Avasallamiento, abuso sexual, intimidación y humillación: el caso que hundió a José Alperovich

Avasallamiento, abuso sexual, intimidación y humillación: el caso que hundió a José Alperovich

El juez condenó al exgobernador de Tucumán en el final de un juicio que expuso las aterradoras estrategias de abuso perpetradas por el político contra su sobrina. La condena se extenderá hasta junio de 2040. Según la acusación, el peronista ejerció «abuso intimidatorio de poder y violencia de género» y convirtió a la víctima en «un mero objeto de satisfacción sexual, de cosificación, sometiéndola de forma violenta, ultrajante y degradante».

El exgobernador de Tucumán y uno de los «señores feudales» del peronismo norteño, José Alperovich, fue hallado culpable y condenado a 16 años de prisión tras haber sido enjuiciado por la denuncia de una sobrina y ex asesora por abuso sexual. 

Además, el magistrado lo inhabilitó de por vida a ejercer cargos públicos nacionales y provinciales en el final de un juicio que expuso las aterradoras estrategias de avasallamiento, abuso, intimidación y humillación perpetradas por el político peronista contra su sobrina. 

El también ex senador nacional Alperovich que se negó a usar su derecho a pronunciar unas últimas palabras antes de conocerse el veredicto, escuchó la lectura del veredicto en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 29 de la Ciudad de Buenos Aires y quedó detenido inmediatamente. La condena se extenderá hasta junio de 2040.

La entrevista en la que Alperovich acosó a una periodista fue un «episodio determinante» para la denuncia

José Alperovich

El repudio público que recibió Alperovich a fines de abril de 2019 después del trato irrespetuoso y lascivo que dispensó a una periodista que lo estaba entrevistando fue un «episodio determinante» para que la víctima se decidiera a denunciarlo.

«Hubo un factor externo determinante en la renuncia de M.F.L (y posterior revelación y denuncia)», dijo la abogada Carolina Cymerman durante el alegato de la querella.

«A fines de abril de 2019, Alperovich estaba completamente desfachatado. Y esto coincide con un hecho de público conocimiento y de masivo rechazo, que fue el repudiable trato que el imputado le dispensó a la periodista Carolina Servetto en el marco de la entrevista que le hacía para La Gaceta Play, el 23 de abril de 2019», dijo la abogada.

«Hermoso, muy lindo el lugar, y esta chica que me encanta, es el perfil que a mí me gusta», dijo Alperovich en el video citado tanto por la querella como por la fiscalía en sus alegatos.

«Para MFL este episodio fue determinante porque fue tal la envergadura que tuvo (el rechazo) que ella pensó ‘¿y qué pasaría si supieran todo lo que yo viví, lo me pasó a mí?’ si esto llegó a este nivel, ¿qué queda para mí?’ Fue determinante porque le mostró la gravedad de todo lo que ella se había guardado», dijo la abogada.

«Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida», dice la víctima

José Alperovich

La denuncia contra Alperovich fue presentada el 22 de noviembre de 2019 junto con una carta abierta que decía: «No escribo para convencer a nadie de nada. Estoy aquí contra la opresión del silencio y por la necesidad de recuperar mi vida, de sanar llamando a las cosas como son, sin suavizarlas ni teñirlas, poniéndole al monstruo nombre y apellido. Cuando no le ponés nombre, no existe».

«El mío se llama José Jorge Alperovich, mi tío segundo y jefe, por quién fui violentada sexual, física y psicológicamente desde diciembre del 2017 hasta mayo de 2019. Durante un año y medio sufrí violaciones a mi integridad física y sexual. El avasallamiento fue demoledor. Tanto que ni siquiera pude ponerlo en palabras. Él oscilaba libre y cómodamente en los tres escenarios ante los que me posicionaba: el familiar, el laboral y el del horror de la intimidad que me forzaba a vivir con él».

Después de la denuncia, «hubo una brutal campaña de deslegitimación de su palabra, y sin embargo ella siguió adelante», dijo Cymerman. «MFL recibió ofrecimientos de dinero a través del círculo del imputado y a través del propio Alperovich para evitar que esto llegue a la justicia, y sin embargo no se detuvo».

Los detalles de la acusación contra Alperovich: nueve ataques sexuales en dos años en Buenos Aires

José Alperovich

Según la denuncia, los primeros hechos ocurrieron en Buenos Aires a fines del 2017 poco después que la víctima empezó a trabajar como asesora de Alperovich quien dos años más tarde compitió la gobernación y la perdió.

En ese momento Alperovich era senador y por ello muchas veces venía a Buenos Aires con quien era su asesora y ahora víctima, su sobrina, que trabajaba dentro de la Casa de Gobierno de Tucumán hasta que el por entonces senador la invitó a formar parte de su equipo de campaña, de cara a las elecciones de 2019.

Dos de los nueve hechos de abuso sexual ocurrieron en el departamento que Alperovich tiene en Puerto Madero pero los casos más graves ocurrieron en marzo del 2018 en la provincia de Tucumán.

El primer hecho fue el 14 de diciembre de 2017, cuando la joven y Alperovich por primera vez se trasladan a Buenos Aires y terminada esa jornada ambos van al departamento del ex gobernador en el barrio porteño de Puerto Madero. 

Según relató la querella, Alperovich le ordenó a un colaborador hospedarse en otro departamento que él tenía lindante al que estaban él y la víctima. Luego de la cena -relató la querella- el ex gobernador empezó a manosear a la víctima por las partes íntimas de su cuerpo, la besó y luego que ella le dijo que «no quería«. 

Mientras la abogada seguía describiendo lo que calificó como un «ataque», Alperovich se tomaba su rostro con las manos y lloraba. 

La víctima «creyó que había zafado» pero el 27 de diciembre de 2017 otra vez en un viaje a Buenos Aires y en el mismo departamento se repitió otra situación. 

La volvió a manosear en sus partes íntimas ella estaba «horrorizada y no podía actuar». «Ella se encerró en el baño, se duchó y se acostó muy angustiada», relató la abogada sobre ese segundo episodio.

La denunciante fue víctima de «un avasallamiento demoledor» por parte de Alperovich, dijo su abogada

José Alperovich

Luego sucedieron otros tres hechos, el 9, 10 y 12 de febrero del 2018 y en trasladado en vehículos en el que Alperovich iba junto a ella y acompañados por algún chofer. En marzo de 2018 ocurrieron dos hechos en distintos domicilios de Tucumán.

Uno de ellos el 9 de ese mes cuando Alperovich se bajó los pantalones y la violó luego de haberla manoseado, y el otro el 12: «Me volvió a violar» citó la abogada las palabras de la víctima. Los otros dos hechos sucedieron también en marzo y hasta «le provocó lesiones en sus zonas genitales».

«Era un avasallamiento demoledor e inesperado, no estaba para eso, no se me ocurrió verlo a José con otros ojos, no tenía que salir mal y salió todo mal», recordó la abogada las palabras de la víctima.

Luego de los hechos, la víctima acudió primero a la entidad «Mujeres por mujeres», donde no le tomaron la denuncia porque le dijeron «que generalmente la víctima termina arreglando con el agresor» y luego al «Observatorio de mujeres», un organismo de gobierno que atiende las denuncias del tipo. 

Fue en ese último lugar donde le «advirtieron» que era riesgoso denunciar a Alperovich y ahí es cuando ella acudió a una psicóloga que le recomendó «negociar» con el acusado: «Se le acercaron personas cercanas a Alperovich donde le ofrecieron dinero para frenar la denuncia».

El 22 de noviembre de 2019 terminó presentando la denuncia penal y «lo primero que hizo Alperovich» fue exponerla.

«Quedó comprobado cómo el imputado utilizando su fuerza física, ejerciendo abuso intimidatorio de poder y violencia de género, reducía bajo su dominio a la víctima, y la ponía como un mero objeto de satisfacción sexual, de cosificación, sometiéndola de forma violenta, ultrajante y degradante, haciéndolo por el transcurso de un poco más de tres meses», precisó la fiscalía en mayo de 2022 al pedir la elevación a juicio. 

La declaración de la víctima en el juicio: «Fue devastador para mi integridad, para mi persona. Me apagó completamente»

«Ella nos contó también que para evitar esos tocamientos ella solía intentar bloquearle el acceso poniéndose cosas encima, como por ejemplo la cartera entre las piernas, o una toallita para que piense que ella estaba indispuesta, o se dejaba crecer los pelos de la piernas, o se metía la remera dentro del pantalón para que no se la pueda levantar con facilidad. Pero no servía de nada porque aun estando al volante y con su mano libre, le corría el cinturón y le tocaba por debajo de la ropa», dijo la abogada de la denunciante al inicio del juicio, que empezó el 5 de febrero de 2024.

La víctima relató además cómo su abusador «la atormentaba» delante de terceros con frases de doble sentido que hacían referencia a los abusos, como «levántate que te voy a hacer transpirar». En otras ocasiones, le advirtió: «Pórtate bien porque si no te voy a tocar las tetas». Cuando conoció al nuevo novio de la víctima le dijo: «¿Así que te estás comiendo la comida del jefe?»

«Humoradas de doble sentido que para MFL luego se concretaban en la realidad», dijo la abogada.

«Si bien su integridad estaba destrozada, su dignidad pasaba por su desempeño impoluto. Era una manera que encontró de disociarse de lo que le estaba pasando. Las peritas psicólogas indentifican esto como un claro mecanismo intrapsíquico para poder procesar el dolor», dijo Cymerman.

Y agregó: «De modo consciente se refugiaba en el trabajo, en el desempeño impecable porque de este modo nadie se atrevía a decir que ella ocupaba ese lugar por ser ‘la minita’ de Alperovich, sino pura y exclusivamente por su capacidad, su eficiencia y su profesionalismo».

Según la abogada, «el estrago de los abusos dejó de ser un secreto a voces y empezó a expresarse en el cuerpo». «MFL empezó a sufrir un deterioro físico progresivo que consistía en la caída del cabello, se le partan las uñas, fumaba un cigarrillo tras otro, le temblaban las manos, tenía ataques de pánico, tenía trastornos de sueño. Nadie podía negar que algo le había sucedido, había bajado 10 kilos».

«Fue devastador para mi integridad, para mi persona. Me apagó completamente, es algo que me cambió la vida, pero no para siempre, por suerte, porque encontré la manera de ir recuperándome y saliendo de esos lugares oscuros», dijo la denunciante en el juicio.

El padre de denunciante recordó cuando su hija le contó dijo en 2018: «Papá me acosaron, me violaron».

Un día, estando la víctima trabajando ya en el archivo histórico de la provincia de Tucumán, ella -recordó- le dijo que
iba a trabajar con Alperovich: «Mirá hija, estar metida ahí en política es complicado, pero vas a estar cuidada por tu tío. Me arrepiento de eso, imagínese». 

La madre de la denunciante, María Claudia, declaró en el juicio que le había dicho a su hija que tuviera cuidado cuando empezó a trabajar con José Alperovich. «Tené cuidado con éste», le dijo.

«Sabía que algo estaba pasando y era con José», declaró María Claudia, quien recordó que, cuando su hija empezó a trabajar para Alperovich, estaba «absorbida» por el trabajo, porque estaba todo el tiempo con el teléfono encima y dijo que,  al tiempo, empezó a perder peso significativamente, pérdida de cabello y otros síntomas.

«Cuando ella puede cuenta por qué estaba como estaba, lo cuenta no solamente a mí sino a la familia. Manifestó todo sin contar detalles porque no es necesario. Es tremendo victimizarla y más siendo madre», dijo.

«Le creo y era una persona que estaba abusada por todos lados y la considero vulnerable», recordó.

Según la madre de F, luego que le contara esos abusos, ella le advirtió: «¿Sabes con quién te metés? Va a quedar en la impunidad, el poder de esa persona, todos los jueces de Tucumán los puso él». Por eso, elogió a su hija por el «valor» en realizar la denuncia y que, luego de hacer la misma, tuvo «un alivio».

El fiscal consideró que todos los sucesos de violencia sexual se cometieron «mediando intimidación y con abuso de una relación de dependencia, de poder y de autoridad». Después consideró que este proceso era «un juicio a la impunidad del poder» e hizo foco en que la víctima siempre estuvo en un escenario de sometimiento.

Para el fiscal, Alperovich se valió de su superioridad para concretar los abusos: «Avasalló totalmente a la víctima, la convirtió en un objeto de su placer sexual«, dijo.

«Alperovich tejió una red con la que atrapó a la joven. Usó tres técnicas para derribar sus defensas: una ostentación de riquezas materiales, una demostración del liderazgo político y, paralelamente, se encargaba de denigrarla y rebajarla», había declarado el representante del Ministerio Público Fiscal, Sandro Abraldes en el cierre del juicio.

«Alperovich le repetía que su crecimiento dependía de ella», agregó. «No es así: no había límites en el crecimiento de la joven en la medida de que no le pusiera límites a él». «En rigor de verdad, su excesivo profesionalismo en el plano laboral era una forma de sobreadaptarse a los ataques sexuales y era la forma en la que escondía su imposibilidad de escapar de la situación».

Un día antes del pedido de la Fiscalía, la querella que representa a la denunciante pidió que el exgobernador tucumano fuera condenado a 22 años de prisión por ser «el autor» de las «violaciones» que sufrió la joven. 

«Ha cometido varios hechos de abuso sexual, era su secretaria privada y sobrina segunda», dijo la abogada Carolina Cymerman. Mientras la abogada seguía describiendo lo que calificó como un «ataque», Alperovich se tomaba su rostro con las manos y lloraba.

«Soy un muerto en vida»: la defensa de Alperovich dijo que la acusadora mentía y que utilizó las mismas frases que la víctima de Darthes

En su alegato, la defensa intentó descalificar a la víctima quien trabajó como asesora entre 2017 y 2018 para Alperovich y era una sobrina suya quien vivía en Tucumán pero también se trasladaba con aquel a la Capital Federal cuando debía presentarse en sesiones del senado. 

Incluso, invocó que la víctima utilizó «mismas frases» que la actriz Thelma Fardin aseguró que utilizó el actor Juan Darthes quien recientemente fuera condenado en Brasil. 

Esas frases a la que hizo alusión el abogado es la que supuestamente Alperovich le dijo a la víctima en uno de los diez hechos de abuso sexual por los que llegó a juicio: «Mirá como me ponés«, graficó.

«Es llamativo que Alperovich y Darthes utilizaran la misma frase» para con las víctimas, «cuando siquiera no se conocen», agregó. 

Garrido acusó a la denunciante que «no tuvo espontaneidad» en su relato, «falta de consistencia» y hasta «utilizó en su relato libre las mismas palabras que los hechos que había denunciado por escrito que dieron inicio a éste proceso, no es normal».

El pasado 3 de junio, Alperovich, aseguró ante el juez Ramos Padilla que «no» abusó de «Flor» y dijo ser inocente, así como también acusó que se trata de un móvil económico y político. 

“Tengo 68 años, 11 nietos, 4 hijos y quiero la verdad. Con todo el respeto que le tengo al Poder Judicial, me ajusto a la justicia y le pido al señor juez y al señor fiscal que presten atención a todas las pruebas”, señaló Alperovich.

«Yo vine hoy ante usted porque quiero de alguna manera que usted se despeje las dudas, a disposición del señor fiscal, de las querellas. Hubo un móvil económico y un móvil  político, la idea es que pueda dar la cara, y que esto se pueda esclarecer», dijo.

Asimismo, el político manifestó: «Yo no abusé de Flor, eso es una mentira. Yo soy un hombre de 70 años». 

Acerca de cómo vive tras la denuncia, realizada por su sobrina que en aquel tiempo trabajaba como su secretaria, Alperovich expresó: «Me cambió la vida, doctor. Quizá a nadie le interesa esto, pero hechos de estas características le cambian la vida a uno. Soy un muerto en vida, gracias a Dios tengo a mi familia. Vengo a que se saquen todas las dudas, vengo a dar la cara».

«Yo nunca le dije sobrina. Ni ella me dijo tío. Jamás. Ella quiere instalar que yo prostituía a la secretaria. Todo esto está armado. Hace cinco años que en la prensa me dicen violín», sumó a su testimonio.

Además, el ex gobernador también fue por el mismo camino de su defensa y ratificó que se trata de una causa con un móvil económico y político impulsada por el diputado nacional Carlos Cisneros, de la Asociación Bancaria en Tucumán. 

«Esto está armado para que tenga trascendencia en Buenos Aires. Está armado políticamente. Yo no tengo dudas de todo eso», continuó con su reclamo.

Acerca de la víctima, Alperovich la describió como una mujer empoderada: «Era una mujer fuerte. Ella manejaba todo. Muchas veces me puteaban porque ella manejaba todo. Ella se transformó en una mujer de mi absoluta confianza. Era un gran cuadro político». «Si ella dijo que yo la abusé tantas veces ¿por qué siguió trabajando? No lo entiendo. Todo esto es parte de una gran mentira», continuó con su reclamo.

Fuente Perfil