El derrumbe de una obra en construcción mantuvo en vilo al barrio porteño de Colegiales. El hecho ocurrió en la calle Crámer al 1634 y la edificación sigue en riesgo de colapso. Un hombre de 64 años sufrió un neumotórax y un joven de 21 años quedó atrapado entre los escombros: lo rescataron después de casi cuatro horas. Los dos son obreros que trabajaban en el lugar y junto a otros cuatro, que están fuera de peligro, forman parte de una misma familia.
Según informaron a LA NACION efectivos del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME), esos cuatro obreros fueron rescatados y asistidos en el lugar con cuadros de crisis nerviosa pero sin lesiones. El hombre de 64 años que sufrió un neumotórax fue trasladado de urgencia al Hospital Pirovano. Según el SAME, se le había fracturado una costilla y le entró aire a uno de sus pulmones. Por suerte, su evolución es favorable y se encuentra estable.
El joven de 21 años que quedó atrapado y que es uno de los seis obreros de la cuadrilla que se encontraban en la construcción tenía la mitad de su cuerpo liberado. Según el director del SAME, Alberto Crescenti, el hombre estuvo lúcido y hablaba durante las tareas de rescate. Se le suministró oxígeno y se le colocó una vía parenteral para darle líquidos y medicarlo. Después de tres horas y 45 minutos, el chico fue liberado y retirado de la escena en camilla y con cuello ortopédico. Fue trasladado al Hospital Pirovano.
Los cuatro obreros pudieron ver a sus dos familiares internados tras ser trasladados al hospital junto con médicos y psicólogos. Allí recibieron un control clínico y quedaron bajo detención psicológica. Los internados son evaluados por un equipo multidisciplinario.
Según efectivos del SAME, el derrumbe ocurrió cuando una casa antigua se desplomó sobre otra en Crámer y Virrey Avilés. Para asistir a los heridos y contener la situación se desplegó un operativo conjunto que incluyó a la Policía, los bomberos, Defensa Civil y la Dirección General Guardia de Auxilio y Emergencias. El SAME tiene 15 móviles en el lugar.
Fuente: LA NACION