Urolitiasis

Urolitiasis

La litiasis renal está entre los trastornos urológicos más frecuentes y dolorosos. Cada año se diagnostican más de un millón de casos de cálculos renales, y se estima que un 10 por ciento de las personas en los Estados Unidos están destinados a sufrirlos en algún momento de sus vidas.

Afortunadamente, la mayoría de los cálculos se eliminan del cuerpo sin necesidad de que se realice ninguna intervención. Pero si usted no es tan afortunado, la siguiente información lo ayudará a hablar con su médico para tratar las causas, los síntomas y las posibles complicaciones de la litiasis renal.
 
¿Qué ocurre bajo condiciones normales?
El tracto urinario, o sistema urinario, es similar a un sistema de plomería, con caños especiales que permiten que el agua y las sales fluyan a través de ellos. El sistema urinario contiene los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. Los riñones son dos órganos con forma de alubias que se encuentran debajo de las costillas en la parte posterior del torso (área entre las costillas y las caderas).
Son los responsables de mantener el equilibrio mediante la eliminación del agua en exceso y los desechos de la sangre para luego convertirlos en orina. Los riñones mantienen un equilibrio estable de sales y otras sustancias en la sangre. También producen hormonas que construyen huesos fuertes y ayudan a formas los glóbulos rojos. La orina es transportada por unos tubos musculares angostos, los uréteres, desde los riñones hasta la vejiga, que es un reservorio de forma triangular en la parte baja del abdomen. Al igual que un globo, las paredes de la vejiga se estiran y expanden para almacenar orina y luego se desinfla cuando la orina se elimina a través de la uretra hacia el exterior del cuerpo.
 
¿Qué es una litiasis (cálculo) renal?
Cuando en un riñón hay un desequilibrio entre ciertos componentes urinarios – compuestos químicos como el calcio, el oxalato y el fosfato – que promueven o inhiben la cristalización, se forma un cálculo.
Los cálculos más comunes contienen calcio en combinación con oxalato y/o fosfato.
Hay un tipo menos común de cálculo que es causado por infecciones del tracto urinario. Este tipo de cálculo se denomina estruvita o litiasis infecciosa. Los cálculos de ácido úrico puro son mucho menos comunes. Mucho menos frecuente aún es la litiasis hereditaria que produce los llamados cálculos de cistina. E incluso menos comunes son las litiasis ligadas a trastornos hereditarios.
 
¿Quiénes forman cálculos renales?
Las personas de origen caucásico son más propensas a sufrir la enfermedad que las afro- americanas. Aunque los cálculos ocurren con mayor frecuencia en los hombres, la cantidad de mujeres que los desarrollan ha aumentado en los últimos 10 años, lo que ha hecho que la relación se modifique. Los cálculos renales aparecen más comúnmente entre los 20 y los 40 años de edad. Si una persona desarrolla un cálculo, hay un 50 por ciento de probabilidades de que desarrolle otro.
 
¿Cuáles son las causas de la litiasis?
Si bien hay ciertos alimentos que promueven la formación de cálculos en personas susceptibles, los investigadores no creen que la ingesta de algún alimento específico promueva la litiasis en personas que no son vulnerables. También están seguros de que hay factores – como los antecedentes familiares o personales de litiasis renal y otras infecciones o enfermedades urinarias – que tienen una conexión con el problema. El clima y la ingesta de agua también pueden tener una participación en la formación de los cálculos.
También es posible que los cálculos se formen a causa de una obstrucción en los conductos urinarios como cuando hay un agrandamiento de la próstata o estenosis. La formación de cálculos también ha sido ligada al hiperparatiroidismo, que es un trastorno endocrino que resulta en mayores niveles de calcio en la orina. La susceptibilidad también puede aumentar para quienes se encuentran entre el 70 por ciento de personas con trastornos hereditarios poco comunes como la cistinuria y la hiperoxaluria primaria que desarrollan cálculos a causa de un exceso del aminoácido cistina o de oxalato en la orina.
Otra enfermedad que puede fomentar el desarrollo de cálculos es la hipercalciuria absortiva, que es un exceso de calcio en la orina que ocurre cuando el cuerpo absorbe demasiado calcio de los alimentos. Los niveles elevados dan como resultado la formación de cristales de oxalato de calcio o de fosfato de calcio en los riñones o en el tracto urinario. De manera similar, la hiperuricosuria, que es el exceso de ácido úrico ligado a la gota o el consumo excesivo de carnes, también puede generar la formación de cálculos renales.
Si una persona que corre riesgo de desarrollar litiasis consume píldoras de calcio, algunos diuréticos o antiácidos a base de calcio, el riesgo de formar cálculos puede aumentar al incrementar la cantidad de calcio en la orina. Las personas que sufren de inflamación crónica de los intestinos o que han sido sometidas a una operación de derivación o bypass intestinal o una ostomía también pueden formar cálculos de oxalato de calcio. Esto es a causa de la pérdida de más agua del cuerpo así como la absorción de oxalato en el intestino.
 
¿Cuáles son los síntomas de la litiasis renal?
Normalmente, el síntoma de un cálculo renal es un dolor extremo que ha sido descrito como peor que los dolores de parto. El dolor a menudo comienza repentinamente cuando el cálculo avanza por el tracto urinario, con lo que causa irritación y bloqueo. Típicamente la persona sentirá un dolor agudo similar a un calambre en la espalda y del lado del área del riñón o en la parte baja del abdomen, y puede extenderse a la ingle. También, a veces la persona puede orinar con sangre y tener náuseas y/o vómitos.
Ocasionalmente los cálculos no producen síntomas. Pero aunque sean «silentes» pueden estar creciendo, por lo que son una amenaza que incluso puede causar daños a la función renal. Sin embargo, lo más común es que si un cálculo no tiene el tamaño suficiente como para presentar síntomas importantes, aun así puede generar un dolor sordo que a menudo se confunde con un dolor muscular o intestinal.
Si el cálculo es demasiado grande como para pasar fácilmente, el dolor continúa a medida que los músculos de las paredes del pequeño uréter intentan empujarlo hasta la vejiga. Es posible que la persona sienta la necesidad de orinar con mayor frecuencia o que tenga una sensación de ardor al orinar. En los hombres, el dolor puede irradiarse hasta el extremo del pene. Si el cálculo está cerca del extremo inferior del uréter en la apertura de la vejiga, la persona frecuentemente sentirá que no completó la micción.
Cálculos de sólo 2 mm han causado muchos síntomas, mientras que otros del tamaño de un guisante han pasado tranquilamente. Si estos síntomas están acompañados por fiebre o escalofríos, entonces puede haber una infección. Debe contactar a su urólogo de inmediato.
 
¿Cómo se diagnostican las litiasis renales?
A veces los cálculos «silentes» – los que no causan síntomas – se encuentran en radiografías que se sacan durante exámenes de control general. Es probable que estos cálculos hubieran pasado sin ser notados. Si son grandes, entonces se debe ofrecer un tratamiento. Con más frecuencia, las litiasis renales se detectan en una radiografía o en una ecografía que se le hace a alguien que consulta al médico porque orina con sangre o por dolores repentinos.
Estas imágenes de diagnóstico proporcionan al médico una información valiosa acerca del tamaño del cálculo y su ubicación. Los análisis de sangre y de orina también ayudan a detectar la presencia de sustancias anormales que pueden promover la formación de cálculos.
Si el médico sospecha que hay un cálculo pero no puede hacer el diagnóstico con una radiografía simple, puede realizar una exploración del sistema urinario con una Tomografía Computarizada de Abdomen/Pelvis, que es una herramienta de diagnóstico extremadamente útil que puede detectar casi todos los tipos de litiasis renales sin dolor.
 
¿Cómo es el tratamiento de las litiasis renales?
El tratamiento de las litiasis renales depende en gran medida del tamaño, de la ubicación y de la cantidad de cálculos en el sistema urinario. Afortunadamente, la mayoría de los cálculos pequeños (0,2 pulgadas o 5 mm de diámetro) que no causen infección, bloqueo ni síntomas, pasarán simplemente si el paciente bebe cantidades abundantes de líquidos todos los días.
El consumo de dos a tres litros de agua aumenta la producción de orina, lo que eventualmente arrastrará a los cálculos renales o de otro tipo que haya en el sistema. Una vez que han pasado, no se necesita ningún otro tratamiento. El médico normalmente pedirá al paciente que guarde el/los cálculo/s que ha eliminado para analizarlos; para esto puede utilizarse un vaso o un colador de té.
Además, los cólicos renales, que es el dolor repentino en el flanco que ocurre cuando los pequeños cálculos comienzan a descender por el uréter, normalmente se puede tratar con reposo y analgésicos o calmantes. Ciertos tipos de cálculos, como los que están formados por ácido úrico, pueden ser fragmentados con un tratamiento médico. Sin embargo, la mayoría están compuestos por calcio y no responden a los medicamentos.
Debe reservarse la cirugía como una opción para los casos en los que no se ha logrado el éxito con otros tratamientos, o en los que no es posible utilizar otros tratamientos. Puede ser necesario realizar una cirugía si un cálculo no pasa luego de un período de tiempo razonable y causa dolor constante es demasiado grande como para pasar solo bloquea el flujo de orina ocasiona una infección continua en el tracto urinario daña el tejido renal o causa un sangrado continuo ha aumentado de tamaño (al observarlo en las radiografías de seguimiento)
Hasta hace poco, la cirugía para extraer un cálculo era muy dolorosa y requería de un largo periodo de recuperación (cuatro a seis semanas). En la actualidad, el tratamiento para estos cálculos ha mejorado notablemente y hay muchas opciones que no requieren cirugía importante.
1. Ureteroscopia (URS). La ureteroscopia se hace utilizando ureteroscopios, que son pequeños telescopios flexibles o semi-rígidos que pueden insertarse por la uretra y a través de la vejiga hasta entrar al uréter sin que haya que hacer incisiones. Estos instrumentos permiten al médico visualizar el cálculo ureteral de manera directa. También tienen pequeños canales de trabajo a través de los cuales es posible pasar dispositivos para quitar o fragmentar el cálculo. Generalmente se utiliza anestesia, y se deja una endoprótesis (catéter doble J) en el uréter durante unos días después del tratamiento mientras se produce la curación. Actualmente es el método más efectivo y de mejor pronóstico, debido a poder manejar todo tipo de cálculos, en el riñón, los llamados cálculos coraliformes, así como los cálculos ureterales.
La ureteroscopia fue desarrollada en la década de 1970 y se comenzó a utilizar ampliamente en la década de 1980. Antes de esto, a menudo se utilizaba un tratamiento que se llamaba «extracción con cesta a ciegas».
Se pasaba un dispositivo similar a una cesta o canasto – a ciegas, no había un instrumento que permitiera ver – a través de la uretra y la vejiga hasta entrar al uréter para sacar el cálculo. Este tipo de tratamientos «a ciegas» representa un riesgo de lesionar al uréter y es menos eficaz que los métodos que se utilizan en la actualidad. En particular, como la ureteroscopia ha avanzado gracias a progresos continuos en los instrumentos, la extracción a ciegas con cesta ya no es una opción satisfactoria de tratamiento Los riesgos de la ureteroscopia incluyen la perforación o el desarrollo de una estenosis (tejido cicatrizal), especialmente si el cálculo estuvo pegado contra la pared del uréter por más de dos meses. La mayoría de los procedimientos ureteroscópicos pueden realizarse con un mínimo período de internación, y la mayoría de los pacientes pueden regresar al trabajo uno o dos días después del procedimiento.
2. Litotripsia extracorpórea con ondas de choque (ESWL®). Es un tratamiento con ondas de choque que utiliza una máquina llamada litotriptor. La litotripsia fragmenta los cálculos en pedacitos lo suficientemente pequeños como para que puedan eliminarse con la micción. «Extracorpórea» significa que las ondas de choque vienen desde afuera del cuerpo. Los pacientes que reciben el tratamiento de ESWL® son colocados contra un almohadón o un colchón lleno de agua. El litotriptor produce ondas de choque, y el médico, usando la ecografía o los rayos X, enfoca las ondas exactamente al cálculo ureteral dentro del cuerpo del paciente. Las ondas viajan fácilmente a través del agua y los tejidos blandos del cuerpo del paciente, hasta llegar al cálculo. El impacto causa estrés en el cálculo. Las nuevas ondas de choque que van llegando causan más estrés, hasta que el cálculo eventualmente se rompe en pequeñas partes.
Como el procedimiento puede causar malestar, el paciente necesita anestesia general, o alguna forma de sedación. También puede ser necesario insertar un tubo plástico, llamado endoprótesis (catéter doble J), transitoriamente a través de la uretra y la vejiga hasta el uréter. La endoprótesis puede ser de ayuda para localizar el cálculo o para ayudar a eliminar los fragmentos luego del tratamiento. La ESWL® es el menos invasivo de los cuatro tratamientos activos disponibles y el tiempo de recuperación es corto. La mayoría de los pacientes pueden retomar sus actividades normales en pocos días. Sin embargo, una sola sesión de ESWL® puede no liberar al uréter del material del cálculo. Puede ser necesario repetir la sesión de ESWL®.
La ESWL® no es la opción ideal de tratamiento para todos los pacientes. Las pacientes embarazadas o los pacientes que tienen aneurismas aórticos abdominales, infecciones del tracto urinario o trastornos de sangrado no corregidos no deben someterse a una ESWL®. Además, hay ciertos factores como el tamaño del cálculo, su ubicación y su composición que pueden requerir otras alternativas para eliminarlo. Si bien se considera que la litotripsia por ondas de choque es un procedimiento seguro y eficaz, igual puede causar complicaciones. La mayoría de los pacientes orinan con sangre durante unos días después del tratamiento.
También es común observar moretones y malestares menores en la espalda o en el abdomen a causa de las ondas de choque. Para reducir el riesgo de complicaciones, los urólogos normalmente indican a los pacientes que eviten tomar aspirinas y otros fármacos que afectan la coagulación durante varias semanas antes del tratamiento. Puede ocurrir otra complicación si las partículas del cálculo desmenuzado causan incomodidad al pasar a través del tracto urinario. En algunos casos el urólogo insertará un pequeño tubo llamado endoprótesis (catéter doble J) a través de la vejiga y hasta el uréter para facilitar el pasaje de los fragmentos.
3. Nefrolitotomía percutánea (NLP). Este procedimiento es el tratamiento que se utiliza para cálculos renales mayores de 2 cm y que se encuentran en lugares que no permiten una SWL efectiva o que causan un bloqueo tan severo que no es posible pasar más allá de la obstrucción mediante el uso de una endoprótesis. En este procedimiento, el cirujano hace un corte diminuto en el área del flanco y luego utiliza un instrumento llamado nefroscopio para localizar el cálculo y extraerlo. Para cálculos más grandes puede ser necesario utilizar una sonda de energía (ultrasónica, electrohidráulica o hidráulica) para romper el cálculo en partes más pequeñas.
Todo esto se hace con el paciente sedado o bajo anestesia. Una ventaja de este procedimiento por sobre la SWL es que el cirujano extrae los fragmentos del cálculo en vez de dejar que se eliminen por el pasaje natural desde los uréteres. En general, los pacientes deben ser internados en el hospital durante dos o tres días y puede ser necesario que permanezcan con un pequeño catéter en el riñón durante el proceso de curación. La mayoría de los pacientes puede retomar actividades livianas en una a dos semanas.
4. Cirugía a cielo abierto. Es el tratamiento más invasivo y actualmente raramente se utiliza. En la cirugía a cielo abierto debido a una litiasis ureteral, el médico hace un corte quirúrgico para exponer el uréter en el lugar donde se encuentra el cálculo. Se hace otro corte en el uréter y el cálculo se extrae directamente. La cirugía a cielo abierto normalmente se reserva para casos complicados. La mayoría de los pacientes necesitará unas seis semanas para recuperarse luego de la operación.
¿Qué se puede esperar luego del tratamiento de la litiasis renal?
Aunque las tasas de recurrencia difieren de una persona a otra, en general hay un 50 por ciento de probabilidades de volver a tener cálculos dentro de los siguientes cinco años. De manera que la prevención es esencial. El urólogo puede solicitarle que se haga varios estudios de seguimiento para determinar qué factores – por ejemplo, medicamentos o dieta – debe modificar para reducir el riesgo a futuro.
El paciente no debe sorprenderse si el médico le pide que colecte orina durante 24 horas luego de haber eliminado un cálculo o luego de haberse extraído uno, el objetivo es medir el volumen, la acidez, y los niveles de calcio, sodio, ácido úrico, oxalato, citrato y creatinina. Esta información se utilizará para determinar las causas de la litiasis. Se necesitará una segunda recolección de orina de 24 horas al mismo tiempo que se sigue una dieta restringida para determinar las causas. Puede hacerse también un tercer análisis de 24 horas para controlar la eficacia del tratamiento.
 
Preguntas Frecuentes
¿Cómo puedo prevenir las litiasis renales?
Un buen primer paso para la prevención es beber más líquidos, el agua es la mejor opción. Si tiene tendencia a formar cálculos, debe intentar beber cantidad suficiente de líquidos durante el día para producir al menos dos litros de orina en un período de 24 horas. Antiguamente se recomendaba a las personas con tendencia a formar cálculos de calcio que evitaran los productos lácteos y otros alimentos con alto contenido de calcio. Sin embargo, hay estudios recientes que demuestran que los alimentos con alto contenido de calcio, entre los que se incluyen los lácteos, ayudan a prevenir los cálculos de calcio. No obstante, si se toman píldoras de calcio el riesgo de desarrollar cálculos puede aumentar.
Las mujeres que toman vitamina D y píldoras de calcio durante la etapa de la posmenopáusia para prevenir la osteoporosis, especialmente si hay algún antecedente familiar de litiasis renal, deben ser cuidadosas. Si corre riesgo de desarrollar cálculos, el médico puede realizar ciertos análisis de sangre y de orina para determinar qué factores es posible modificar para reducir el riesgo. Algunas personas necesitarán medicamentos para evitar la litiasis.
Mi cálculo todavía no pasó, ¿necesito cirugía?
En general, la cirugía es necesaria cuando los cálculos son tan grandes que obstruyen el flujo de orina, cuando pueden producir daños a los riñones o cuando están causando síntomas que no se pueden solucionar con medicamentos.
¿Mis hijos sufrirán de litiasis renales al igual que yo?
Cualquier persona que tenga antecedentes familiares de litiasis renal puede estar en una situación de mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Si la litiasis está presente en un pariente de primer grado, como por ejemplo un progenitor o un hermano, las probabilidades aumentan significativamente. Además, más del 70 por ciento de las personas con ciertos trastornos hereditarios poco comunes son propensas a sufrir este problema. Estas enfermedades incluyen la cistinuria, que es un exceso del aminoácido cistina que no se disuelve en la orina y forma cálculos de cistina; y la hiperoxaluria primaria, que es un exceso en la producción del compuesto oxalato, que tampoco se disuelve en la orina y forma cálculos de oxalato de calcio.
¿Hay alguna relación entre la litiasis biliar y la litiasis renal?
No. No hay ninguna conexión conocida entre la litiasis biliar y la litiasis renal. Se forman en áreas diferentes del cuerpo. Además, si tiene litiasis biliar no necesariamente tendrá una mayor probabilidad de desarrollar litiasis renal.
¿Qué son los cálculos coraliformes?
Son cálculos que se parecen a los cuernos de un venado o a corales y reciben su nombre por la forma que toman al llenar la pelvis o el sistema de drenaje del riñón (en la parte superior del uréter). Los cálculos coraliformes están relacionados con infecciones del tracto urinario. A pesar de que pueden ser bastante grandes, a menudo pasan desapercibidos porque causan muy poco o ningún dolor. Pero estos cálculos pueden conducir a un deterioro de la función renal, incluso aunque no bloqueen el pasaje.
El tratamiento de estas litiasis puede ser un desafío. En el pasado, los urólogos confiaban en la cirugía convencional para extraer este tipo de cálculos. Pero en la actualidad emplean una combinación de litotricia con ondas de choque y procedimientos quirúrgicos percutáneos, aun cuando los pacientes puedan igualmente requerir cirugía tradicional.
En cualquier caso, es esencial que una vez que el cálculo se elimina se tomen las medidas necesarias para evitar que se vuelva a formar. Afortunadamente, la existencia de nuevos fármacos y el campo en crecimiento de la litotricia han mejorado mucho el tratamiento de todas las litiasis renales, incluso cuando se presentan como cálculos con forma de cuernos de venado.
Fuente: http://www.urologia-md.com.mx/enfermedades/urolitiasis.php