El diputado e hijo del expresidente Jair Bolsonaro anunció que se quedará a vivir en el país del norte a pesar de que sobre él no pesan acusaciones por el intento de golpe de Estado a Lula Da Silva, como sí le sucede a su progenitor. El PT señala que busca «victimizarse».
Eduardo Bolsonaro, diputado federal e hijo de Jair Bolsonaro, viajó por cuarta vez en lo que va del año a Estados Unidos, el 27 de febrero último, supuestamente para reunirse con representantes norteamericanos y tomarse unos días de vacaciones. Pero ayer, el parlamentario de extrema derecha, cambió los planes. Avisó a sus colegas de la Cámara Baja que estaba dispuesto a quedarse en el “gran país del norte”, donde irá a pedir asilo. Lo más curioso del caso es que, por ahora, no hay acusaciones en su contra como las que pesan sobre su padre. Pero él mismo afirma que recibió el consejo de su abogado para no volver a Brasil, dado que su libertad podría estar en entredicho.
De hecho, Eduardo Bolsonaro, bautizado por la prensa brasileña como “Cero 3” –por ser el tercer vástago del ex presidente– ya pidió “licencia sin goce de sueldo” en el Parlamento. En principio todo indica que permanecerá en USA al menos por 6 meses, dado que ingresó al país con visa de turista. Pero el diputado indicó que podrá permanecer más tempo, mediante la solicitación de asilo al gobierno de Donald Trump. La decisión de exiliarse provino, según él, cuando dos legisladores del Partido de los Trabajadores pidieron a la Justicia que le retuviera el pasaporte. Pero el juez de la Corte Alexandre de Moraes rechazó esa posibilidad.
Justamente esa conducta del magistrado causó sorpresa dentro del Partido Liberal, al que pertenece Eduardo. Esto daría una señal de que el Supremo Tribunal Federal no piensa restringir la libertad de ir y venir del parlamentario. En su entorno, comentaron que el legislador estaba en campaña dentro del Congreso brasileño para obtener la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores. Su objetivo era lograr una tribuna para defender a su padre de la prisión. A diferencia del exmandatario, el congresista no está implicado formalmente, en las sospechas que recaen sobre el progenitor; entre ellas la trama golpista con la previsión de asesinatos del presidente Lula da Silva, su vice Geraldo Alckmin y del juez Moraes. Para fuentes oficiales, el diputado trata en verdad de “victimizarse”, como una forma de ganar visibilidad y presentarse como candidato en las presidenciales de octubre de 2026.
Fuente Perfil