El Gobierno le quitó a Evo Morales el estatus de refugiado político en la Argentina

El Gobierno le quitó a Evo Morales el estatus de refugiado político en la Argentina

El vocero presidencial, Manuel Adorni, hizo el anuncio a través de las redes sociales. El expresidente de Bolivia había conseguido el asilo político por una decisión de Alberto Fernández, en medio del estallido social y político de 2019.


El Gobierno nacional decidió retirar el estatus de refugiado político al expresidente boliviano Evo Morales. La decisión fue anunciada por el vocero presidencial, Manuel Adorni, y coincide con el giro ideológico que le imprimió el presidente Javier Milei a la política exterior argentina.

«Se ha dado por finalizada la condición de refugiado de Juan Evo Morales Ayma. Fin», publicó el portavoz presidencial en su cuenta de X este miércoles.

Evo Morales, quien se desempeñó como presidente de Bolivia desde 2006 hasta 2019, llegó a Argentina en condiciones de asilo político poco después de abandonar su cargo, un proceso que facilitado por el expresidente Alberto Fernández.

Evo Morales
Evo Morales había recibido el asilo político durante la crisis boliviana de 2019.

La salida de Morales de Bolivia se produjo en medio de una fuerte crisis política y social, desencadenada por denuncias de fraude por parte de la oposición a partir de un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que alegaba irregularidades en las elecciones generales de octubre de 2019.

El conflicto político y social, que catapultó al poder a Jeanine Añez a la presidencia, precipitó a Morales a renunciar y buscar asilo en otros países. Su primera opción fue México y posteriormente se trasladó a Cuba antes de llegar a Argentina, donde ya se encontraban sus hijos, quienes habían sido recibidos por el gobierno de Mauricio Macri.

El asilo político de Evo Morales

El 12 de diciembre de 2019, Morales y otros exfuncionarios, como su vicepresidente Álvaro García Linera y la exministra de Relaciones Exteriores, fueron recibidos por el entonces canciller Felipe Solá, quien justificó el asilo con la frase: «Les he dado asilo político para que entren y ellos luego pidieron ser refugiados«. Desde entonces, Morales había mantenido su estatus de refugiado en el país.

«Los asilados pasarán a tener el estatus definitivo de refugiado, trámite que se realiza estando en territorio argentino ante la Comisión Nacional para los Refugiados (CONARE), área dependiente del Ministerio del Interior», había publicado en aquel entonces la Cancillería argentina, anunciando la concesión del estatus.

En tanto, la revocación del estatus de refugiado de Evo Morales llega en un contexto de tensiones políticas internas pero también de cambios en la dinámica regional. Particularmente a partir del giro ideológico del gobierno argentino y la cruzada anti progresista que le imprimió Javier Milei a la política exterior desde que asumió en diciembre de 2023. 

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La tensión entre Argentina y Bolivia

Milei, abiertamente crítico el MAS boliviano, no solo criticó a Evo Morales sino también al actual presidente boliviano Luis Arce, a quien además acusó de «montar un fraude» durante la rebelión militar a cargo de Juan José Zuñiga que sacudió al país en julio pasado.

«Se conoce el fraude montado en Bolivia y el perfecto idiota, en lugar de aceptar su error, me critica por dejar su estupidez a la vista», escribió Milei en sus redes sociales en ese momento, en una actitud que casualmente coincidió con la del propio Morales, actualmente enemistado con su sucesor político. Como corolario, Bolivia imitó a España y retiró a su embajador Ramiro Tapia de la sede diplomática en Buenos Aires.

Las tensiones entre Bolivia y Argentina a raíz del vínculo entre sus presidentes se intensificaron luego de que el gobierno boliviano acusara públicamente a cuadros militares y políticos argentinos de planificar un golpe de estado fallido en su territorio, un intercambio similar al que ocurrió en 2019 luego del derrocamiento de Evo Morales. Sin embargo, esta acusación fue desestimada por el gobierno argentino como infundada y sin pruebas contundentes que la respalden, generando un ambiente de desconfianza entre ambas naciones.

Fuente Perfil