La primera ministra italiana logró convertirse en la “facilitadora” de un diálogo entre Washington y la UE, aunque se notaron las diferencias en relación a la guerra en Ucrania
ROMA.- Se tiraron mutuamente flores y hubo una clara sintonía a nivel personal en el primer encuentro bilateral entre Giorgia Meloni y Donald Trump en la Casa Blanca, que tuvo lugar este jueves, pasado el mediodía de Washington, y que fue seguido con enorme expectativa no solo en Italia. La premier Meloni, de 48 años, cumplió con su objetivo: en el peor momento de las relaciones entre Europa y su viejo aliado, Estados Unidos -desde el 2 de abril decidido a trastocar al mundo con un nuevo y peligroso proteccionismo-, logró convertirse en la “facilitadora” de un esperado diálogo entre el disruptivo presidente estadounidense, Donald Trump y la Unión Europea (UE), vapuleada por él desde que regresó al poder.
De hecho, en una conferencia de prensa conjunta, Meloni anunció que había invitado a Trump a Roma para organizar un encuentro con Europa para “hacer que Occidente vuelva a ser grande de nuevo”. La premier jugó, así, con el caballito de batalla del magnate (MAGA, Make America Great Again), pero con el Occidente cristiano de sujeto.
Meloni fue la primera líder europea en pisar la Casa Blanca desde el “Día de la Liberación” de Trump del 2 de abril, cuando le declaró una errática guerra comercial al mundo con una dramática suba de aranceles, en muchos casos puestos en pausa por 90 días.
Trump, con su corbata roja de rigor, introdujo a su invitada ilustre, vestida con un traje blanco Armani, lanzándole elogios. “Giorgia Meloni irrumpió en Europa, todos la aman, se ha vuelto una amiga y hemos hablado de comercio, de muchas cosas”, anunció, después de que los dos mandatarios, ambos conservadores y soberanistas de derecha, tuvieron un almuerzo de trabajo.
Esta cita comenzó con los mejores auspicios. Al contestar algunas preguntas que pudieron hacer los periodistas cuando ya estaban sentados a una larga mesa rectangular, ambos se mostraron optimistas.
“No puedo hacer un acuerdo en nombre de la UE, estoy aquí para encontrar el mejor modo para volver más fuerte a Occidente y para hacer dialogar a Trump con la UE”, dijo Meloni que, de hecho, llegó a Washington sin mandato de los 27 para negociar el conflictivo tema de los aranceles, pero muy informada sobre el asunto, después de días de llamados telefónicos para coordinar la visita con la presidente de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En una entrevista con el diario alemán Die Zeit, Von der Leyen admitió las dificultades actuales con Estados Unidos, con quien “hay una relación complicada” y que nunca habló con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
“Meloni me gusta mucho, estamos orgullosos de ella, tiene un gran talento. Sellaremos un acuerdo al 100%. Estoy confiado en un acuerdo comercial con la UE y también con China”, aseguró Trump, que reivindicó, de todos modos, su política proteccionista que amenaza al mundo. “Estamos ganando mucho dinero gracias a los aranceles. Estados Unidos fue engañado por todos los países del mundo y esto no sucederá más. Biden [Joe, su predecesor] permitió que los demás países nos engañaran, pero yo estoy aquí para salvar al país”, se jactó.
Diferencia
El magnate reiteró el mismo concepto dos horas más tarde cuando reapareció en el Salón Oval junto a Meloni para una conferencia de prensa conjunta en la que volvieron elogiarse mutuamente, pero en la que también salieron a flote diferencias, entre ellas, la guerra en Ucrania.
Meloni, que se había preparado meticulosamente para un encuentro difícil vista la imprevisibilidad de su anfitrión, aprovechó para resaltar los puntos en común. “Compartimos nuestra lucha contra las guerras, contra la ideología woke, contra la migración, contra de las drogas sintéticas y hablamos de defensa, economía, espacio”, contó la premier, que adelantó mayores inversiones italianas en energía y se manifestó orgullosa de estar al frente de Italia, un país “estable y confiable”.
Hasta ahí, no hubo problemas. Pero cuando Meloni habló de Ucrania, país que, en sintonía con la UE, siempre respaldó, de repente hubo momentos de tensión. “Juntos defendemos la libertad y una paz justa” de Ucrania, afirmó Meloni, en una declaración que hizo en italiano y que poco después Trump pidió que le tradujeran. Fue entonces que el mandatario reiteró que la guerra de Ucrania “no hubiera empezado” si él hubiera sido el presidente norteamericano en ese momento y volvió a criticarMeloni, que se había preparado meticulosamente para un encuentro difícil vista la imprevisibilidad de su anfitrión, aprovechó para resaltar los puntos en común. “Compartimos nuestra lucha contra las guerras, contra la ideología woke, contra la migración, contra de las drogas sintéticas y hablamos de defensa, economía, espacio”, contó la premier, que adelantó mayores inversiones italianas en energía y se manifestó orgullosa de estar al frente de Italia, un país “estable y confiable”.
Hasta ahí, no hubo problemas. Pero cuando Meloni habló de Ucrania, país que, en sintonía con la UE, siempre respaldó, de repente hubo momentos de tensión. “Juntos defendemos la libertad y una paz justa” de Ucrania, afirmó Meloni, en una declaración que hizo en italiano y que poco después Trump pidió que le tradujeran. Fue entonces que el mandatario reiteró que la guerra de Ucrania “no hubiera empezado” si él hubiera sido el presidente norteamericano en ese momento y volvió a criticar a su par ucraniano, Volodimir Zelenski, a quien en ese mismo lugar humilló meses atrás. “No soy fan de Zelensky, no hizo bien su trabajo”, aseguró, al contar que había hablado con su par ruso, Vladimir Putin, “que me dijo que no hubiera invadido [Ucrania] si yo hubiera sido presidente”. Entonces Meloni dijo claramente que el invasor había sido Putin y defendió a su amigo Zelensky. a su par ucraniano, Volodimir Zelenski, a quien en ese mismo lugar humilló meses atrás. “No soy fan de Zelensky, no hizo bien su trabajo”, aseguró, al contar que había hablado con su par ruso, Vladimir Putin, “que me dijo que no hubiera invadido [Ucrania] si yo hubiera sido presidente”. Entonces Meloni dijo claramente que el invasor había sido Putin y defendió a su amigo Zelensky.
En la conferencia de prensa, fiel a su estilo de decir una cosa y luego desmentirla, Trump ante una pregunta negó haber dicho que los europeos eran unos parásitos. “Nunca dije eso, no sé de qué habla”, aseguró.
Ante otra consulta sobre cómo hacer que Europa vuelva a hacerse “grande”, como indicó Meloni, Trump planteó que eso dependía del tema migratorio. “No soy fan de Europa con lo que hizo con las migraciones”, denunció, al elogiar la “posición severa de Meloni” respecto de este tema. “Europa es importante para el mundo, pero debe ser más severa en cuanto a la inmigración”, insistió.
En ese momento, hablando perfectamente inglés -a diferencia de varios de sus predecesores hombres-, Meloni resaltó que las postura en cuanto a los migrantes el Viejo Continente estaban cambiando “gracias a Italia”. “Estamos trabajando juntos (a la UE) y yo soy optimista”, aseguró, siempre sonriente y demostrándose hábil equilibrista y muy segura de sí misma.
Finalmente, preguntado si Italia puede llegar a ser el mejor aliado de Estados Unidos, Trump volvió a halagar a su invitada y, al parecer, nueva interlocutora con la humillada UE. “Italia puede ser el mejor aliado de Estados Unidos si Meloni sigue siendo la primera ministra”, contestó. “Es una persona fantástica y está haciendo un trabajo óptimo y nuestra relación es óptima. Italia es uno de nuestros aliados más estrechos no solo en Europa y hay muchos italianos en Estados Unidos que votaron a Trump”, subrayó, con tono triunfal.
Tras una “misión imposible” bastante exitosa, al menos en lo superficial y que habrá que ver si llega a dar frutos concretos, se espera que este viernes Meloni reciba al vicepresidente JD Vance, que también estuvo presente en la bilateral, en Palazzo Chigi, ocasión que servirá para afianzar un vínculo al momento privilegiado, al menos a nivel de palabras.
Por Elisabetta Piqué
Fuente Lanacion