el giro que imprimió Donald Trump a la política exterior estadounidense, incluido su acercamiento a Vladimir Putin y la posibilidad de que Ucrania pierda más territorio.
Las encuestas pronostican que la fuerza más votada será la CDU de Merz, seguida de la ultraderechista AfD, que alcanzaría los mejores resultados de su historia. En tanto, el Partido Socialdemócrata (SPD) no será la excepción entre los oficialismos que recibieron resultados negativos en las urnas por efectos de la pandemia de covid-19. La fuerza de Scholz caería a la tercera plaza alterando la configuración del Bundestag, afectado por el desgaste que generó la gestión de su gobierno de coalición con los liberales y los ecologistas, así como por los continuos enfrentamientos y divisiones internas.
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Olaf Scholz: la apuesta por la estabilidad y la moderación
Desde que asumió la cancillería en 2021, Olaf Scholz buscó mantener a Alemania en un camino de estabilidad política y económica. Bajo su liderazgo, el gobierno federal enfrentó una serie de desafíos, entre ellos la pandemia de coronavirus, la crisis energética derivada de la invasión rusa de Ucrania y las tensiones internas por las políticas de inmigración. A pesar de estas dificultades, Scholz se mantuvo firme en su enfoque moderado.
En reiteradas ocasiones, Scholz resaltó que su política se basó en la «prudencia fiscal», subrayando que su gobierno trabajó para equilibrar las demandas sociales con la necesidad de estabilidad económica.
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«Si hay un país industrializado en el mundo que puede invertir vigorosamente en el futuro es Alemania. La deuda de los otros países del G7 está por encima del 100 por ciento del PIB, en parte claramente por encima. La deuda alemana tiende a bajar al 60 por ciento», dijo Scholz en enero durante su intervención en el Foro Económico de Davos.
A pesar de los logros alcanzados, la percepción entre algunos votantes es que Scholz fue demasiado moderado en sus decisiones. Dentro de su propio partido, incluso algunos lo critican por no haber sido más audaz con las reformas estructurales, especialmente en el ámbito económico. El canciller, en tanto, se mostró confiado en que su imagen de líder equilibrado y comprometido con la estabilidad será suficiente para asegurar su reelección, aunque también sabe que el descontento de ciertos sectores podría jugar en su contra.
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Merz: entre la preocupación por Trump y los discursos anti-inmigración
Friedrich Merz, líder de la CDU, se convirtió en uno de los principales críticos de la gestión de Scholz. Merz considera que Alemania necesita un cambio radical, tanto en lo económico como en lo social. En sus discursos, argumentó que el país se encuentra en una posición de vulnerabilidad frente a los retos internacionales, particularmente frente a las declaraciones de Trump y su vicepresidente JD Vance, y que el gobierno de Scholz no fue lo suficientemente firme en defender los intereses de Alemania,
«No voy a permitir que un vicepresidente estadounidense me diga con quién tengo que hablar aquí en Alemania», enfatizó Merz en el debate electoral.
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Scholz, por su parte, dijo que la «agresión rusa contra Ucrania» era uno de los temas que lo mantenían despierto por las noches. «Todos estamos pensando en cuáles serán los próximos acontecimientos y cómo tratar con el nuevo gobierno estadounidense», dijo mientras Trump sacudía a Ucrania y a sus aliados europeos a través de sus conversaciones directas con Rusia.
A nivel interno, el candidato conservador, cuyo proceder generó protestas masivas en Alemania, reiteró que «mantendrá lejos» la «víbora» de la AfD como él ha calificado alguna vez a la ultraderecha, y aseguró que «tampoco trabajaremos juntos con este partido». Sin embargo, a fines de enero promovió, con conjunto, una normativa para cerrar las fronteras a los demandantes de asilo y rechazar sin excepciones a los extranjeros indocumentados. «Cada cuatro días llegan tantos inmigrantes irregulares nuevos al país como deportaciones hay en un mes», le enrostró a Scholz en el debate.
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Según sus declaraciones, Merz considera esencial que Alemania se centre en fortalecer su economía, apoyando las empresas a través de una menor carga fiscal y reduciendo la burocracia. Su propuesta de recortar impuestos a empresas y ciudadanos busca estimular el crecimiento económico de Alemania, pero sus detractores señalan que su enfoque podría aumentar las desigualdades sociales.
«En los próximos cuatro años debemos resolver dos grandes problemas de este país: la migración y la economía», afirmó Merz, advirtiendo que de lo contrario «nos deslizaremos definitivamente hacia el populismo de derecha».
El ascenso de la ultraderecha: AfD
Mientras Scholz y Merz se disputan el liderazgo del país, un tercer actor ha ganado relevancia en la escena política: Alternativa para Alemania (AfD), un partido de ultraderecha que ha logrado captar el descontento de muchos votantes, especialmente en las regiones del este del país. La AfD, respaldada por figuras como el magnate Elon Musk, ha sido muy crítica tanto con las políticas migratorias de Scholz como con su enfoque liberal, proponiendo una visión nacionalista y proteccionista para Alemania.
El partido aprovechó la frustración por las políticas migratorias y la sensación de inseguridad en diversas comunidades alemanas para atraer a un electorado que busca un cambio drástico en la dirección política del país. A pesar de las críticas a su retórica y de los intentos de los partidos tradicionales por aislarlos, la AfD sigue ganando apoyo, lo que podría influir en los resultados electorales.
Qué dicen las últimas encuestas
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El 23 de febrero, los alemanes tendrán en sus manos la decisión de elegir entre la continuidad representada por Olaf Scholz, o el cambio propuesto por Friedrich Merz. La presencia creciente de la AfD, además, añade una capa de incertidumbre, pues podría alterar las dinámicas políticas tradicionales y forzar nuevas alianzas dentro del parlamento.
Los últimos sondeos, publicados este viernes, sitúan a la Unión Democristiana / Unión Socialcristiana (CDU/CSU) en una horquilla de entre el 29 y el 32%. En segunda posición, el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) obtendría entre un 20 y un 21%. Por su parte, el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz se quedaría entre un 14 y un 16%. Los Verdes ocuparían el cuarto lugar con un 12 o 13%. Finalmente, la sorpresa de esta recta final de campaña sería La Izquierda, que con entre un 7 y un 8% lograría superar el umbral del 5% necesario para entrar en el Bundestag. Cuantos más partidos superen dicho umbral, más difícil será la configuración de la futura coalición de gobierno.
Fuente Perfil