El índice que elabora JP Morgan tocó un mínimo en cuatro años para luego ubicarse en niveles de abril de este año. Los factores que explican el descenso desde los 1.600 puntos de comienzos de agosto.
El riesgo país, un indicador que es seguido muy de cerca por el Gobierno y el mundo financiero, perforó los 1.200 puntos básicos y tocó un mínimo en cuatro años a raíz del buen desempeño de los títulos públicos. La baja sostenida de la variable es fundamental para que la Argentina pueda regresar al mercado voluntario de deuda.
La magnitud diseñada por el banco de inversión estadounidense JP Morgan cerró la jornada en 1.188, un guarismo que emparda las cifras de abril de este año pero que, antes de eso, no se observaba desde mediados de septiembre de 2020, luego de que el entonces ministro de Economía Martín Guzmán selle un acuerdo de restructuración con los bonistas privados.
Por qué baja el riesgo país
En tal sentido, los bonos soberanos promediaron una suba de 1% que empujó hacia abajo el riesgo país. Desde comienzos de agosto, este dato que se publica de forma diaria marcó un descenso de más de 400 puntos básicos, otorgándole un respiro al equipo económico.
Consultado por PERFIL, el analista financiero Christian Buteler adjudicó la reducción del indicador a una serie de factores que operan en conjunto como el recorte de las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos, que predicen un mejor clima para los bonos y las inversiones de emergentes.
«Además, el Gobierno volvió a comprar dólares. La última vez que estuvo en este nivel ocurrió mientras el Banco Central de la República Argentina (BCRA) acumulaba reservas. Cuando dejó de acumular, rápidamente volvió a subir», indicó Buteler.
En efecto, la autoridad monetaria hilvanó ocho ruedas consecutivas con saldo comprador en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC), a contramano de los pronósticos que auguraban una mayor presión sobre las reservas internacionales a partir de octubre.
No obstante, el consultor remarcó que el rango de 1.000-1.100 puntos básicos será «difícil de quebrar» en el corto plazo ya que debería estar acompañado por un dato positivo de la economía real. «Como que realmente se puedan acumular reservas de forma más importante o que la economía deje de caer y empiece a rebotar con fuerza», ejemplificó.
Por su parte, la CEO de Emerald Capital, Elena Alonso, planteó que la recomposición de las tenencias en moneda extranjera del Central «brinda mucha confianza sobre la estabilidad que se puede generar y también sobre la capacidad del país para afrontar las obligaciones que tiene en el futuro».
A la vez, la economista destacó que el giro de los recursos para hacer frente a los vencimientos de los Globales y Bonares en enero de 2025 «genera una buena perspectiva«. El Ministerio de Economía confirmó la transferencia de unos US$ 1.528 millones al Bank of New York (BoNY). El montó será utilizado para pagar los intereses de los bonos mientras se exploran opciones para el pago del capital.
«Además, la demanda de bonos de países emergentes por todo lo que está pasando en el mercado internacional nos pega de buena manera. El interés que están generando las empresas argentinas con las tasas a las que se están financiando a menos de 6% anual también marca una buena perspectiva de la economía argentina hacia adelante», sumó Alonso.
A su turno, el fundador de Rudolph, Nicolás Olivé Durán, determinó que el movimiento declinante del riesgo país se debe a que «el BCRA no perdió las reservas que se esperaba a priori y la situación macro se mantiene dentro de lo posible ordenada«.
«El camino se va a poder sostener y el Gobierno tiene el foco puesto en que consecuencia del orden macro basado principalmente en el superávit fiscal y baja de la inflación se ubique en torno a los 700 puntos, algo necesario para poder salir a rollear deuda al mercado con tasas aceptables. Es posible que veamos alguna corrección, pero creo que el camino descendente se va a mantener«, pronosticó Olivé Durán.
¿Hay un optimismo excesivo en el mercado?
Para el asesor financiero Gastón Lentini, la variable de JP Morgan mermó por una calma en dos dimensiones: la política y la financiera. «La primera se da por la baja de la conflictividad, la misma que allá en el primer semestre hacía que el Congreso trabe la Ley Bases, generando desconfianza en los inversores y la baja en el precio de los bonos y la misma que ahora al parecer, con el apoyo del Pro, permitió al ejecutivo vetar el aumento de las jubilaciones y de los gastos para las universidades», analizó.
Y continuó: «En lo financiero, el país no es muy diferente al de hace seis semanas atrás. Seguimos sin dólares y enfrentando una posible sequía para 2025, aunque el blanqueo generó una demanda de los títulos privados y públicos que, desde el punto de vista de todo nuestro equipo, está ya siendo desmesurada, haciendo que los inversores que entren desprevenidos en estos niveles de precio estén asumiendo riesgos mayores a los que consideramos para este contexto».
Por último, Lentini vislumbró ciertos instrumentos como obligaciones negociables que cotizan «muy por encima de la par haciendo que las empresas puedan rescatarlas para canjear esa deuda por deuda nueva a mejores tasas, lo que es un logro de las gerencias financieras». «Pero esto arriesga al inversor que pagó caro, a que si la empresa rescata esa emisión de ONS le entregue menos dólares de los que pago por el titulo, generando perdidas de capital», advirtió el especialista a modo de cierre.
Fuente Perfil